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Con esos amigos...

Un empresario de Popayán pasó de ser la supuesta víctima de un secuestro a autor de un macabro plan que incluyó el secuestro de dos de sus amigos.

7 de septiembre de 2003

Popayan, la ciudad blanca, fue el escenario de una increíble historia que comenzó el pasado 26 de octubre de 2002. Ese día un grupo de personas realizaba un asado en una vivienda del elegante barrio Calicanto en la capital del Cauca. Eran las 11:50 de la mañana cuando un grupo de ocho hombres, fuertemente armados, irrumpió en el lugar e intimidó a los asistentes. Tras amarrar a varios de los comensales los delincuentes se llevaron a Fernando Raúl Cárdenas Schenemann y a dos de sus amigos, Evert Barragán Dueñas y Gilberto Enrique Villa Acevedo, tres conocidos empresarios de la región.

Cuando los secuestradores huían en dos carros Cárdenas Schenemann logró escapar del plagio. Sus dos compañeros no corrieron con la misma suerte. Dos días después del secuestro el cuerpo de Barragán, quien era ciudadano estadounidense y tenía varios negocios en Popayán, fue encontrado en las alcantarillas de la ciudad. Villa, por su parte, permaneció cautivo hasta el 7 de diciembre de 2002, cuando fue liberado después del pago de un millonario rescate. Hasta este punto ésta bien podría ser una más de los centenares de casos de secuestrados que tristemente el país se ha acostumbrado a vivir y sufrir. Sin embargo lo que hace diferente esta historia es lo que encontraron las autoridades durante la investigación del crimen.

Junto al cadáver de Barragán los hombres del CTI de la Fiscalía y el DAS encontraron un teléfono celular que estaba a nombre de un hombre llamado Julio César Salazar, quien era uno de los invitados al asado y ex socio de negocios de Cárdenas. Comenzaron a rastrear las llamadas que se habían efectuado desde el aparato y se dieron cuenta de que el día del secuestro existió un gran cruce de conversaciones con un miliciano del ELN conocido con el alias de 'Yesid'. Con esta información, la Fiscalía intervino los teléfonos de Salazar, y cuando recopilaron las pruebas suficientes lo capturaron en marzo de este año. Salazar confesó. "Dijo que planeó el secuestro junto con Cárdenas y que la idea era cobrar un millón de dólares de un supuesto seguro contra secuestros que tenía Barragán por ser ciudadano estadounidense", contó a SEMANA el director del DAS del Cauca, Eduardo Fernández. Salazar también reveló que había hablado con los milicianos del ELN para realizar el secuestro ya que él tenía tierras en una zona en donde operaba este grupo subversivo y sabía cómo contactarlos.

Con esas pruebas la Fiscalía lo vinculó al proceso y dictó medida de aseguramiento en contra de Cárdenas Schenemann como presunto responsable de los delitos de secuestro extorsivo agravado, homicidio agravado y hurto calificado. En Popayán el resultado de la investigación causó gran sorpresa en la sociedad ya que Cárdenas era conocido en el Cauca como respetable ganadero y miembro de una familia prestante de la región. Cárdenas huyó del país en marzo pasado y desde el 12 de agosto la Fiscalía diligenció ante la Interpol el formulario para fugitivos a nivel internacional. Desde ese momento el payanés es buscado por la policía internacional, que estuvo a un paso de capturarlo en México pero debido a la destreza del fugitivo alcanzó a escapar hacia Estados Unidos, en donde es buscado intensamente por las autoridades de ese país. Este episodio de traición bien podría tener un lugar privilegiado en el escalafón mundial de la infamia y revela hasta qué punto el negocio del secuestro en Colombia ha pervertido los valores sociales.