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| Foto: Archivo SEMANA

ORDEN PÚBLICO

Carcelero de los tres estadounidenses pagará 27 años en EE. UU.

Diego Alfonso Navarrete, exguerrillero del frente Primero de las FARC, fue condenado por la Corte de Columbia, en Washington.

10 de noviembre de 2015

Mientras el Gobierno y las FARC discuten qué pasará con los guerrilleros después de una eventual desmovilización, en Estados Unidos los miembros de ese grupo insurgente que fueron extraditados rinden cuentas a la justicia.

Este es el caso de Diego Alfonso Navarrete Beltrán que militó en el frente primero de las FARC con influencia en Meta, Vaupés y Guaviare.

Con el alias de ‘LJ’ o ‘Sebastián’ y cumpliendo su labor como guerrillero raso, tuvo entre sus obligaciones cuidar a los secuestrados, entre ellos a la excandidata presidencial Íngrid Betancourt y a los tres estadounidenses Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell.

Por estos últimos hechos, este martes la Corte del Distrito de Columbia en Washington lo condenó a 27 años de prisión en una cárcel en Estados Unidos, luego de que en agosto se declarara culpable de mantener a los ciudadanos de ese país secuestrados durante 16 meses.

El subprocurador federal de justicia, John Carlin, dijo en un comunicado que el caso "subraya nuestra determinación a traer a la justicia a quienes someten a nuestros ciudadanos con violencia, sin importar cuánto tarde".

Fue exactamente hace un año que el presidente, Juan Manuel Santos, firmó la orden de extradición de este guerrillero, que desde un principio negó que haya sido él quien ordenó estos secuestros.

“Si César, que era el comandante del frente Primero, y Gafas el comandante de la unidad donde yo estaba, no están en extradición, ¿por qué yo sí?  Cesar está allá (EE. UU.), pero no está por secuestro y Gafas está aquí (en La Picota) y no se lo llevan. Pidieron su extradición por secuestro pero se cayó. Entonces, ¿por qué yo un guerrillero raso, cumplidor de órdenes, tengo que pagar por lo que no he hecho?”, dijo Navarrete a Semana.com antes de ser extraditado.

Él estuvo en la cárcel La Picota, más exactamente en el pabellón de los extraditables, por algo más de un año a la espera de su extradición a Estados Unidos.

Navarrete es requerido por la justicia colombiana por narcotráfico, secuestro y concierto para delinquir. Sin embargo, para la Corte estadounidense el accionar dentro de este grupo guerrillero fue más allá.

Se le acusa de concierto para suministrar material de apoyo a una organización considerada terrorista, y además, es investigado por violar el Derecho Internacional Humanitario.

Fue capturado por unidades del grupo élite de la Dirección Antisecuestro en el barrio Cuidad Latina en Soacha (Cundinamarca), en 2013, luego de que en 2012 se expidiera una orden de captura.

Desde su fría celda alzaba la voz para decir que él no fue quien secuestró a los tres estadounidenses en 2003. "Yo sí fui guerrillero durante muchos años. Pero ni ordené ni secuestré a esos señores. Lo único que hice, como muchos otros, fue ser parte de la compañía que cuidaba el campamento donde los tenían. Van a extraditar al que no es”.

Durante la entrevista que brindó a Semana.com fue contundente y reiterativo al señalar que prefería morir en una celda colombiana, que pagar por un delito en Estados Unidos que no cometió.

Pero sus palabras cayeron al vacío y las autoridades lo extraditaron a Estados Unidos hace un año. Navarrete ahora está en una celda de 3x3 metros bajo los rigores del sistema carcelario de ese país.

Vea la entrevista de Semana.com a Diego Alfonso Navarrete: