Home

Nación

Artículo

María Edith Camargo Hernández, alias ‘Frijolita’

JUDICIAL

La infiltrada

Camuflada como empleada doméstica, una guerrillera fue la pieza clave de uno de los peores secuestros masivos en la historia: el del edificio Miraflores de Neiva. Tras una increíble cacería, fue capturada por la Policía.

29 de agosto de 2009

En la larga historia de secuestros en el país hay varios que han dejado profundas cicatrices en la sociedad colombiana. Uno de ellos fue el ocurrido en el edificio Miraflores de Neiva. El 26 de julio de 2001, 50 guerrilleros de la columna Teófilo Forero de las Farc, disfrazados como integrantes del Ejército, ingresaron de noche a un edificio del exclusivo sector de la capital de Huila y secuestraron a 15 personas, incluidos siete menores de edad. Entre las víctimas estaban la ex representante a la Cámara Gloria Polanco y sus dos hijos.

Se trató del primer gran golpe urbano de este tipo perpetrado por la guerrilla, y el impacto sicológico de esa acción fue devastador. La mayoría de los secuestrados recobró la libertad después de pasar varios años en la selva y pagar millonarios rescates. La última en reencontrarse con su familia fue Polanco, liberada en marzo de 2008, tras seis años de cautiverio.

Algunos de los guerrilleros que entraron disfrazados como miembros del Ejército han sido capturados a lo largo de los últimos ocho años por la Policía. Sin embargo, la persona que desempeñó el papel más importante en ese secuestro masivo siempre logró escapar de las autoridades. Pero la semana pasada finalmente fue capturada por hombres del Centro Integrado Contra el Terrorismo (Cicot) de la Policía Nacional. Se trata de María Edith Camargo, una curtida subversiva de la columna Teófilo Forero. La historia de esta mujer, que fue el eje fundamental del secuestro de Miraflores, y la operación que le dio captura, parecen sacadas de un guión de una película.

Conocida con el alias de 'Frijolita', ingresó a la guerrilla a finales de los años 90 en Huila. Su cercanía con Marly Capera, alias la 'Pilosa', compañera del jefe de la columna Teófilo Forero, Óscar Montero, alias el 'Paisa', le permitió ganarse muy pronto la confianza del temido jefe subversivo y ser asignada a 'tareas especiales'. Una de sus primeras misiones fue asesinar al general del Ejército Crispiniano Quiñónez. Pocos meses después de recibir el encargo la mujer, en compañía de su compañero, Édgar Moreno, alias 'Fríjol', mató a sangre fría al alto oficial cuando salía de un local comercial en La Vega, Cundinamarca, el 27 de febrero de 2000. Ese crimen convirtió a 'Frijolita' en una de las personas más cercanas y favoritas del 'Paisa'. Al poco tiempo la designó para otra misión mucho más importante: hacer la inteligencia para ejecutar el secuestro del edificio Miraflores de Neiva.

La guerrillera empleada
El secuestro masivo había sido planeado por el 'Paisa' durante meses, pero necesitaba a alguien que fuera capaz de infiltrarse en la exclusiva edificación sin despertar sospecha. El jefe de la Teófilo Forero contó para ello con la ayuda de una persona que colaboraba con esa columna de las Farc: Sandy Rocío Villalba, sobrina del Ministro de Agricultura de la época, Rodrigo Villaba.

Sandy, quien posteriormente fue capturada y condenada por rebelión, conoció a 'Frijolita' y la llevó al apartamento del empresario huilense Ricardo Falla, en el edificio Miraflores, donde empezó a trabajar como empleada doméstica interna. Durante casi un año, la guerrillera tomó detallada nota de cada uno de los aspectos de la vida de quienes vivían en Miraflores. Se hizo amiga de los celadores y de las demás empleadas. Entraba sin mayor problema a los apartamentos con cualquier disculpa, y sin que nadie se percatara tomaba nota de las rutinas de los habitantes, así como de cuáles apartamentos tenían puertas blindadas, alarmas o alguna medida de seguridad. Su cercanía con los vigilantes y la posibilidad de estar todo el tiempo en el edificio y sus alrededores también le facilitó determinar los movimientos de la fuerza pública y cada cuánto pasada la Policía por el lugar.

'Frijolita' aprovechaba sus salidas dominicales para entregar esa valiosa información a milicianos que a su vez la llevaban al 'Paisa' para pulir el siniestro plan. En otras ocasiones los datos eran entregados por la mujer a su compañero, 'Fríjol', quien aparentaba ser el conductor de un camión que transportaba alimentos entre las plazas de mercado de Bogotá, Cali y diversas ciudades de Meta y Huila. Gracias a su fachada el guerrillero podía recolectar valiosa información en las ciudades en las que se movilizaba, la cual suministraba a los miembros de la Teófilo Forero para atentados. De igual forma en su camión llevaba remesas y otros elementos para diversos grupos de la guerrilla cuando se internaba en poblaciones alejadas en los Llanos y el sur del país.

La información recogida por 'Frijolita' durante meses fue clave no sólo porque la guerrillera finalmente escogió a las víctimas del secuestro, sino porque permitió que los guerrilleros encargados de perpetrar el plagio masivo entraran y salieran sin problemas del edificio, como ocurrió.

El día de la operación los subversivos llevaron cargas explosivas para volar las puertas blindadas de dos apartamentos, gracias a los datos entregados por la infiltrada. En el momento del ataque, y mientras los guerrilleros sacaban a empellones a sus víctimas, 'Frijolita' se quitó su delantal de empleada doméstica y ante la mirada aterrada de los secuestrados que la conocían y la habían visto en sus apartamentos, se puso el camuflado y salió con los guerrilleros y sus víctimas rumbo a la selva. Desde el fatídico 26 de julio de 2001, fue poco lo se volvió a saber de ella.

Sin embargo, hace un año, hombres de inteligencia del Cicot encontraron una pista que los llevaría hasta la escurridiza subversiva. Gracias a la información entregada por un guerrillero desmovilizado los policías lograron ubicar a 'Fríjol', quien manejó uno de los camiones en los que los guerrilleros se llevaron a los secuestrados. Los hombres de inteligencia del Cicot sabían que la forma de llegar a 'Frijolita' era acercarse a su compañero, pero sabían que el hombre era extremadamente desconfiado y cauteloso. Varios policías se camuflaron como coteros y ayudantes para cargar los camiones en las plazas de mercado. Durante más de ocho meses vivieron en ese mundo. "A él sólo le gustaba relacionarse con las pocas personas que trabajaban con él. Sólo comía o tomaba con las personas que él conocía", contó a SEMANA uno de los agentes infiltrados.

Uno de los grandes desafíos era que 'Fríjol' se movía por diferentes ciudades. Esto obligó a los hombres de inteligencia a tener varios infiltrados como coteros en las plazas de mercado y sitios por donde se movía el guerrillero con su camión. Esa paciente labor dio resultado. Un día, mientras tomaba trago con los que eran sus "nuevos amigos", 'Fríjol' llamó a su compañera, escondida en Pitalito, Huila. Otro equipo de inteligencia de la Policía llegó hasta el lugar y tras varias semanas de investigación los agentes la localizaron y comenzaron a seguirla.

Ella estaba en una nueva misión: infiltrarse en uno de los batallones del Ejército en esa zona, y ya había alcanzado a recolectar valiosa información. Esta vez la fachada de la guerrillera no era la de empleada doméstica. Había logrado convertirse en la novia de un soldado que, sin conocer nada de la historia de la mujer, inocentemente le había permitido acceso a instalaciones y le había entregado datos relevantes.

El pasado 20 de agosto, mientras Gloria Polanco lideraba una marcha por las calles de Neiva para pedir la liberación de otros secuestrados en el país, 'Frijolìta', la guerrillera que aportó la información para efectuar el secuestro de la ex congresista, fue capturada por la Policía. Unas horas antes su compañero también había sido arrestado. Terminaba ese episodio novelesco.