Y ahora, ¿a cuál ministro le hará caso Santos?

¿Los ministros del gabinete conversan entre ellos? ¿Cuando uno tiene una posición opuesta a la de un colega, sale a ventilarla en público o debería previamente darle al menos una llamada telefónica? Cuando el presidente de la República tiene dos conceptos tan distintos, ¿por cuál debe inclinarse? Son algunas de las preguntas que gravitan hoy en una opinión pública un tanto confundida por el uso del glifosato en la lucha contra los cultivos ilícitos.

El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, basado en unos estudios científicos, anunció su recomendación para que en el país se deje de usar este químico. Su decisión fue recibida con una ovación por parte de los sectores ambientalistas. Sin embargo, un inesperado opositor le salió al paso. El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, aseguró que el glifosato es muy efectivo y la muestra de ello es que en las zonas en las que se dejó de utilizar el químico se aumentó la producción de coca y que por ello “estas herramientas reducen el narcotráfico, los criminales y la inseguridad no se puede perder de buenas a primeras”.

El jefe de la cartera de Defensa señaló que el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, no contó en ningún momento con las Fuerzas Militares para tomar esta decisión y que por ello, a menos que el propio Santos se lo ordene, él va a continuar la fumigación de los cultivos con esta sustancia. “La erradicación manual ha tenido más riegos para la vida humana que cualquier otra herramienta, la hemos hecho con mucha valentía, pero nos hemos encontrado en los campos de coca minas y explosivos que han asesinado personas y han dejado colombianos discapacitados por siempre”.

Pinzón dice que está abierto al diálogo y a analizar todas las alternativas de erradicación existente, siempre y cuando no se afecten los avances conseguidos hasta ahora en la lucha contra el narcotráfico porque “no podemos permitir que se beneficie la delincuencia de esto”.

Gaviria va por otra línea. La opinión suya se basa en textos de enorme prestigio. Así, por ejemplo, la publicación de la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer en la revista científica The Lancet, en la que se clasificó a cinco plaguicidas, entre estos el glifosato, con evidencia suficiente para producir cáncer en animales o en el hombre, fue un argumento de peso para dar su concepto. La Agencia, que pertenece a la Organización Mundial de la Salud, descubrió que la exposición al glifosato está relacionada con la probabilidad de generar tumores en la piel.

El ministro dice que le preocupa la salud de los colombianos. De hecho, en una reciente inspección realizada por la Defensoría del Pueblo a las zonas de Putumayo en las que se ha realizado fumigación con glifosato se encontró que la población afirma haberse visto perjudicada por la utilización de este herbicida. Las comunidades visitadas por la Defensoría señalaron que se trata de enfermedades dermatológicas, digestivas y respiratorias, siendo frecuentes, según ellos, dolores de cabeza, casos de intoxicación y síntomas como diarrea y fiebre entre los niños.

El ministro de Defensa muestra su inquietud por el aumento de las zonas sembradas cultivos ilícitos que al fin y al cabo son el combustible de los grupos armados irregulares y por ende de la guerra. Toda esta discusión se ha hecho a través de los medios de comunicación mientras hablan con el presidente Santos o se reúnen en el Consejo Nacional de Estupefacientes convocado para el próximo 15 de mayo para tratar en profundidad el tema.