Le disparó 16 veces: El contundente fallo contra un soldado que atacó a un compañero mientras descansaba en el Cantón Norte

16 años y cinco meses de prisión: Este fue el veredicto de la Justicia Penal Militar en el proceso que se le adelantó al soldado profesional Gerzan Eladio Asprilla Castillo quien, el pasado 25 de mayo, le descargó su fusil a un compañero que se encontraba descansando en su habitación en las instalaciones del Cantón Militar Occidental, ubicado en la localidad de Puente Aranda, en el centro de Bogotá.

En el fallo, en el cual se menciona que el mismo soldado aceptó su plena responsabilidad en los hechos, la Justicia Penal Militar indicó que el solado, que hacía parte de la compañía Deluyer, del Batallón de Policía Militar No.13, atacó en total estado de indefensión a su compañero. La sevicia queda presente al citarse los registros documentales que indican que se encontraron 17 casquillos de bala de fusil al rededor de la cama de la víctima.

Según los reportes de las autoridades, el solado Joan Sebastián Escudero García se encontraba descansando al interior de su habitación cuando alrededor de las 5:15 de la tarde el soldado Asprilla ingresó al lugar con un fusil Galil calibre 5.56, el cual hacía parte de su arma de dotación, y sin mediar palabra disparó contra su compañero en siete oportunidades acabando inmediatamente con su vida.

Escudero García murió en el lugar de los hechos, mientras que el soldado agresor se disparó con el fusil e intentó suicidarse con el mismo fusil. Sin embargo, los miembros del Cantón Norte lograron auxiliarlo rápidamente y fue trasladado hasta el Hospital Militar, donde finalmente lograron salvarle la vida y se encontraba internado desde ese día.

Tras ser dado de alta, el soldado fue capturado el 13 de junio después de que la Fiscalía de la Justicia Penal Militar argumentara que Asprilla Castillo era una peligro para la sociedad y para sus propios compañeros. Varios de ellos coincidieron en afirmar, ante el juez de instrucción militar, que tuvieron miedo por lo que podría suceder puesto que el soldado Asprilla seguía con el fusil en sus manos y podría dispararles en cualquier momento.

Un sargento viceprimero -declararon varios testigos- fue el encargado de mediar para que el soldado soltara el arma. Sin embargo, todo se hizo desde la distancia puesto que apuntaba con el fusil hacía la entrada, bastante nervioso, y con la mirada dispersa, lo que aumentaba el riesgo.

Mientras le decía que soltara el arma, y pedía protección y asistencia, el soldado ubicó la trompetilla del fusil en su mentón y en menos de un segundo procedió a accionar accionar el fusil dejando como resultado una herida abierta. En este momento se abalanzaron sobre él para desarmarlo y trasladarlo inmediatamente a un centro médico.

El soldado, según recordaron, no perdió el sentido pese a la violencia del impacto de bala y jamás soltó el fusil. “Cuando se dio la oportunidad se le retira el fusil, inmediatamente se procede a evacuar el lugar de los hechos”. Hasta la fecha se desconocen los motivos que llevaron al soldado Asprilla Castillo a dispararle al dragoneante en ese estado de indefensión y vulnerabilidad.

El condenado deberá cumplir la sentencia impuesta en un centro de reclusión para integrantes de la Fuerza Pública.