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NUEVAS PISTAS

15 datos confidenciales sobre la investigación del crimen de Rodrigo Lara Bonilla.

18 de junio de 1984

Hasta el momento existen dos versiones sobre la identidad del autor intelectual del asesinato del ex ministro Rodrigo Lara. Las autoridades están investigando las dos pistas. SEMANA, consultando diferentes fuentes en Bogotá y Medellín, ha logrado detallarlas al máximo y las presentamos a nuestros lectores para que se formen su propio juicio.

PRIMERA VERSION
Un mafioso antioqueño, calificado en los círculos delincuentes de Medellín "de peso mediano", habría sido el autor intelectual del asesinato del ministro de Justicia, según pudo establecer SEMANA tras una serie de averiguaciones en los bajos fondos del hampa de la capital paisa, donde esta versión es considerada prácticamente definitiva. El móvil del crimen sería el interés que este narcotraficante tenía en que se desatara una guerra contra los grandes "capos" y en particular contra uno de ellos, con el cual había tenido un grave problema por la propiedad de unas tierras. Se trataría entonces de una venganza contra éste, planeada por el "peso mediano", a sabiendas de que la guerra frontal perjudicaría principalmente a las cabezas visibles de la mafia y no a los "capos" menores como él.

"SAPEO" EL YARI
Según los informes conocidos por SEMANA en esos medios, el primer intento de este mafioso de vengarse del "capo" grande habría sido denunciar la existencia y ubicación de los laboratorios del Yari, en el Caquetá. Para ello, el supuesto autor intelectual del crimen de Lara habría utilizado un grupo de intermediarios que, tras contactar al ministro de Justicia, le habrían revelado todo sobre " Tranquilandia".

APELLIDO "HIDROGRAFICO"
Según los datos recogidos, el cerebro del asesinato tendría un apellido "hidrográfico", o sea algo como Lagos, Laguna, Ríos o Arroyo. Ha vivido gran parte de su vida en Costa Rica, donde tiene bastantes familiares. Entre otras actividades ilícitas, se dedico mucho tiempo al tráfico de armas y su última gran venta habría sido al dirigente antisandinista Edén Pastora. El mafioso en cuestión habría sido un hombre de primera línea del MAS.

CONTACTOS
Se sabe por otras fuentes que, en efecto, Lara había sido contactado a través de intermediarios por un "capo de peso mediano" cuyo apellido también es "hidrográfico", quien le manifestó que tenía importantes asuntos que comunicarle.

CITA
Este personaje había logrado una cita con Lara dos horas y media antes de su muerte. Sin embargo ese día Lara estaba muy nervioso pues había sido alertado sobre un inminente complot y por eso, a las 4 de la tarde, ordenó reforzar considerablemente la vigilancia en el ministerio dando la orden específica de que se requisara a todo el que subiera a su despacho.

SE ASUSTO
Cuando el "capo mediano" llegó a la cita, notó un exceso de seguridad y consideró imprudente ingresar al edificio del ministerio. Prefirió retirarse y buscar una nueva cita otro día.

EL PERO
Estos datos conforman una historia coherente que tiene, sin embargo, un cabo suelto. Según los grandes "capos", este hombre estaría buscando dialogar con el Ministro no contra ellos, sino a nombre de ellos. Lo reconocen como un amigo y niegan rotundamente que se haya enfrentado a ellos o que pudiera haber una venganza de por medio. La explicación que le dan a la cita con Lara, cuya existencia confirman, es que ellos estaban pensando en negociar un desmonte pacífico del narcotráfico a largo plazo, en lugar de intensificar el enfrentamiento. El hombre que en los bajos fondos es considerado como el traidor de los grandes jefes, es para ellos alguien que les estaba prestando un servicio para transmitir un mensaje al ministro de Justicia.

LOS INTERMEDIARIOS
Para llevar a cabo el crimen, el autor intelectual, cualquiera que haya sido, habría contratado a un matón que en los últimos tiempos había ascendido algunos grados en el escalafón del mundo de la mafia y era conocido bajo el apodo de "El Pote", por ser un hombre fornido y bravo en la pelea. Este siniestro personaje habría iniciado su carrera como vendedor de bazuco en el barrio Antioquia y en pocos meses habría reunido una pequeña fortuna, después de lograr el dominio de un buen sector del comercio de droga en Medellín. No se sabe si "El Pote" es el mismo "Ronco" identificado por las autoridades como José Manuel Franco Naranjo o si éste, cuyo nombre fue divulgado a principios de la semana pasada por la prensa sería un segundo intermediario, encargado de dirigir la banda que en Bogotá organizó materialmente el asesinato alojándose en el Hotel Bacatá y rondando el sector de la calle 19. "El Pote" fue visto varias veces, a mediados de marzo, recorriendo los bares Medellín, Perro Negro, Antioquia y otros del barrio Guayaquil, así como la heladería Sultana, en busca de un "pistoloco", que es como se conocen los sicarios en la jerga del bajo mundo "El Pote" se movilizaba en un jeep Suzuki por esa zona, sorprendiendo a muchos de quienes lo habían conocido como vendedor callejero de bazuco.

CAPAZ DE TODO
En cuanto a Iván Darío Guizado, el sicario que en un segundo y fracción acabó con la vida de Lara, SEMANA pudo establecer que era conocido entre los "pistolocos" como uno de los que "se le medía a todo" y por lo tanto habría sido el escogido pues era capaz de llevar hasta el final un plan tan osado como asesinar al ministro de Justicia. Guizado se hizo famoso en la cárcel, donde estuvo varias veces, por vender y consumir bazuco. Lo apodaban "Chicote" porque era común verlo fumando largos cigarrillos de bazuco. Su adicción explica que al cometer el crimen sólo pesara 45 kilos y mostrara claros síntomas de desnutrición.

LADRON DE MOTOS
Por su parte, Byron Velásquez, antes de cometer el crimen, apenas comenzaba a hacerse conocer como ladrón y secuestrador de motos. Uno de sus últimos delitos habría sido robar una moto a un joven en el barrio Las Palmas, y cobrarle la suma de 25 mil pesos como rescate del vehículo.

EL PAGO
Según las informaciones obtenidas por SEMANA, Guizado era famoso por ser un sicario "baratero". En efecto, los cálculos que se hacen en el bajo mundo de Medellín son que Guizado y Velásquez habrían recibido cada uno apenas 100 mil pesos en efectivo antes de cometer el crimen. A Velásquez le habrían prometido una moto nueva como regalo después del atentado. "El Pote", en cambio, encargado de coordinar toda la operación y de efectuar los pagos y gastos necesarios, habría recibido del mafioso que lo contrató más de 5 millones de pesos. Entre otros gastos, la banda invirtió en alojamiento y comida en Bogotá, compra de las motos y vehículos utilizados para seguir a Lara y para cometer el crimen y dos chalecos antibalas de fabricación israelí, que llevaban puestos Guizado y Velásquez al matar a Lara.

LA HUIDA DE LOS GRANDES
En Medellín, SEMANA recogío datos sobre la huida de las cabezas visibles de la mafia al exterior, que se habría producido 15 días después de la muerte de Lara. Se habrían escapado por vía terrestre, marítima y aérea, entre otros, Pablo Escobar, tres de los hermanos Ochoa y Gustavo Rodríguez "El Mexicano". La huida se habría producido hacia Panamá o Brasil. Otros "capos" poco conocidos por la justicia estarían en Miami.

SEGUNDA VERSION
La segunda versión que es la que las autoridades consideran más probable es la de que el autor intelectual del asesinato fue Carlos Lehder. En contra de lo que se ha venido diciendo, la fuga de Lehder no habría sido hacia el Perú y esta historia no habría sido más que un ardid para distraer la atención. Las autoridades consideran que se había producido un rompimiento entre Lehder y los otros grandes: Escobar, los Ochoa y Rodríguez y que éste podía ser el móvil del crimen, sobre todo si se piensa que para muchos Lehder, entre los grandes, era el más temerario.

EL CABO SUELTO
El cabo suelto de esta versión es que se ha confirmado que en la cumbre de los grandes jefes que tuvo lugar en Medellín cuatro días después del asesinato de Lara, aun cuando el único ausente fue Lehder envió un documento escrito por medio del cual aceptaba de antemano cualquier decisión que allí se tomara. En esa reunión se descartó totalmente la posibilidad de que el asesinato fuera llevado a cabo por la mafia y las relaciones entre los presentes y Lehder eran inmejorables, lo cual desvirtuaría totalmente la versión de las autoridades.

PORRAS A PORRAS
En cuanto a Evaristo Porras Ardila, SEMANA estableció que no pudo huir porque, después de la muerte de Lara y durante los primeros días de la guerra frontal desatada por el gobierno contra la mafia, se había encerrado en un apartamento de El Poblado en compañía de una amante suya que, según los chismes que rondan por Medellín, era bastante dominante e incluso lo golpeaba. Porras, quien habría durado varios días borracho en compañía de esta mujer, fue fácilmente ubicado por las autoridades y ni siquiera intentó escapar porque se enteró demasiado tarde del asesinato del Ministro.