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El presidente Juan Manuel Santos explicó las razones por las que no hubo firma el 23 de marzo. Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle lo acompañaron. | Foto: SIG

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Gobierno exige fecha "fija, precisa y clara" para que las FARC se desarmen

Junto a los miembros del equipo negociador del Gobierno, el presidente Juan Manuel Santos se refirió a los puntos que impidieron que el pasado 23 de marzo se hiciera un anuncio desde La Habana.

28 de marzo de 2016

El lunes de Pascua, el presidente Juan Manuel Santos dio la cara para explicar las razones por las cuales el Gobierno y las FARC no firmaron el fin del conflicto el pasado 23 de marzo, como estaba acordado. Ese día no se produjeron noticias en La Habana y el presidente prefirió guardar silencio durante cuatro días.

Desde la Casa de Nariño, flanqueado de un lado por el jefe negociador, Humberto de la Calle, y del otro por el alto comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, se dirigió a los colombianos para explicar las razones por las cuales no se produjo la firma el pasado miércoles santo.

Insisitió en que no iba a cumplir esa fecha, pactada hace seis meses con el propio ‘Timochenko‘, jefe de las FARC, a cambio de firmar un acuerdo “que no fuera bueno para los colombianos”.

En primer lugar dijo que no se firmó porque el Gobierno exige a las FARC haber dejado las armas y haber dado el paso hacia la legalidad antes de hacer política y circular por el territorio nacional.

La segunda condición para firmar, según el presidente Santos, es que el Gobierno exige una fecha “fija, precisa y clara” para que termine el proceso de desarme. Hasta el momento, la dejación de armas se había pactado 60 días después de la firma del acuerdo final, ahora el Gobierno le pide a la guerrilla que determine una fecha para la entrega de armas que, por ningún motivo, aclaró Santos, “puede quedar abierta”.

El mandatario también explicó el Gobierno no puede permitir que ningún colombiano –en cualquier zona que se acuerde para la dejación de armas (las llamadas zonas temporales de ubicación según la ley de orden público)– quede desprotegido, como ocurrió en el Caguán.

“Los colombianos no aceptan -ni su Gobierno tampoco- un acuerdo que signifique algo diferente”, aclaró Santos, quien advirtió que en esta recta final del proceso mantendrá “el pulso firme” y seguirá “obrando con total responsabilidad”.

Este es el primer pronunciamiento del presidente Santos después de que el pasado 23 de marzo la Mesa de La Habana no produjo los resultados que se esperaban.