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Juan Fernando Cristo –actual presidente del Senado-, Samuel Arrieta, Plinio Olano y Roy Barreras. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

Cristo y Roy niegan ser parte del carrusel

Tanto el presidente del Congreso como el expresidente esperan que Zambrano se rectifique.

13 de agosto de 2013

El presidente del Congreso Juan Fernando Cristo y quien fuera su antecesor, Roy Barreras, negaron su presunta relación con el carrusel de la contratación en Bogotá.   

En la mañana se conoció que los dos congresistas junto con el senador Plinio Olano y Samuel Arrieta fueron señalados por el hoy exsecretario de salud de Bogotá Héctor Sambrano. Él le dijo a la Fiscalía que los congresistas a su manera solicitaron contratos y pidieron recursos.   

De inmediato tanto Cristo como Barreras negaron cualquier relación con la solicitud de contratos para hospitales de la capital. El actual presidente del Congreso dijo que jamás ha hablado con Zambrano de temas de política o salud. “No creo que se atreva a inventar una declaración en mi contra. Si lo hace (...) estaríamos frente a una canallada y una infamia con intereses ocultos”.

El presidente del Congreso dijo desconocer cualquier hecho relacionado con las supuestas afirmaciones y que incluso acudiría a la justicia para “entablar las acciones judiciales pertinentes” en contra del exsecretario de salud.  

"Yo no tengo absolutamente nada que ver con eso. Mi única relación con la salud de Bogotá es que me formé como médico en el hospital de la Hortúa", dijo Barreras a Noticias RCN.  
 
Barreras calificó como un refrito el señalamiento en su contra y que lo relacionan con la corrupción en Caprecom. "Nosotros hemos venido proponiendo hace mucho tiempo que se liquide y los que están enquistados ahí pretenden descalificar nuestro dicho", puntualizó.
 

El Zambrano hoy responde por los delitos de cohecho propio, celebración indebida de contratos, contratos sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación a favor de terceros.

Zambrano, quien hasta el último minuto clamó por su inocencia, se vio forzado a admitir que no fue ajeno a la serie de irregularidades contractuales y en las últimas horas empezó a materializar la que quizá es una de las decisiones más duras de su vida: contar todo.