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| Foto: Cámara Lúcida

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Opiniones sobre el Plan Colombia

El libro de Julio Sánchez Cristo, ‘El país que se hizo posible’, recoge diferentes perspectivas de esa iniciativa binacional. Estos son algunos apartes.

6 de febrero de 2016

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia:

El Plan Colombia fue diseñado desde el año 2000 como un plan de cooperación bilateral que apoyara nuestra lucha contra el problema mundial de las drogas y que, al mismo tiempo, fortaleciera nuestra débil democracia y nuestras instituciones, cuando estaban a punto de ser catalogadas como pertenecientes a un Estado fallido. Todo eso cambió. Por eso, si logramos terminar el conflicto armado a través del diálogo, estaremos cerrando el círculo de manera perfecta.

Julio Sánchez Cristo, periodista:

No estoy seguro de que, 15 años después, el Plan Colombia le haya o no servido a Colombia. El país se ha beneficiado de millones de dólares de inteligencia, de equipo militar, seguramente de algo de ayuda para la justicia, para temas sociales, pero al final lo que hay que mirar es el resultado.

Barry McCafrey, director de la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas, Casa Blanca 1996-2001:

En retrospectiva creo que lo más importante que hicimos fue brindar movilidad aérea por helicóptero a la Policía y el Ejército colombianos; creo que ese fue el punto crucial porque en la región oriental de ese enorme país que es Colombia hay muy pocas carreteras y la Policía no podía controlar el país ante el asedio de las Farc o el ELN, a menos que supiera que llegarían refuerzos. Si mal no recuerdo, eventualmente Colombia terminó con unos 250 helicópteros;
creo que eso combinado con el coraje de los colombianos fue lo que cambió la situación.

Antonio Caballero, escritor y columnista:

Se dijo entonces que el plan era exclusivamente para combatir el narcotráfico, y, explícita y enfáticamente, que no era para frenar a las guerrillas. Dos mentiras. Resultó muy eficaz contra las guerrillas, y completamente inocuo frente al narcotráfico (…). El narcotráfico sigue pujante, y más que entonces, porque la única manera de acabar con él es no combatirlo, sino legalizarlo.

Carlos Lozano Guillén, director del semanario ‘Voz’:

El Plan Colombia se dedicó a perseguir a los campesinos pobres que cultivan la hoja de coca casi por necesidad, mientras los narcotraficantes en Estados Unidos siguen lucrándose del negocio del narcotráfico sin ninguna intervención de las autoridades, amén de la legalización del consumo en varios estados del país del norte. Era previsible el fracaso del Plan Colombia cuando no existía ninguna autoridad moral para imponerlo. Se necesitaría, más bien, un ‘Plan USA’ para frenar el narcotráfico en toda su cadena de producción y distribución.

Enrique Santos Calderón, periodista y escritor:

La falla protuberante estuvo en concentrarse de manera obsesiva en la eterna ‘guerra contra la droga’, con todas sus conocidas aberraciones: énfasis en el aspecto represivo y policivo en detrimento de políticas de desarrollo alternativo; insistencia en fumigaciones aéreas con sus efectos colaterales (…). Se ha demostrado hasta la saciedad que la altísima rentabilidad del tráfico de droga, en virtud de su ilegalidad, también se alimenta de estas estrategias contraproducentes. El Plan Colombia no pudo con las leyes económicas de la oferta y la demanda.

Bonnie Kappler, exfiscal antimafia de Nueva York:

El Plan Colombia ayudó a ganar muchas batallas, pero la guerra ha llegado a un punto de estancamiento. Si la meta del Plan Colombia es ayudar a Colombia a luchar contra los carteles o los narcotraficantes y hacer que respondan ante la justicia, el plan ha tenido éxito. Si el propósito del Plan Colombia era poner freno al narcotráfico y a la producción y flujo de droga, entonces fracasó; no ha hecho más que trasladar parte de la guerra a otros países, como Honduras y Guatemala.

Germán Castro Caycedo, escritor y periodista:

En primer lugar, no existe el Plan Colombia. Nunca ha existido, más allá de un cuento que los estadounidenses le echaron a Colombia. Según los documentos del Departamento de Estado, esa operación se llama y se ha llamado siempre en forma oficial ‘Ofensiva al Sur’ o ‘Estrategia/Andina’ (…). La llamada ‘ayuda’ de Washington de la Ofensiva al Sur es apenas el 11 por ciento del costo total. El resto es nuestro dinero. Pero resulta que su ‘ayuda’ la invierten en herbicidas producidos por sus industrias Monsanto y Dow Chemical.

Mauricio Vargas Linares, columnista del diario ‘El Tiempo’:

El Plan Colombia es quizá el proyecto más exitoso de la política exterior de los Estados Unidos en lo que va del nuevo siglo. A diferencia de lo ocurrido en Afganistán, Irak, Palestina y diferentes países asiáticos y africanos donde Washington envió ayuda y/o tropas, o prestó sus buenos oficios diplomáticos para solucionar conflictos, en el caso de Colombia no solo hubo un claro retroceso de las organizaciones criminales del narcotráfico, el paramilitarismo y la guerrilla (…), sino que todo ello fue conseguido sin desembarcar tropas estadounidenses.

Juan Carlos Pinzón, embajador en Estados Unidos:

El Plan Colombia tiene varias lecciones: la primera es sostenibilidad en el tiempo. Ha habido sostenibilidad de parte de tres administraciones estadounidenses, de tres administraciones colombianas, de cambios entre demócratas y republicanos en el Congreso de Estados Unidos y un permanente liderazgo de las autoridades en Colombia, precisamente para tratar de imponer el Estado de derecho. Creo que hay una lección importante y es el fortalecimiento sostenido de las Fuerzas Militares y de la Policía, entendiendo que la seguridad es el factor fundamental que permite el crecimiento económico.