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Carlos Antonio Lozada y Javier Flórez lideran sendos equipos de trabajo para el cese del fuego y la dejación de armas. Esta semana se podría conocer el acuerdo. | Foto: Daniel Reina

PERSONAJES

Los arquitectos del fin de la guerra

El brigadier general del Ejército Javier Flórez y el jefe guerrillero Carlos Antonio Lozada pasaron de ser enemigos en el campo de batalla a aliados en la construcción de paz.

21 de mayo de 2016

Dos hombres han sido claves en el diseño del cese al fuego y hostilidades definitivo que se anunciará en pocos días. Durante año y medio han trabajado de la mano en la subcomisión técnica diseñando zonas de concentración, definiciones de hostilidades y cómo será el cronograma de la dejación de armas. Pero hace diez años eran enemigos acérrimos.

Durante la Operación Libertad I que acabó con la presencia de las FARC en Cundinamarca, el general Javier Flórez fue comandante en terreno y participó en el desmantelamiento de los frentes 22 y 42. Pero otro frente, el 55, se le escabulló por el Sumapaz hacia la cuenca del río Duda, con sus tropas casi intactas. A la vanguardia de ese grupo estaba un joven comandante guerrillero, que venía de manejar las redes urbanas de Bogotá, y que por sus habilidades políticas había hecho parte del equipo negociador en el Caguán: Carlos Antonio Lozada.

Luego, durante el Plan Patriota, sin verse nunca, se combatieron sin tregua. Flórez estuvo al frente de la Fuerza de Despliegue Rápido, Fudra, y después, durante cinco años, los más duros de la guerra en el suroriente del país, al frente de la Fuerza de Tarea Omega, la punta de lanza que tenían las Fuerzas Militares para derrotar a las Farc. Flórez ha sido un hombre de acción, tropero, de gran iniciativa en el campo de batalla. En alguno de los múltiples bombardeos que sus tropas hicieron contra los campamentos guerrilleros, Lozada estuvo a punto de morir. Sin embargo, los años de esa intensa guerra (2004 a 2012) convirtieron a este en el estratega militar más importante para ese grupo armado, después del Mono Jojoy.

Ambos vieron morir a sus hombres en la guerra. Se moldearon como enemigos. Aprendieron de táctica y estrategia. No se dieron tregua. El año pasado, sin embargo, cuando Flórez era subcomandante del Ejército y Lozada el miembro más joven del secretariado de las Farc se encontraron por primera vez, frente a frente, en La Habana para construir un acuerdo de fin del conflicto en sus aspectos técnicos. La comisión que ambos encabezan se ha caracterizado por el respeto y la discreción. El fruto de la confianza construida y del diálogo asertivo está a punto de ser presentado al país. La guerra se acabará pronto, y estos dos hombres han construido la hoja de ruta para lograr el fin del conflicto.