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| Foto: SEMANA

El pasado no perdona

Cuando a Luis Pérez le parecía que el Túnel de Toyo no sería útil

Recién posesionado como gobernador de Antioquia, Pérez se enfrascó en una pelea contra la mega obra más importante de los últimos 50 años para la movilidad de los Antioqueños, ahora le parece que es toda una necesidad.

1 de febrero de 2018

Cuando llegó a la gobernación de Antioquia, Luis Pérez se caracterizó por imponer su firma, su sello y, para esto, echó por tierra muchos de los planes que tuvo Sergio Fajardo como gobernador. Entre ellos, se enfrascó en una polémica bastante larga sobre la pertinencia del Túnel del Toyo: una perforación entre Santa fe de Antioquia y Cañasgordas para unir las concesiones Mar 1 y Mar 2, la parte de las Autopistas de la Prosperidad que conectarán a Medellín con el Urabá.

En esos primeros meses de gobierno, Pérez quiso echarse para atrás en los contratos para la perforación que había dejado firmado su predecesor y que contaban con dineros de la Alcaldía de Medellín y del Gobierno Nacional, y adujo que era muy dudoso que Fajardo hubiera firmado tales convenios ad portas de abandonar la Alpujarra. Fue famosa entonces su frase: “El Túnel (del Toyo) no ahorra ni una hora y media, si mucho es unos minutos”, dando a entender así que era una obra innecesaria.

Sin embargo Pérez, un hombre estratégico, sólo dilató un poco la construcción y ahora que el crédito es todo suyo cambió de parecer, ya no le parece que la obra sólo ahorre unos minutos, este miércoles en la firma del acta de inicio de obras, dijo: “El túnel del Toyo llevará el progreso a las regiones y nos acercará al mundo. Es la iniciativa vial más importante de Antioquia en los últimos cincuenta años”.

Parece que al gobernador de Antioquia se le olvidaron los días pasados cuando dudaba de los contratos que se habían firmado para empezar la obra y de cuando le parecía que era una obra muy costosa para el poco beneficio que supuestamente prestaba, sin embargo cualquiera que haya ido en carro al Urabá antioqueño sabe que la vía entre Santa Fe de Antioquia y Cañasgordas es una sucesión de curvas difíciles, cosa que se soluciona con la construcción de un túnel y que ya habían ideado en la década del 50 los visionarios Fernando Gómez Martínez y Gonzalo Mejía, porque desde siempre el Urabá ha sido un apéndice, una tierra retirada de la que pocos sacan riqueza.

En marzo de 2016 la Contraloría de Antioquia encontró que había fallas en los trámites de concesión y contratación, pues —argumentaron— no había estudios ambientales y prediales previos a los acuerdos.  Sin embargo el hecho no trascendió, no hubo investigaciones y para tratar de darle vocación de realidad a la obra, se contó con la mediación de la Procuraduría y con la firma de un otrosí con el constructor, el gobernador dio el aval para la reanudación del proyecto, seis meses luego de lo previsto.

Ya la obra comenzó y costará 1,83 billones de pesos y se espera que en seis años esté lista. El túnel será la unión entre las concesiones Mar 1 y Mar 2, y será la confirmación de que el gobernador Luis Pérez, en un principio, estuvo equivocado.