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UN CLAVO ARDIENTE

La disposiclón del gobierno para ingresar al grupo de Países. No Alineados se ha convertido en objeto de polémicas.

1 de noviembre de 1982

¿Se está abriendo una brecha en el bloque político que llevara a Belisario Betancur a la presidencia de la República? La pregunta, que se oyó en estos días entre algunos observadores no sería del todo ilegítima si se considera el largo artículo sobre política exterior--muy saludado por "El Tiempo" en un editorial--que el ex-presidente Carlos Lleras Restrepo, considerado hoy como uno de los pilares más básicos de la constelación de fuerzas hoy en el poder, dio a la publicidad el 26 de septiembre pasado. El texto del veterano dirigente liberal es una apología un tanto desfasada del ideal panamericanista y de algunas operaciones, como la Alianza para el Progreso, que el gobierno norteamericano emprendiera en América Latina hace años.
Aunque el ex-presidente Lleras Restrepo no lo dice directamente, su artículo sí es una clara diatriba contra quienes, con el presidente Betancur a la cabeza, creen que Colombia debe "asumir una posición de plena independencia frente a las dos grandes potencias" y acercarse al movimiento de países no alineados. "¿Debemos o no insistir en la idea panamericana o buscar una organización separada para los restantes países del continente como lo han propuesto algunos?", se pregunta Carlos Lleras, respondiéndose él mismo con un claro no, explicado en 3.000 palabras.
En realidad, no es la primera vez que Carlos Lleras muestra su desagrado con ese "giro diplomático" para Colombia. A mediados de agosto último, él mismo había señalado que no compartía el entusiasmo por los No Alineados y que prefería, más bien, la reunión de presidentes americanos que Belisario había propuesto en esos días. Pero la vehemencia pro norteamericana del artículo del 26 de septiembre era evidentemente una respuesta a la afirmación del canciller Lloreda Caicedo de pocos días antes en el sentido de que "la opinión pública quedó con la impresión de que la OEA actúa sólo cuando le interesa a Estados Unidos que actúe" y de que Colombia "no seguirá apareciendo como el país que le hace el mandado a Estados Unidos" Dos días antes, el 22 de septiembre, el ministro Lloreda incluso había dado como un hecho el ingreso de Colombia a los NOAL al decir que para ello sólo faltaba consultar ese paso a la comisión de Relaciones Exteriores (en la que no estaría Carlos Lleras) aunque el Presidente Betancur "como jefe de las relaciones internacionales podría tomar autónomamente la decisión"
Otros dos gestos de la independiencia de la cancillería, que refleja el nuevo talante colombiano en el campo diplomático, fueron el reconocimiento de la OLP como fuerza representativa del pueblo palestino, en entrevista el 27 de septiembre de Rodrigo Lloreda Caicedo a la cadena radial "Caracol", así como la declaratoria del mismo funcionario de que Colombia apoyará en la ONU una censura a Israel por sus acciones en Beirut, y las gestiones presidenciales en relación con las relaciones con Cuba.

"CASTRO NO QUIERE"
Este último aspecto de hecho está ligado al asunto de los NOAL. El canciller Lloreda ante una pregunta de Caracol sobre ese punto dijo: "Por supuesto el ingreso de Colombia a ese movimiento tiende a mejorar las relaciones con quienes lo integran" También había dicho que "el ingreso a los NOAL naturalmente es un proceso que indica acercamiento pero no necesariamente para una reanudación inmediata de relaciones" Por su parte, el 13 de septiembre, hablando para una publicación de Miami, Belisario había declarado lo siguiente: "Creo que sería útil para Colombia tener relaciones con Cuba y quiero tenerlas. Pero el doctor Castro no quiere tenerlas. Para que haya relaciones se necesitan dosy en este caso sólo hay uno, que es Colombia" ¿Cómo explicarse esa aparente contradicción?
Fuentes autorizadas han revelado a SEMANA que Belisario Betancur ha hecho al menos tres intentos de establecer un diálogo con el régimen de La Habana--uno antes de ser elegido y dos después del 7 de agosto--en relación con la reanudación de relaciones y que de tales contactos ha salido una claridad: La Habana mira con buenos ojos el ingreso de Colombia a los NOAL y por ello no quiere anteponer como condición para que Colombia sea aceptada como miembro de ese movimiento la existencia de relaciones diplomáticas entre los dos países. "Si Colombia rompió con nosotros, nos otros no rompimos con Colombia", fue la frase que un vocero de La Habana dijo a SEMANA al rematar su explicación. En otras palabras, según los cubanos, reanudar ahora las relaciones colombo-cubanas, desataría polémicas que no le harían bien a Colombia ante los NOAL.
Por eso, y no tanto porque Cuba esté entrenando guerrilleros contra Colombia, es que los contactos diplomáticos abiertos no se han dado, y sí la frase de Belisario de que "dejemos ahí las cosas tal como están".
Pero esto no es todo. Por parte del sector turbayista, que si bien no está tan cerca de Belisario como Lleras Restrepo, sí forma parte del gobierno, también han aparecido voces discrepantes en política exterior. El excanciller Lemos Simmonds declaró recientemente que el ingreso a los NOAL era "una ilusión óptica" pues ese grupo "desvirtuó totalmente su filosofia ya que se ha convertido en un club para hablar mal de los paises de Occidente y aplaudir todo lo que hace la URSS". Comentarios críticos de este mismo personaje fueron formulados sobre la decisión colombiana de aceptar la determinación venezolana de congelar hasta 1984 las conversaciones sobre el diferendo limítrofe con Colombia, crítica a la que se sumó --menos enfáticamente-el excanciller conservador Alfredo Vázquez Carrizosa.
Esto parece indicar que la política exterior, que generalmente no ha sido objeto de grandes polémicas nacionales, suscitará esta vez interesantes diatribas.