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Miles de chigüiros han muerto de sed, tras la sequía en la región casanareña de Paz de Ariporo, que linda con Boyacá. | Foto: Cristina Castro / SEMANA

SEQUÍA

Un día en la tragedia ambiental de Casanare

Miles de animales han muerto de sed en Paz de Ariporo. Mientras recogen los despojos, la Fiscalía investiga responsabilidades.

María Clara Calle, enviada especial de Semana.com
27 de marzo de 2014

Bajo el implacable sol, el panorama es absolutamente desolador: restos de chigüiros en el camino, huesos de reses a pocos metros de distancia, tortugas y babillas a punto de morir y un suelo tan reseco se ya se resquebraja. Toda esta hecatombe ocurre en Paz de Ariporo, Casanare, donde los animales siguen muriendo de sed.

Aunque ambientalistas, habitantes del sector y autoridades dicen que todos los años hay una sequía de cuatro meses en esta región de los Llanos Orientales, todos coinciden en decir que esta es una de las peores que recuerden.

En otras épocas de verano, por ejemplo, no morían las babillas ni las serpientes pues están acostumbradas a soportar altas temperaturas y se guarecen bajo tierra. Pero de diciembre a hoy, cientos de reptiles quedaron enterrados vivos por el fuerte y prolongado calor, al punto que el suelo casi que se petrificó imposibilitando que volvieran a salir.

Las cifras son dispares, pero todas son alarmantes. Mientras la Gobernación de Casanare habla de 20.000 animales muertos, el Sistema de Gestión del Riesgo y Desastres del departamento dice –sin comprometerse con un consolidado- de 50 cadáveres de animales por cada 250 metros cuadrados, lo que supone una cifra aún mayor en la zona afectada de 150.000 hectáreas. Corporinoquia, la corporación ambiental de la región, dice que son menos y habla de máximo 6.000 chigüiros muertos en una población de más de un millón de estos animales y sostiene que la zona afectada son 75.000 hectáreas. 

En ese vasto sector, hay unas pocas tractomulas encargadas de recoger los cuerpos de los animales para transportarlos hasta fosas comunes, donde se les echa cal y criolina para evitar que cuando lleguen las lluvias los cadáveres las contaminen.

Gestión del Riesgo departamental ha identificado 500 puntos críticos pero hasta ahora sólo hay aproximadamente 200 personas, entre fuerza pública y habitantes del sector, para trabajar con los animales vivos y muertos. Adriana Hernández, coordinadora del sistema en la región, explica que se necesitan 20 retroescavadoras, 20 bulldozer, 40 volquetas, 100 carrotanques, varias motobombas y alojamientos para que los animales que quedan no mueran de sed.

Según sus cuentas, hay 500 puntos críticos en las 150.000 hectáreas. El problema está en que sólo hay una máquina para recoger cadáveres por cada 1.875 hectáreas y un carrotanque para llevar líquido a los animales dispersos en 1.500 hectáreas. Y no conforme con ser poco, todavía no han llegado.

Acusaciones cruzadas

La cosa se complica porque a pocos meses de las elecciones pues la Ley de Garantías tiene de manos atadas a la Gobernación para contratar. Esta institución departamental dice que de los 530 millones de pesos prometidos por los petroleros para contrarrestar la sequía ha llegado el 70 %.


Estos empresarios, por su parte, dicen estar comprometidos con una crisis de la que no tienen nada que ver; el gobernador Marco Tulio Ruiz opina que si no se sintieran culpables no ayudarían y los campesinos los señalan como los responsables.

Arenzo Castelblanco vive desde hace 40 años en Paz de Ariporo y colabora con Gestión del Riesgo en la recolección de cadáveres de animales. Dice que los chigüiros mueren en todas las sequías, pero que esta vez la cantidad no tiene parangón. “La generación futura mirará la sabana como un desierto porque eso será. Día a día se empeora el clima y el impacto que se ha visto acá desde que llegó el estudio petrolero”.

El hombre dice estar convencido de que el método que utilizan las petroleras para buscar crudo afecta el almacenamiento de agua. En el tipo de explotación empleado en la región hay una técnica que consiste en perforar la tierra cada tanto para ponerle dinamita. La explosión genera una onda que les dice a los monitores si hay o no hidrocarburos en el lugar.

"La dinamita no hace impacto afuera pero adentro sí porque crea unas grietas por las que se va el agua y ya no tenemos pozos para soportar las sequías. Ellos deberían pensar que el impacto no es sólo para nosotros, sino también para la naturaleza”, conjetura.

La Gobernación de Casanare dice que no puede culpar a los petroleros porque no hay estudios científicos que demuestren su responsabilidad en esta tragedia. Expertos ambientalistas opinan igual y agregan que, sin duda, sí hay una causa que sin duda repercute en la prolongada sequía.

“Si continuamos deforestando, tenemos las credenciales para el desastre”, dice Brigitte Baptiste, directora del Instituto Alexander Von Humboldt, quien añade que no sólo se trata de dejar de talar los bosques sino de reforestar, pero que esa cultura aún no se ha logrado.

“Nadie hizo nada”

El Ideam explica que, desde noviembre del 2013, ha emitido alertas tempranas sobre lo fuerte que sería este verano en Casanare. No obstante, los habitantes de Paz de Ariporo sostienen que no recibieron el aviso.

Eduardo Martínez y su esposa fueron unos de los primeros en advertir ante la Corporación Autónoma Regional Corporinoquia que más animales de lo normal estaban muriendo. Martínez asegura que puso la queja hace aproximadamente dos meses y que las autoridades encargadas no hicieron nada. Corporinoquia responde que no recibió ninguna queja de él.

Algunos medios de comunicación de Yopal se enteraron de los problemas de la sequía en Paz de Ariporo y comenzaron a registrar los hechos. Después de que la noticia creció, la Gobernación supo del problema. Su plan de choque comenzó el pasado 23 de marzo, semanas después de que miles de animales hubieran muerto y que otros cientos estén a punto de hacerlo.

Los habitantes de la región sienten que desde el Ministerio de Ambiente y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) castigan severamente a los campesinos por hacer pozos que recolecten las aguas lluvias del invierno para soportar el verano, pero que al tiempo otorgan permisos a los grandes agroindustriales para tumbar los bosques y cosechar.

Entretanto, el Ministerio de Ambiente explica que la ganadería extensiva y los proyectos agrícolas de Casanare son los que más han impactado negativamente en la región.

Este jueves se conoció que La Unidad de Delitos contra los Recursos Naturales de la Fiscalía citó a entrevista al gobernador de Casanare, Marco Tulio Ruiz. El mandatario deberá entregar explicaciones sobre cuáles fueron las medidas que se tomaron luego de que las entidades de vigilancia y control emitieran una alerta temprana sobre la sequía que viviría el departamento y que ha causado la muerte de miles de animales.

Por los mismos hechos el alcalde Paz de Ariporo, Édgar Bejarano, ya fue escuchado en entrevista.

En Casanare todos se culpan entre sí por la tragedia que atraviesa la zona. Y mientras se discute quién o quiénes son los responsables de los daños ambientales, más y más cadáveres siguen apareciendo en las ahora áridas tierras de ese departamento.