Opus Vladdo

Una nota de la sección Top Secret, de Noticias Uno del pasado 20 de abril, puso en la palestra al caricaturista Vladimir Flórez, 'Vladdo'. La razón, una llamada del Palacio de Nariño en la que le solicitaban que quitara la imagen de monseñor José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, de sus caricaturas más emblemáticas: el Palacito Presidencial, de la sección Vladdomanía que publica en revista SEMANA. El prelado aparece desde hace pocas semanas al lado de personajes y objetos tan disímiles como la 'Gata', la mano del guerrillero Iván Ríos, una caseta que dice Uribitwo y un par de elefantes.

Vladdo le aseguró a esta revista que en ningún momento se sintió presionado y mucho menos censurado. "Más que un reclamo, sentí que estaban dolidos por no haber puesto un símbolo religioso, sino a Escrivá de Balaguer". (SEMANA intentó comunicarse repetidamente con el funcionario que llamó a Vladdo, pero este no respondió las llamadas).

El Palazo Presidencial, así se llamaba al comienzo la sección, surgió en 1998, cuando la Presidencia publicaba un informe llamado El mes en el Palacio de Nariño, en cuya portada aparecía la imagen de la casa de gobierno. Vladdo recordó la serie de televisión Los Walton en la que, al terminar cada capítulo, mostraban el exterior de la casa de esta familia perfecta. "Mientras las luces se apagaban, se oían voces en 'off' del padre, la madre, los hijos... y de allí surgió la idea de poner a hablar al Presidente", recuerda Vladdo.

Hasta agosto de 2002 Vladdo reprodujo la imagen sin alterarla. Pero a raíz del ataque con misiles de las Farc el día de la posesión de Álvaro Uribe, le agregó una curita en la cornisa. El cambio de gobierno significó también un cambio de nombre. De 'Palazo' pasó a 'Palacito', homenaje a la predilección del presidente Uribe por los diminutivos. Las primeras reformas locativas aparecieron durante el trámite de la reelección: unas columnas de concreto, como las que se ven en las casas populares cuando "echan la plancha". Luego, a raíz de los nacientes escándalos de la para-política en los que Enilce López fue protagonista, en el techo se instaló una gata.

Tras la reelecciónVladdo terminó el nuevo piso, una fortaleza, con la efigie de la 'Gata'. Vladdo ilustró el nombramiento de Ernesto Samper como embajador en Francia agregándole dos elefantes. La bandera de Colombia cambió por un facsímil de El Tiempo "cuando se descaró con endosada y endiosada a Uribe". A su lado ondea la de Editorial Planeta, nueva propietaria del diario.

Durante las fumigaciones a los cultivos ilícitos, Vladdo instaló un avión en la pared de la fortaleza. "Algunos creyeron que era una alegoría a la Hacienda Nápoles, porque es muy malpensada. El helicóptero de Tranquilandia, del que nadie ha dado razón, dio vueltas por ahí". También aparecieron los patos que cazaba Salvatore Mancuso, un avión de guerra cuando Chávez amenazó con sus cazas de combate Sukhoi y la mano del guerrillero Iván Ríos. Carlos Andrés Arias, ministro de Agricultura, aporta un altillo con el letrero Uribitwo, unas palmas de moriche que evocan la finca Carimagua y el aviso 'Ministro de Palmicultura'.

Por estas alusiones a lo que denomina "conductas 'non sanctas' del gobierno", Vladdo no había recibido ningún reclamo y lo sorprende el llamado de Palacio y las cartas de protesta que ha recibido por algo mucho menos comprometedor. "Más que la influencia del Opus Dei en algunos funcionarios, quise representar la religiosidad y el conservadurismo del gobierno, que invoca a Dios y reza todo el tiempo, a pesar de que, según la Constitución, este es un país laico. Eso retrata de cuerpo entero el espíritu de este gobierno".