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General Mario Montoya, comandante del Ejército

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Carga de profundidad

El general Mario Montoya tuvo una semana de pasión. 'Los Angeles Times' reveló un informe que le atribuye vínculos con los paras. ¿Qué hay detrás de todo esto?

31 de marzo de 2007

El domingo pasado los lectores de Los Angeles Times, un prestigioso diario de Estados Unidos, se encontraron en la primera plana con la foto de un hombre poco conocido para ellos: el comandante del Ejército de Colombia, general Mario Montoya. La publicación reveló un informe de inteligencia en poder de la CIA, en el que se le endilga haber actuado en contubernio con los paramilitares en una de las batallas más importantes y exitosas que se han librado contra la guerrilla: la Operación Orión, que en octubre de 2002, bajo el mando de Montoya, acabó con la dictadura que milicias y guerrillas habían establecido en esos barrios marginales. El informe, aunque no fue hecho por la CIA, sino por una agencia de inteligencia de "otro país del hemisferio occidental", levantó reacciones en todo el país. A diferencia de los norteamericanos, cualquier colombiano que vea televisión sabe quién es Montoya.

De inmediato la embajada estadounidense dijo que no tenía nada contra el general, y la Presidencia exigió que se presentaran las pruebas. Pero el daño ya estaba hecho. Al diario de California le fue filtrado el informe por fuentes de Washington, lo que muestra que existe desconfianza hacia el general, al menos en algunos sectores en el gobierno estadounidense.

¿Qué pasó en la Operación Orión?

En una vasta zona pobre al occidente de Medellín, la comuna 13, las milicias de las Farc, el ELN y grupos locales como los Comandos Armados del Pueblo, y el Bloque Metro de las autodefensas habían establecido un régimen de terror. Al inicio de 2002, el índice de homicidios en la comuna era de 280 por cada 100.000 habitantes (hoy el índice de Colombia es de 39 por 100.000 habitantes). En mayo de ese año se intentó recuperar la zona con la Operación Mariscal, que fracasó porque los milicianos se apostaron en las partes altas del barrio y resistieron la entrada de la Fuerza Pública. En octubre se repitió el intento, con la Operación Orión, esta vez con éxito. Fueron capturadas 240 personas, decomisados 20 fusiles, liberados varios secuestrados y desarticuladas las milicias.

"Este fue el punto de inflexión para que la seguridad de la ciudad empezara a mejorar", dice el ex secretario de Gobierno y actual candidato a la Alcaldía de Medellín, Alonso Salazar. La operación se hizo con presencia de todos los organismos de control y fue prácticamente televisada en vivo. Por eso es difícil creer que durante esos días los paramilitares estuvieran allí. En lo que sí coinciden varios testimonios es en que pocas semanas después de la operación, ya los paramilitares se movilizaban sin problema por la zona, a pesar de la presencia permanente de la Policía y el Ejército.

Juan Carlos Cano, un líder juvenil, le contó a SEMANA desde el exilio lo que él vio en esos días: "Antes de la Operación Orión ya había presencia del Bloque Metro. Durante la operación, algunos paramilitares llegaron de civil, desarmados, para hacer reconocimiento de la zona. A medida que el Ejército mermó la presencia, los paras empezaron a presentarse con armas, hicieron reuniones y desaparecieron a mucha gente".

Cano sobrevivió a un atentado de los paramilitares. Gracias a su testimonio, dos años después se descubrieron 13 cuerpos en una fosa común. Muertes de las que ya se declaró culpable Diego Murillo, 'Don Berna', jefe paramilitar del Bloque Cacique Nutibara.

En un informe de la Defensoría del Pueblo queda claro que las autodefensas coparon rápidamente la zona: "Las autodefensas replegaron sus fuerzas y se concentraron en el perímetro rural (de San Cristóbal)... a esperar de que los organismos de seguridad del Estado disminuyeran la intensidad... para luego activar todos los mecanismos de violencia necesarios para asumir el control de la comuna".

¿Respaldo total?

A pesar de que el informe de Los Angeles Times provenía de la CIA, el encargado de negocios de Estados Unidos en Colombia, Milton Drucker, no escatimó esfuerzos para respaldar a Montoya. El lunes temprano lo visitó en su oficina y el viernes lo acompañó a Putumayo a una jornada de erradicación manual de coca. Fuentes extraoficiales de ese país atribuyen la filtración a sectores demócratas interesados en quitarle piso político a la aprobación de los recursos del Plan Colombia. La ayuda militar sólo ingresa a las unidades cuyos comandantes estén totalmente certificados en derechos humanos. Aun así, una alta fuente de la embajada le aseguró a SEMANA que no existe ningún informe contra Montoya, y que se está adelantando una investigación porque filtrar un documento de esa clase es delito. ¿Por qué le dispararon esta carga de profundidad al General?

Aunque su hoja de vida está llena de éxitos, existen muchas suspicacias sobre algunas de sus operaciones. En el oriente antioqueño Montoya puede anotarse el triunfo de haber derrotado estratégicamente al frente del ELN que más secuestros realizaba, con la operación Marcial. Pero, al igual que en Medellín, las autodefensas tomaron el control de la región poco después.

Hace cinco años, cuando las Farc atacaron a Bojayá, en Chocó, Montoya fue denunciado por haber negado la presencia de paramilitares en ese territorio, y por no haberlos perseguido. La Procuraduría no encontró méritos para investigarlo.

En el Ejército su situación no es fácil. Tiene reconocimiento por ser un hombre que le imprime ánimo a las tropas, que no se acobarda frente a los retos de la guerra, pero es criticado porque es quien más presiona por las bajas en combate. El infame body count. Lo cual ha resultado un incentivo perverso para muchos militares que buscan estas bajas a cualquier precio.

Ninguna de estas críticas tienen el peso de la sombra de duda que sembró el artículo de Los Angeles Times. El impacto de esta publicación, a pesar de estar basada en informes sin confirmar, aún es incierto. Las comisiones de apropiaciones del Congreso, que aprueban los dineros del Plan Colombia, aún no han pedido información oficial sobre Montoya a la embajada, pero todos esperan que lo hagan en cualquier momento. Mientras al gobierno de Estados Unidos lo que más le preocupa es conocer quién filtró el informe, lo que más interesa a los demócratas es saber si lo que se dice en él es cierto. Montoya asegura que "quien filtró ese informe le está haciendo un favor a las Farc y al ELN".

Montoya siempre ha sido un general controvertido. Pero una cosa es que tenga un estilo que muchos critican, y otra que se le atribuyan nexos con organizaciones ilegales. Dos cosas quedan claras hasta ahora. Que durante la Operación Orión difícilmente pudo haber presencia paramilitar. Y que inmediatamente ésta concluyó, los paramilitares ingresaron y ejercieron control en la zona hasta su desmovilización. También es innegable que un fenómeno similar ha ocurrido durante otras operaciones. ¿Se puede culpar a Montoya por esto? Sin duda a él, como a otros oficiales y autoridades les cabe una responsabilidad porque los que consolidaron las zonas fueron los grupos ilegales y no el Estado, como debería ser. Pero de ahí a señalar que posee nexos con las AUC hay mucho camino.

Sin duda, el informe que publicó Los Angeles Times hizo mucho daño. Al general Montoya porque se basa en vaguedades y comentarios sin confirmación. Al Ejército porque pone en entredicho su integridad y de paso dificulta la aprobación de los recursos del Plan Colombia. Por eso, tal como pidió Uribe, las agencias de inteligencia que escribieron el informe, y lo filtraron, deberían presentar pruebas. Si es que las tienen.