Home

Nación

Artículo

TRAPITOS AL SOL

Muchos candidatos a las alcaldías se olvidaron de los buenos modales y se dedicaron a echarle el agua sucia a sus adversarios.

27 de octubre de 1997

Hace tres años, cuando Antanas Mockus aspiraba a la Alcaldía de Bogotá, en un arrebato de originalidad y de irreverencia decidió echarle en un foro un vaso de agua a la cara de Enrique Peñalosa, su contrincante más opcionado. La osadía de Mockus le valió varios puntos a favor y su gesto mereció titulares en los noticieros de televisión y primeras páginas en los periódicos de circulación nacional. Hoy las cosas han cambiado. En la actual campaña todo vale, desde las palabras vulgares hasta las denuncias penales. La actitud de Mockus, comparada con lo que está pasando en la actualidad, no sólo en Bogotá sino en las principales ciudades del país, no pasa de ser una mera anécdota sin mayores consecuencias políticas ni jurídicas. Hoy más que nunca se podría aplicar aquello de que "Tongo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé, Bernabé le pegó a Muchilanga..".En Barranquilla, por ejemplo, el cura Bernardo Hoyos ha tenido que soportar la embestida de sus enemigos políticos, que lo acusan de usar un lenguaje vulgar y agresivo contra su mayor oponente, el médico Humberto Caiafa. En Cali la candidata liberal Margarita Londoño denunció las presuntas inhabilidades del candidato Francisco 'Kiko' Lloreda por contratos celebrados entre empresas de su familia y entidades públicas.
En Ibagué, el padre de uno de los candidatos difundió panfletos en los cuales acusaba a la candidata adversaria de financiar su campaña con dineros del narcotráfico, lo cual lo obligó a comparecer ante un juzgado penal y lo tiene ad portas de un carcelazo (ver recuadros). El politólogo Rodrigo Lozada considera que la situación podría obedecer a una tendencia impuesta en las campañas nacionales de Estados Unidos, en las cuales la mayoría de los candidatos aspiran a sacarle los trapitos al sol a sus principales contendores. "Es muy difícil que un candidato resista la tentación de guardar un secreto, así sea basado en rumores, pero que él sabe que perjudica a su adversario. El único fin que tiene un candidato es conseguir votos. Y las armas que utiliza para tal fin dependen de su estilo personal". Las próximas elecciones prometen ser no solo las más violentas por las acciones de los guerrilleros y los paramilitares, sino las más despiadadas de los candidatos contra sus adversarios.
Un cura deslenguado
El padre Bernardo Hoyos, aspirante por segunda vez a la Alcaldía de Barranquilla, asistió hace 15 días a una conferencia en la Universidad del Norte, la más elitista de la ciudad, con el fin de convencer a los asistentes que respaldaran su candidatura. Luego de una charla de más de 45 minutos uno de los estudiantes pidió la palabra y le dijo a Hoyos: "Tenemos en nuestro poder la fotocopia de una de sus intervenciones en el sur de la ciudad y vemos cómo usted nos habla a nosotros de una forma distinta a como les habla a los habitantes del sur. ¿Porqué a nosotros no nos dice las mismas groserías que les dice a ellos?". El cura, entre sorprendido y alterado, sólo alcanzó a responder: "Lo que pasa es que al pueblo hay que hablarle en un lenguaje que entienda". "De modo que para usted _le ripostó el estudiante_ el pueblo vale m...". El estudiante tenía en su poder la fotocopia del discurso del cura Hoyos en Campo de la Cruz, uno de los municipios más pobres del sur del Atlántico. Aunque el lenguaje de Hoyos no se ha caracterizado precisamente por ser refinado, lo cierto es que en Campo de la Cruz se le fue la lengua. En uno de los apartes el cura dijo: "Yo me pregunto ¿dónde está el dinero? Se lo han robado. Está en los bolsillos de los h.p. que se dicen gobernación". "Yo quiero gobernar cuatro años más _continuó_ para crear trabajo para ustedes, para que no tengan que irse a Barranquilla a los barrios tuguriales a comer m... física". Pero Hoyos no ha sido el único que ha pasado malos ratos en su campaña. Hace 15 días Humberto Caiafa debió suspender una manifestación en la popular calle 100 de Rebolo cuando miembros de los organismos de seguridad le informaron que entre los asistentes había hombres armados dispuestos a sabotear su intervención y que no descartaban una acción armada contra el candidato.
Todos contra 'Kiko'
En días pasados los medios vallecaucanos registraron las acusaciones de Margarita Londoño, candidata liberal a la Alcaldía de Cali, sobre las presuntas inhabilidades de Francisco José 'Kiko' Lloreda, el aspirante más opcionado para ocupar ese puesto. Tanto la candidata como Alicia Osorio, de la Veeduría Ciudadana Santiago de Cali, han argumentado que bajo la Ley 136 de 1994 Lloreda estaría inhabilitado por el hecho de que compañías a las que se encuentra vinculado han contratado con entidades públicas durante el año anterior a su inscripción como candidato. Esto habría escandalizado a los caleños de no ser porque Lloreda pertenece a una de las familias más prominentes de la región, dueña, entre otras cosas, del diario El País _el periódico de mayor circulación en el Valle del Cauca_, el cual ha tenido relaciones comerciales con varias entidades públicas durante mucho tiempo. Cada vez que las Empresas Municipales de Cali publican anuncios en El País técnicamente hay un contrato de éste con el municipio. Sin embargo Lloreda no ha participado de estas transacciones, pues no trabaja para el periódico ni para ninguna otra empresa de la familia ni es ni ha sido representante legal o miembro de la junta directiva de ninguna de ellas. De aceptarse los argumentos de quienes lo atacan, Lloreda estaría inhabilitado de nacimiento. Bajo la misma óptica, Juan Manuel Santos, e incluso el presidente Samper, cuyo hermano es accionista de El Tiempo, estarían inhabilitados para ocupar cargos públicos por su vinculación como socios o parientes de socios de este periódico pues en las páginas de El Tiempo también anuncian con frecuencia entidades estatales. Sin mencionar otro tipo de contratos, como el de telefonía de larga distancia, TV Cable, los canales privados de televisión, etc.
Enfrentamiento en Ibagué
Carmen Ines Cruz aspira por tercera vez a la Alcaldía de Ibagué. En esta ocasión la candidata cívica tiene serias posibilidades de convertirse en alcaldesa de la capital del Tolima. Una de las encuestas más recientes le dio 13 puntos más que a su rival, el liberal Jorge Tulio Rodríguez. Al parecer, ello desencadenó una campaña de desprestigio en su contra.El lunes 8 de septiembre repartieron en Ibagué un panfleto, presentado como si fuera un artículo editorial del periódico El Nuevo Día, en el que su autor decía: "La campaña electoral que vivimos en los momentos actuales en Ibagué, viene siendo manchada por la presencia de dineros procedentes del narcotráfico, haciendo patente la existencia de la corrupción más descarada en la financiación de las campañas. Estoy haciendo mención a la doctora Carmen Inés Cruz". En el escrito se afirmaba, además, que la candidata era corrupta porque tiene una estrecha relación con una concejal que está siendo cuestionada y porque, supuestamente, financia su campaña con el dinero que le envía desde Costa Rica uno de sus hermanos, condenado a 10 años de cárcel en ese país por narcotráfico. El panfleto provocó la reacción de los simpatizantes de Cruz, quienes informaron a la Policía lo que estaba ocurriendo. El aviso permitió a las autoridades capturar a dos de los repartidores. Estos dijeron que a las 10 de la noche iban a pagarles en la Plaza de Bolívar. La Policía acudió a dicho lugar a la hora señalada y capturó a Mario Rodríguez, transportador y padre del candidato liberal, quien fue señalado como el hombre que iba a pagarles a los repartidores. En su poder se hallaron 400 panfletos. Antonio Melo, director de El Nuevo Día, y la candidata Cruz instauraron denuncias por lo sucedido ante la fiscalía regional