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CONGRESO

Crispación en la Cámara por la reforma política

El primer debate del proyecto se frustró por enfrentamientos entre congresistas. Cambio Radical, pese a ser de la coalición de gobierno, pidió archivar la reforma    

15 de agosto de 2017

“Todas las reformas políticas son controversiales por su propia naturaleza, estábamos preparados para este escenario”. Las palabras son del ministro del Interior Guillermo Rivera, y las pronunció minutos después de que el primer debate de la reforma política se frustrara en la Cámara de Representantes. Una jornada en la que la Comisión Primera parecía un cuadrilátero, en el que congresistas de diferentes partidos, incluso las barras asistentes, protagonizaron una gritería más propia de una galería que del recinto considerado el corazón de la democracia.

Se anticipaba que el debate de la reforma política no sería fácil para el Gobierno. El proyecto, que hace parte de la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, también modifica las reglas de juego del sistema electoral, y a menos de diez meses de las elecciones, era lógico que los partidos políticos antepusieran intereses particulares. Sin embargo, el primer debate crispó los ánimos y provocó varios enfrentamientos.

El más encendido vino por cuenta del representante uribista Álvaro Hernán Parada, que se ha hecho célebre por su lenguaje incendiario, pues no es la primera controversia que protagoniza. Este martes aseguró que en el recinto había “voceros de los terroristas de las Farc” que estaban “vigilantes y amenazantes” frente a cualquier propuesta del Centro Democrático. Recordó que en la Cámara no iba a suceder lo mismo que al senador Carlos Galán insinuando que fue presionado para retirar observaciones del proyecto de la Jurisdicción Especial de Paz.

La silbatina en las barras no se hizo esperar. Pues además de los voceros de las Farc, un grupo de jóvenes, con carteles, pedía la aprobación de la reforma política.

“Las barras están llenas de jóvenes. Qué vergüenza decirles terroristas a los jóvenes que están ahí. Vienen de organizaciones sociales, de todos los partidos políticos. Aquí Prada les dice terroristas de las Farc. Respeto por esos jóvenes, que ni los conozco, respeto por esos ciudadanos”, le respondió la representante Angélica Lozano.

El enfrentamiento impulsó al representante Carlos Arturo Correa, presidente de la Comisión Primera, a levantar la sesión. Entre otras porque el presidente de la Cámara, Rodrigo Lara (Cambio Radical) ya había abierto el registro para la plenaria, lo que obligaba a la suspensión del debate.

Pero más allá de esta discusión, el primer debate de la reforma política tuvo otros ingredientes. Congresistas de la llamada Unidad Nacional volvieron a dar muestras de división. No solo porque varios parlamentarios de la U expusieron críticas al proyecto, sino porque Jorge Rozo, representante de Cambio Radical, presentó ponencia para archivar el proyecto. “Esta reforma es insuficiente para cubrir las carencias del sistema político y electoral actual”.

El episodio evidencio que el partido del exvicepresidente Germán Vargas Lleras mantiene sus reparos frente a lo que se considera el corazón del acuerdo de paz, y dejaría abierto el interrogante si Cambio Radical continuará apoyando la implementación del acuerdo o marca distancia frente al mismo.

Pero no fueron las únicas observaciones. El Consejo de Estado, la Procuraduría y la Contraloría formularon críticas a artículos específicos del proyecto.

En concreto, los organismos de control  rechazaron la idea de que sus fallos sancionatorios sean revisados en el Consejo de Estado.

Por su parte, Jorge Ramírez, presidente del Consejo de Estado, aseguró que eliminar causales para la sanción de la pérdida de investidura “nada tiene que ver con el acuerdo de paz firmado en el Teatro Colón”.

El ministro Rivera restó importancia al impasse en la Cámara de Representantes y se mostró confiado en que la próxima semana el proyecto sea aprobado. Dice que el Gobierno cuanta con “mayorías holgadas” y se reflejarán al momento de la votación.

Eso sí anunció que se llegó a un acuerdo con la Procuraduría y la Contraloría para eliminar el artículo que podría limitar las competencias de los organismos de control frente a servidores elegidos por voto popular.

La próxima semana será un nuevo intento, el Gobierno espera que no se convierta en un nuevo round.