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Imagen del momento en que la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, y el rector de la institución, Jorge Restrepo, visitaron las instalaciones la semana pasada. | Foto: Gobernación del Atlántico

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Los puntos clave del reinicio de clases en Uniatlántico

Los directivos, en cabeza del rector, Jorge Restrepo, confirmaron el reinicio de actividades a partir de este jueves. “Solo falta definir compromisos con la facultad de Bellas Artes”, dicen los estudiantes.

6 de febrero de 2020

Después de más de casi 100 días de cierre, las puertas ya están abiertas y las directivas de la Universidad del Atlántico, en cabeza del rector, Jorge Restrepo, manifestaron que desde este jueves se reiniciaban las clases e invitaron a los estudiantes y profesores a que se acerquen a la institución para la normalización de las actividades.

"Hoy tenemos clases desde las 6:30 am, los profesores estaremos todos, ya se han hecho concertaciones y diálogos. El 11 de abril se define el segundo semestre de 2019 y el 21 de febrero se graduarán alrededor de 1600 estudiantes”, reafirmó Restrepo, en declaraciones a varios medios locales.

La convocatoria a retomar la normalidad en la Uniatlántico se dio después de varios días de negociación e incertidumbre, en los que se habló hasta de una posible intervención del Ministerio de Educación, que terminaron con la firma de un acuerdo entre los líderes de los estudiantes - la mayoría agremiados en la Mesa de Articulación de Facultades de la Universidad del Atlántico (MAFUA)-, con representantes directivos y administrativos, en cabeza de la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, y el rector Restrepo. Como garantes actuaron la Defensoría del Pueblo y representantes de los docentes.

En dicho acuerdo, de 73 puntos y cuya redacción final se inició el 3 de febrero, se establecieron los compromisos con relación a las exigencias que motivaron el paro de una parte de los estudiantes. Una de las prioridades establecidas es la construcción, en 45 días, de la reforma del Estatuto General de la Institución. En este, entre otras cosas, se detallan modificaciones de los procesos de elección de los representantes a diferentes estamentos académicos y administrativos, incluyendo la rectoría y las decanaturas.

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En el texto se construyeron seis ejes temáticos o líneas de garantías. En el primer capítulo, denominado de Garantías Académicas, quedaron determinadas las condiciones para la reactivación de las actividades como la reorganización del calendario y el proceso de matrícula. 

Este aparte incluye flexibilidad académica en el momento en que se realicen actividades de movilización convocadas por el estamento estudiantil; pagos correspondientes a cuentas por monitorias; concertaciones entre estudiantes y profesores para los procesos de evaluación pendientes; ampliación del plazo de pago por cuotas de matrícula financiera 2019-11 (hasta el 6 de marzo); compromiso del Consejo Académico a crear una comisión para viabilizar la apertura del concurso docente, entre otros. 

En el aspecto de participación política llaman la atención la petición de garantizar que los murales, pancartas y retratos realizados durante el paro estudiantil y posterior a este, relacionadas con el movimiento estudiantil, no pueden ser modificados ni borrados; y la elaboración de material de prensa en aras de mejorar la imagen y cerrando cualquier posibilidad de estigmatización del movimiento estudiantil.

En este capítulo está incluido el compromiso del rector de llevar al Consejo Superior la solicitud de una resolución para abrir el proceso de reforma integral en la universidad, con miras a la modernización de la línea estatutaria de manera amplia, democrática y participativa. Esto incluiría discusiones sobre el método de admisión y la forma en que funciona la seguridad en la institución.

Sobre temas presupuestales y de garantías de Derechos Humanos, los directivos se comprometieron, por ejemplo, a reducir a la mitad la contratación por Orden de Prestación de Servicios (OPS) en comparación a la vigencia 2019, la reactivación del programa de almuerzos subsidiados, garantizar el flujo eléctrico y los puntos de hidratación dentro del campus universitario a partir y a no permitir “bajo ninguna circunstancia el ingreso de la fuerza pública a la institución”.

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Bellas Artes, primero

Uno de los puntos determinantes del acuerdo, para la total normalización de las actividades en Uniatlántico y que fue discutida en la asamblea estudiantil de este miércoles, es el cumplimiento del acta firmada por la Gobernación y el rector sobre la facultad de Bellas Artes, en el que comprometen a un plan de recuperación inmediata, teniendo en cuenta que buena parte de las instalaciones están deshabilitadas o cerradas hace un buen tiempo. 

En respuesta a este punto, la gobernadora Noguera anunció la semana pasada una inversión de 22 mil millones de pesos para la intervención de los cuatro bloques que colapsaron, el museo y el teatro de la sede. Sin embargo, según Darío Tarazona, vocero estudiantil de la facultad, realmente no se ha definido el compromiso por parte de la Gobernación como se había pactado. “Muchos de los salones están en mal estado y los estudiantes de Danza, Arte Dramático y Música no cuentan con los elementos básicos necesarios”, señaló.

Para discutir este punto y otras posibles medidas, se citó a una reunión este jueves para aclarar los compromisos y establecer un nuevo plazo de inicio de la intervención a la infraestructura de la facultad y así no entorpecer el reinicio total de las actividades en la Uniatlántico.