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En los recuadros: Álvaro Uribe Vélez y Johan Arenas Rúa, alias 'El Capi'. | Foto: Archivo SEMANA / Cortesía

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El día en que Uribe condecoró a un capitán que terminó en una bacrim

Un exmiembro del Batallón Guardia Presidencial aceptó pertenercer al clan Úsuga.

12 de noviembre de 2014

Uno de los días más importantes en la vida militar del capitán del Ejército Johan Arenas Rúa fue el 16 de agosto del 2007. Esa mañana, el entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez, vestido con un traje gris y corbata amarilla, leyó un sentido discurso con motivo de los 79 años del Batallón de Infantería No. 37 Guardia Presidencial.

Ante una fila de soldados formados y vestidos de gala, Uribe dijo: “Aquí hay un aspecto personal, el esfuerzo de ustedes por cuidar a quienes trabajamos en las instalaciones de la Casa de Nariño, de estos edificios públicos adyacentes, por cuidar a mi familia, por cuidarme a mí. Muchas gracias, son detalles de la vida democrática que tocan el fondo del alma”.
 
Entre aquellos héroes que se habían destacado por sus oficios estaba el capitán Johan Arenas Rúa, quien recibió de manos del presidente la medalla en el grado de mérito militar. Sólo dos oficiales más obtuvieron tal reconocimiento: el brigadier general Hugo Rodríguez Román y el teniente Carlos Andrés Polanco.
 
Un año más tarde, el capitán Arenas se retiró y no se sabe a ciencia cierta en qué momento desvió su camino. Lo cierto es que hace tres años su nombre comenzó a ser mencionado en las investigaciones que la Fiscalía y la Policía adelantaban en contra del Clan Úsuga, una banda criminal que ha logrado extender su poderío a lo largo y ancho de Urabá, el bajo Cauca, el nordeste, el norte de Antioquia y Medellín.
 
Según los resultados que arrojó la Operación Némesis Fase 4, adelantada por la Policía, Arenas -en adelante alias el 'Capi'- llegó al nordeste para ponerse a órdenes de alias “Arboleada”, un hombre que fue dado de baja por las autoridades en marzo del 2012.
 
Con la muerte de su jefe, el 'Capi' se arrimó a la sombra de alias 'Benavides' o 'Jerónimo', principal cabecilla del Clan Úsuga en toda la región del Magdalena Medio, a quien también le llegó la mala hora, pues poco después fue capturado. Sin embargo, cuando aquello sucedió, asegura el coronel Gustavo Chavarro, comandante de la Policía Antioquia, el 'Capi' ya había escalado posiciones en la organización criminal, al punto de que había sido encargado de manejar las finanzas, cuentas en las que se movía plata del narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal.
 
En su nueva vida por fuera de la ley, el 'Capi' no era precisamente el prototipo de cabecilla que pavoneaba el dinero que manejaba. “Trató de manejar un bajo perfil, andando en un vehículo de baja gama, actividades poco ostentosas, una vestimenta y una forma de vivir que no eran notorias”, dice Chavarro.

Al 'Capi' finalmente le llegó la ley este fin de semana cuando almorzaba en un restaurante del municipio de El Retiro. En la audiencia de legalización de captura, en la que también fue señalado de coordinar envíos de droga hacia Centroamérica y de buscar para los Úsuga contactos con la fuerza pública, el 'Capi' aceptó el delito de concierto para delinquir agravado. Al hombre que algún día fue felicitado por ser un "valeroso" héroe de la patria le dictaron medida de aseguramiento y fue enviado a la cárcel de máxima Seguridad de Itagüí.