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DE ARMAS TOMAR

Las extravagancias de María Izquierdo causan tropiezos en las sesiones del Congreso.

3 de diciembre de 1984


"Ministro, a propósito de tregua, ¿cuándo es que usted va a nombrar una comisión de negociación y diálogo para que establezca contacto con María Izquierdo de Rodríguez, que es como el brazo armado del partido liberal? Esta fue la pregunta que el representante por Antioquia, Guillermo Tascón, le hizo al ministro de Gobierno Jaime Castro, cuando el pasado jueves 25, la representante liberal irrumpió en la comisión primera, en donde se discutía un proyecto sobre reforma electoral en las intendencias y comisarías.

Cinco días más tarde, el martes 30, en sesión plenaria de la Cámara, María Izquierdo pidió la palabra para objetar la ponencia sobre reforma fiscal de los Territorios Nacionales. Pero antes de que le fuera concedida, el representante Alí de Jesús Dalel se levantó para decir: "Quiero dejar constancia de que esta señora está loca. Llevamos tres sesiones plenarias discutiendo esto y escuchando los desajustes mentales de doña María". Al día siguiente, nuevamente en sesión plenaria, el proyecto fue aprobado. Sólo que esta vez María Izquierdo había anotado una línea más a su lista de fallas. El mismo presidente de la Cámara, Daniel Mazuera Gómez, en una reciente intervención en la Sociedad Económica de Amigos del País, dijo a propósito de la "apertura democrática": "iniciaremos el debate en la Cámara, tan pronto como María Izquierdo nos lo permita.

No hay duda, María Izquierdo pisa duro en el Congreso. En este sentido, muchos recuerdan un incidente ocurrido el 15 de diciembre del año pasado, cuando la parlamentaria liberal acusó al representante Alfonso Rentería de haberle dado una patada, hecho que él posteriormente desmintió diciendo: "yo creo que accidentalmente la pisé". Sin embargo, Rentería anotaba en esa oportunidad: "Esa noche bochornosa comprobé algo que se repite en los corredores del Congreso: que los congresistas nos ganamos 150 mil pesos mensuales, de los cuales 100 mil son por aguantarnos el discurso de María Izquierdo y 50 mil por aprobar reformas tributarias, amnistías y otras leyes".

El protagonismo de María Izquierdo en los recintos del Capitolio quiso comprobarlo SEMANA recorriendo sus pasillos, en donde recogió comentarios como los siguientes: "Es una desequilibrada", dijo un parlamentario costeño, mientras alguien de su mismo grupo afirmó que "aquí en el Congreso hay que hacer una comisión para ser amigo de ella" y otro liberal sostuvo que "yo siempre voto en las plenarias en contra de lo que propone María Izquierdo".

Los comentarios sobre la parlamentaria se han hecho el pan de cada día en los salones del Congreso, y ningún representante deja escapar la oportunidad para lanzar sus pullas o hacer sorna a costa de María Izquierdo. El 31 de octubre, cuando se retiró la bancada liberal del recinto del Senado, luego del acalorado debate, algún parlamentario conservador comentó: "Es que los liberales le han metido un mico a ese proyecto", a lo cual otro conservador agregó: "Los señores liberales no sólo nos han metido un mico, sino también nos metieron una mica" aludiendo en forma irrespetuosa a la representante liberal.

Definitivamente, María Izquierdo es un personaje sui generis. En cada intervención se va lanza en ristre contra algún parlamentario y en particular contra los casanareños a quienes no baja de "narcotraficantes y chanchulleros". En los debates, si la presidencia de la cámara le autoriza 15 minutos para su intervención, se toma 45 y cuando algún parlamentario le pide que concluya, asume actitudes teatrales y apela a su condición de mujer, afirmando que la están persiguiendo porque "dice la verdad", o irrumpiendo en llanto.

A pesar de todo, la mayoría de sus detractores reconocen que es una persona recursiva, de fácil expresión, que dedica más de 18 horas diarias a la actividad política, lo cual le representa un caudal electoral de no menos de 15 mil votos. Esta parlamentaria, que cada vez que tiene un debate contra el ministro de Gobierno, se trae varios buses repletos de boyacenses para que le hagan coro en las barras, ha llegado a convertir su curul en una verdadera trinchera de combate y a crear una barrera entre ella y los demás representantes. Los conservadores "la odian" y los liberales, por lo menos "ya no la quieren soportar más". Algunos afirman que prefieren "a las Marías Izquierdo intrigando para conseguir puestos de salud, becas y plantas de luz para los pueblos de Boyacá, que a tanta bonita en posiciones de comando construyendo su vanidoso pedestal", y otros prefieren darle los puestos que pide para evitar que les suceda lo que al Director de DAINCO, a quien le dijo: "Aunque me toque calumniarlo, lo voy a hacer tumbar".

María Izquierdo es, sin duda alguna, una figura en el Congreso, pero parece sucederle lo mismo que a algunos jugadores del Santa Fe: lo que hace con el pie derecho, lo borra con el izquierdo. --