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Los retos de la política de Innovación en Colombia I Parte

Han pasado tres años y medio desde que se formuló la Política de Innovación por primera vez en la historia del país. Hace dos años se comenzó a desplegar a nivel regional, acompañada de los recursos de las regalías. Sin embargo, si se acepta que estos primeros pasos, son apenas el inicio de un largo camino de aprendizaje, también es necesario ir revisando y ajustando, de manera inteligente, su implementación.

Semana
29 de noviembre de 2013

En una entrada anterior, me referí a la importancia de la Política de Innovacion como la llave para el futuro de nuestro país. Hoy, la apuesta inicial ya está hecha, y ya hay una dinámica creciente de aceptación, que aunque muy incipiente, es positiva. Poco a poco, desde diferentes sectores de la sociedad, hay un reconocimiento de la importancia del tema, asociado a la necesidad de incrementar nuestra competitividad y productividad en la sociedad.

Han pasado tres años y medio desde que se formuló la Política de Innovación por primera vez en la historia del país. Hace dos años se comenzó a desplegar a nivel regional, acompañada de los recursos de las regalías. Sin embargo, si se acepta que estos primeros pasos, son apenas el inicio de un largo camino de aprendizaje, también es necesario ir revisando y ajustando, de manera inteligente, su implementación. 

Y esta responsabilidad no sólo le compete al Gobierno actual. También, debe ser asumida por quienes pensamos que nuestro país se merece un futuro mejor, usando el potencial del talento humano de nuestra gente. Como bien no lo recordaron en Harvard hace tres años, a un grupo de empresarios y rectores, cuando nos abrieron los ojos en relación a la importancia de la Innovación, el tren bala de la Historia, que se mueve cada vez más rápido,  no nos va a esperar en la próxima estación. 

El mensaje es claro: no tenemos tiempo que perder, porque las naciones que han entendido de que se trata el juego del desarrollo en el siglo XXI, se están moviendo cada vez a más velocidad.

A pesar de habernos demorado en entender el nuevo paradigma de la Economía del Conocimiento, donde el uso de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, son sus manifestaciones más visibles como palancas para el desarrollo, el empezar tarde tiene algunas ventajas. Hoy podemos ver, como otras regiones del mundo, han recorrido el camino, entender sus aciertos y equivocaciones, para adaptar y re interpretar, lo más conveniente dentro de nuestro contexto cultural y nuestra realidad.

Para cerrar la brecha se necesita moverse más rápido que los demás. El solo moverse en la dirección correcta, ya no es suficiente en  el entorno global, donde Colombia ya tomó la decisión de estar. Esto implica aceptar que hay que experimentar, posiblemente fallar, recobrarse rápidamente de los errores y aprender de ellos, para hacer los ajustes al curso planteado con gran agilidad. 

Para contribuir con la discusión, que debe conducir a la revisión de la política actual de la innovación, me parece muy pertinente compartir con mis lectores en tres entregas, las reflexiones que hoy se están debatiendo en España, en relación al papel de la Innovación para su recuperación económica . Como sabemos hoy, este país no ha salido todavía de la más grande recesión de su historia.  

De acuerdo a los documentos que pude leer sobre este tema, son varios los retos que hoy enfrenta el sistema español de innovación. Como lo mencionaba al inicio, el nuestro está en aprender de los demás. De manera que veamos cuales son, y como se podrían traducir, para aprovecharlos en la revisión mencionada en nuestro caso.

Primer reto: mejorar y alinear el sistema educativo a las nuevas realidades competitivas mundiales. 

En el 2011, los niveles de productividad de España eran 20% más bajos que Alemania y Estados Unidos, y sólo un 54%  de las personas habían completado su educación secundaria, vrs 86% en Alemania. También, los resultados de la prueba PISA, mostraban brechas importantes en los jóvenes de 15 años. Hoy se entiende que, la formación del capital humano, debe de convertirse en una visión compartida de toda la sociedad, como fue el caso en Finlandia desde mediados de los 70. 

Me parece importante citar textualmente el siguiente párrafo sobre la situación española en la actualidad: 

"Nuestro sistema educativo está más orientado a la adquisición de conocimiento que a desarrollar las capacidades para aplicarlo y generar valor, nuestra sociedad valora poco la innovación y el espíritu emprendedor, y nuestro sistema financiero se compromete poco en iniciativas innovadoras."

Más adelante se afirma lo siguiente: 

"La calidad de un sistema educativo depende de la selección de los conocimientos que comunica, de la utilidad de las habilidades que desarrolla en el individuo y de la idoneidad de los valores que inculca".

"Y en los sistemas educativos modernos, su éxito está en desarrollar la capacidad para «aprender a aprender», habida cuenta de la constante y cada vez más acelerada evolución de los conocimientos y de las habilidades necesarias para aplicarlos.  

"Desde el punto de vista de la competitividad, la finalidad última de todo sistema educativo, es preparar personas capaces de utilizar el conocimiento para contribuir al bienestar de la sociedad. Esto supone asimilarlo y, gracias a la habilidad adquirida, aplicarlo para generar valor, esto es, personas que como trabajadores sean capaces de utilizar en su puesto de trabajo los conocimientos adquiridos; personas que como empresarios sepan percibir las oportunidades que brinda el conocimiento para crear valor; y personas que como consumidores tengan los recursos necesarios para tomar decisiones de compra adecuadas según la utilidad percibida. "

A lo anterior, yo le añadiría que el sistema educativo de hoy, tiene el reto adicional de fomentar la creatividad y la curiosidad, que son innatas en los niños, pero que se marchitan con rapidez, durante su vida escolar y universitaria. Pero también, se necesitan personas dispuestas a cuestionar el status quo para atreverse a innovar, y romper los paradigmas existentes en la sociedad. 

Pero hay algo más. En una entrada anterior sobre Alemania, mencionaba como, en ese país, hay un consenso social alrededor de la formación con sentido de su gente. Desde el 2004, se formó un pacto entre el Gobierno Federal y diferentes asociaciones industriales, para aumentar las oportunidades de formación, con valor práctico, para los jóvenes. Para ello, se buscó la utilización inteligente del potencial que ofrecen las empresas para lograr este objetivo.  Hoy, miles de jóvenes españoles, están siendo entrenados en Alemania, a donde han ido por la falta de oportunidades en su país.

Por las razones anteriores, el desafío que tiene España es muy similar al nuestro. En los párrafos anteriores, se muestra la tremenda importancia de la  formación del capital humano, Por lo tanto, este debe ser el primer y más grande reto en cualquier revisión de la Política de Innovación y de Competitividad en Colombia. Hoy, es el eslabón perdido y descontextualizado, de las discusiones que se están dando en relación al tema en nuestro país.

Segundo reto: lograr que la sociedad valore a los emprendedores que asumen el riesgo de ser innovadores y no penalizar sus fracasos.

La construcción de una cultura adecuada, para que florezca la capacidad creadora y emprendedora, es tal vez el segundo reto más grande para cualquier sociedad, que busque estructurar un ecosistema de innovación. Las creencias y los valores que se fomenten, son aceleradores o retardantes, para este propósito. 

Para entenderlo, veamos algunas estadísticas:

"Mientras que solo el 26 % de los estadounidenses consideran que no debería emprenderse una aventura empresarial que tuviese riesgo de fracasar, este porcentaje se eleva a prácticamente la mitad tanto en España como en el conjunto de la UE, y al 62 % en Japón. Y este prejuicio se ve reforzado por la percepción de rechazo social al emprendedor que fracasa, puesto que, mientras el 48 % de los estadounidenses está muy de acuerdo en que deberían tener una segunda oportunidad, en la UE y también en España solo son de esta opinión el 28 %. La importancia que tiene la educación en la creación y mantenimiento de estas percepciones es indiscutible".

Como lo menciona el informe español, la forma más sostenible de generar valor, en sectores tradicionales como nuevos, es la innovación. Esto significa que hay que correr riesgos, aceptar los fracasos, lo cual implica contar con gente con la actitud adecuada, y una sociedad que los valore. Curiosamente, en nuestro medio, no se comprende que es mucho más peligroso, mantener "las prácticas que no generan los resultados adecuados". Este comentario, es aplicable para cualquier sector de la sociedad. 

Desde la perspectiva empresarial, el reto es valorar las oportunidades de cambio que pueden ser motivadoras de nuevos productos y servicios. De nuevo, la actitud que tenga la sociedad con relación a estas personas, es fundamental para que florezca en ella la capacidad emprendedora innovadora, tan crítica en el entorno competitivo mundial.

Pero también, hay que diseñar mecanismos para ayudar y no penalizar a quienes ha quebrado de manera no fraudulenta, como es el caso de Luxemburgo, donde se les da capacitación adicional a los emprendedores que han tenido problemas. Igualmente, es interesante el esfuerzo que se está haciendo en algunas escuelas europeas para impulsar a estudiantes de secundaria a experimentar creando empresas, asumiendo riesgos razonables, y aprendiendo una actitud positiva hacia el emprendimiento. 

En el caso de Colombia, es muy importante resaltar los programas de Innpulsa, entidad creada bajo el paraguas de Bancoldex, para el fomento del emprendimiento dinámico innovador. Programas como app.com, del Ministerio de las TICS, es otro esfuerzo en la misma dirección. Apenas se está comenzando el camino y hay mucho por hacer. Pero lo importante, es que la sociedad colombiana, valore estos esfuerzos y a quienes se están arriesgando para mostrar el futuro.

Tercer reto: tener un marco normativo y jurídico que no entorpezca la innovación. 

Según el informe anual de "Doing Business", de la IFC, entidad del Banco Mundial encargada del sector privado, se muestra que, las políticas y las regulaciones inadecuadas, pueden ser grandes frenos para la innovación, con un alto impacto en la competitividad de un país. Por esta razón, este informe es cada vez más tenido en cuenta por los gobiernos, quienes al tener conciencia de esta realidad, buscan actuar eliminando barreras y diseñando mecanismos que faciliten la generación de nuevas empresas. 

Un ejemplo muy interesante, que pude observar en Israel, se vio a principios de la década de los 90, cuando se les vino una avalancha de gente altamente calificada de la antigua Unión Soviética. Para aprovechar esta oportunidad, se tomaron decisiones políticas críticas , para cambiar las regulaciones que le permitieran al Estado facilitar la formación de nuevas empresas de base tecnológica. Fondos de capital de riesgo, participación accionaria inicial, incentivos tributarios impensables antes de 1991, fueron algunas de las medidas que dispararon el milagro israelí. Hoy, es el país que más genera empresas innovadoras fuera de los Estados Unidos. ( ver entrada anterior sobre este caso).

En el informe español se menciona:

"Normas, procedimientos burocráticos, y falta de información sobre los mismos, son causas frecuentes de obstáculos que pueden llegar a ser potencialmente insalvables, especialmente para las empresas pequeñas y medianas. Existen sobradas evidencias de que las políticas y regulaciones precipitadas, en campos tan sensibles como el laboral, medioambiental, la defensa de la competencia y la protección al consumidor, se han convertido en auténticas barreras a la innovación".

En nuestro caso en Colombia, hay un factor adicional muy crítico: la normatividad, muchas veces obsoleta, que impide al Estado tomar riesgos,  y el efecto perverso de las entidades de control, que no entienden cual debe ser su rol en la economía del conocimiento. Estos dos elementos, maniatan e inmovilizan, a los funcionarios públicos que deben de tomar decisiones para facilitar la Innovación en el país. 

El tema se agrava aún más, en el clima actual de desconfianza y corrupción, que da pie a que, los riesgos asociados a nivel personal, son simplemente inaceptables para los funcionarios honestos que quieren hacer bien su trabajo. Pero también, para los emprendedores que busquen la ayuda del estado. 

Si no se toma este tema en serio, en la revisión de la Política de Innovación en Colombia, el freno que esto va a seguir produciendo, es equivalente al del boxeador de peso pesado, que enfrenta a su oponente con las manos amarradas en la espalda. En la siguiente entrada de este blog, seguiremos viendo los otros retos que deberían ser tenidos en cuenta hacia adelante.