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| Foto: Juan Carlos Sierra

JUSTICIA

“Las armas se orientaron contra rehenes con el desabrido pretexto de defender la democracia”: sentencia del Holocausto

La Corte Suprema de Justicia cuestiona la actuación del Gobierno y del Ejército en la operación de retoma del Palacio de Justicia en 1985. Concluye que había urgencia de dar un pronto resultado antes de que “en un acto de cordura” al presidente Belisario Betancur se le ocurriera suspender operaciones.

25 de septiembre de 2019

Fue necesaria la revisión de más de 28.000 folios, 135 cuadernos originales y 120 discos con todo tipo de material audivisual para que este martes quedara en firme la primera sentencia condenatoria contra un oficial por los hechos del Palacio de Justicia, tomado a sangre y fuego por la guerrilla del M19 en 1985. La Corte Suprema de Justicia ratificó la condena a 35 años contra el general en retiro Jesús Armando Arias Cabrales, excomandante de la brigada XIII del Ejército, quien estuvo al mando de la operación militar de retoma. Para la justicia, él es coautor de la desaparición forzada de por lo menos cinco personas.

El fallo es un documento histórico porque de un lado recoge evidencias relacionadas a la responsabilidad del general Arias Cabrales, quien actuó en representación del mando militar, y de otro reconstruye la cadena de hechos políticos que llevaron al fatídico desenlace en el que murieron 94 personas, entre ellos 11 magistrados de la Corte Suprema de Justicia, 15 magistrados auxiliares, 1 magistrado del Consejo de Estado y 21 guerrilleros del M-19. Todo esto en 28 horas de toma y retoma del claustro de la justicia y cuyas escenas escalofriantes aún enlutan al país.

Uno de los capítulos centrales del fallo se enfoca en determinar cómo desde la máxima cabeza del Gobierno, el entonces presidente Belisario Betancur, se impartió una directriz que provocó una implacable reacción de las fuerzas militares y retardó la intervención humanitaria de la Cruz Roja.

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Para cuando el delegado de este organismo logró entrar al Palacio de Justicia no había nada qué hacer: “Comprendí que mi misión había fallado desde todo punto de vista, me invitó el general Arias a reconocer el área del cuarto piso pero comprendí que no tenía objeto”, testificó el mismo Carlos Eduardo Martínez Sáenz, director de Socorro Nacional de la Cruz Roja, el encargado de llevar un mensaje que diera pie a una mediación para abogar por la vida de los rehenes. Algo que nunca ocurrió. 

La conclusión de la corte es que contrariando toda evidencia, el presidente Betancur (quien murió el pasado mes de diciembre) y los mandos militares insistieron en que se trató de una operación de rescate. Sostuvieron que la regla de oro era garantizar en todo momento la vida de los funcionarios judiciales, empleados y visitantes, pero en realidad la investigación devela que fue contra ellos y contra los asaltantes que se orientaron las armas con el “desabrido pretexto de defender la democracia”. Y “sin hacer la mínima distinción entre combatientes y no combatientes”.

Para sentar este veredicto, el fallo recoge las declaraciones que rindieron cinco expresidentes consultados por Betancur durante el desarrollo de la operación en medio de la caótica emergencia. El entonces presidente además pidió consejo a varios exministros y líderes políticos, entre ellos el líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento, asesinado el 18 de agosto de 1989 en Soacha.  

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Precisamente, uno de los testimonios clave retomados por el fallo fue el que rindió Galán, quien dijo haber hablado con el presidente Betancur sobre la necesidad de garantizarle la vida a los rehenes. El jefe de Estado le habría manifestado que no podía garantizar la vida de la totalidad de las personas que allí se encontraban, pero que, según la Fuerza Pública sí existía la posibilidad de un desenlace plenamente exitoso al tumbar la puerta de tal forma que no muriera ningún rehén en esa operación definitiva. Galán le pidió no pasar por alto las declaraciones del presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, quien habló a todo el país a través de una emisora radial para pedir con insistencia un alto al fuego inmediato. 

“A pocos minutos de haber ingresado el delegado del organismo de socorro, le indicaron que todo había terminado de manera trágica”, subraya la corte.

Galán y Betancur aparentemente estuvieron de acuerdo en que el gobierno no debía precipitarse a una acción definitoria que arriesgara la vida de los rehenes, también en buscar la forma menos arriesgada para los rehenes sin aceptar una negociación y en buscar un diálogo humanitario para salvar las vidas. No obstante, aunque Belisario le manifestó a Galán que accedió a esta intervención humanitaria ordenando el ingreso de la Cruz Roja, después se sorprendió con que solo se concretó hora después. “A pocos minutos de haber ingresado el delegado del organismo de socorro, le indicaron que todo había terminado de manera trágica”, subraya la corte.

El expresidente Alfonso López Michelsen manifestó que en una segunda comunicación con Betancour, este le hizo saber que los guerrilleros se obstinaban en no rendirse y que se había desatado un incendio impidiendo la actuación rápida y efectiva. López dijo tener información sobre que Betancour estaría impidiendo el ingreso de la Cruz Roja al Palacio de Justicia, organismo que consideraba podía facilitar una negociación. No obstante, el presidente le indicó que ni él ni el Ejército impedían el ingreso del organismo de socorro pero que verificaría esta información. Cuarenta minutos después, Betancur le confirmó que había dado la orden para que Martínez Sáenz (director de la Cruz Roja) ingresara a Palacio con un mensaje escrito a los guerrilleros con el fin de poner fin a la toma.

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El entonces presidente del Congreso era Álvaro Villegas quien dijo ante la justicia que habló varias veces con Belisario Betancur y que este le manifestó: “Quiero contarle a usted solamante que yo no voy a negociar, que he tomado esta decisión y la he consultado con los señores expresidentes, con el doctor López que está en Europa -me dijo-, con el doctor Pastrana que está en Mónaco, con el doctor Turbay, con los doctores Alberto Lleras y Carlos Lleras, con los candidatos doctor Gómez Hurtado, doctor Barco Vargas y con el doctor Galán Sarmiento y que su decisión final era no intervenir”.

La defensa

El expresidente Betancur insistió ante la corte que la entrada del Ejército al Palacio se produjo en el momento en que habían fracasado todas las instancias en el forcejeo contra los asaltantes y las propias fuerzas que ya atacaban el Palacio de Justicia para su recuperación desde afuera. Precisó que tomó decisiones tras el anuncio de los asaltantes de ir hasta las últimas consecuencias y que ordenó mantener el orden, las instituciones, recobrar el Palacio, con la totalidad de las cautelas para garantizar la recuperación de los rehenes sanos y salvos. “Partía yo de la base de que la prudencia con que se utilizarían las armas, su gradualidad y oportunidad garantizaría tales instrucciones inequívocas”, recoge el fallo.

El fallecido general Rafael Samudio Molina afirmó que la orden de ejecutar el operativo militar fue impartida por el presidente Belisario Betancur Cuartas a través del conducto regular que era el general Miguel Vega Uribe, ministro de la Defensa.

"El hecho de que en un lan tricolor quedaran descartadas las treguas, ceses al fuego o suspensión de operaciones (...) llevó al general Samudio a exigirle al general Arias Cabrales la urgencia de que se produjera un pronto desenlace, ante la preocupación de que de un momento a otro, en un acto de cordura, el presidente se le ocurriera dar la orden de suspender operaciones".

En consecuencia, el fallo asegura que el gobierno ejecutó el "Plan Tricolor 83", que era activado ante guerras con algún país vecino o ante una insurrección general, parcial o total en territorio nacional que pudiera afectar el Estado de Derecho. "La acción militar como respuesta a la insurrección armada implicaba que no se podían conceder treguas, ceses al fuego o suspensión de operaciones que debían caracterizarse por su persistencia, presión constante, continuidad y fuerza, a fin de conseguir resultados decisivos”, destaca la corte.

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Por ello, la corte cuestiona que pese a esa realidad y contrariando toda evidencia, Betancur y la cúpula militar sostuvieran a lo largo de todas las actuaciones judiciales que se trató de una operación de rescate de rehenes. "El hecho de que en un plan tricolor quedaran descartadas las treguas, ceses al fuego o suspensión de operaciones, y que como se indicó las operaciones debían caracterizarse por su persistencia, presión constante, continuidad y fuerza, a fin de conseguir resultados decisivos llevó al general Samudio a exigirle al general Arias Cabrales la urgencia de que se produjera un pronto desenlace, ante la preocupación de que de un momento a otro, en un acto de cordura, el presidente se le ocurriera dar la orden de suspender operaciones".

Las conversaciones

Además de los testimonios del alto poder, esta conclusión de la corte también fue reforzada por las conversaciones de radioteléfono con el general Arias Cabrales.

Para la corte, en el manejo de la asistencia de la Cruz Roja se observa la manipulación de las Fuerzas Armadas y el papel central que tuvo el general Arias Cabrales, quien se idenficaba como Arcano 6 en las radiocomunicaciones. En una de las comunicaciones de radio se dice:

Paladín 6: R. Entiendo que no han llegado los de la Cruz Roja, por consiguiente, estamos con libertad de operación y jugando contra el tiempo. Por favor, apurar, apurar a consolidar y acabar con todo y consolidar el objetivo. Siga.

Después se profiere esta conversación entre el coronel Luis Carlos Sadovnik (Arcano 5) y el general Árias:

Arcano 5: Quiere Paladín que se dilate un poquito el acceso de Martínez. Eh, se le ponga a coordinar bien sea aquello, bien sea en el Ejército. Cambio

Arcano 6: R. Entendido.

Y cuando el director de la Cruz Roja llega a la Casa del Florero, el general Arias Cabrales impartió las siguientes directrices:

Llegó el personaje, cambio

Arcano 6: QSL, QSL. Bueno entonces dígale que me van a mandar a informar, me van a mandar a informar, para efecto de terminar aquí porque estamos ya en el punto de irrumpir, estamos a punto de irrumpir, inclusive nos están dando fuego. Entonces ya yo voy a bajar al primer piso, estoy aquí en el cuarto, voy a bajar al primero a recibirlo. De acuerdo con lo previsto, entonces él y cinco camilleros perfectamente identificados, con sus camillas, con sus distintivos de la Cruz Roja, etc. Entonces, para que alguien lo acompañe ahí protegiéndose contra el muro del primer piso y que me espere ahí a la entrada para hacerlos conductos, cambio.

QSL: Arcano 6: Ahí lo estamos demorando un poquito para, dándole instrucciones de cómo arribar allá, cambio.

En declaraciones a la justicia, Martínez Sáez confirmó haber estado bastante tiempo en la Casa del Florero, desde luego como consecuencia de la maniobra militar, mientras esperaba la autorización para ingresar al Palacio de Justicia. Al ser autorizado, fue acompañado por el general Vargas Villegas y el coronel Alfonso Plazas Vega hasta la entrada principal y desde allí subió al tercer piso en donde estaba Arias Cabrales.

“Súbitamente oímos una explosión fuerte. Minutos después cesó el fuego y vimos descender un grupo grande soldados quienes dieron parte al general de haber cumplido con la misión encomendada a ellos. Comprendí que mi misión había fallado desde todo punto de vista", concluyó Martínez. El holocausto estaba consumado.