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La mofa y el juicio han concluído

En los aposentos del Congreso de Colombia concluyó uno de los actos más vergonzosos de la historia republicana.

Yezid Arteta, Yezid Arteta
30 de noviembre de 2017

Mientras Colombia hace el ridículo ante el mundo, Argentina recibe elogios. Al tiempo que una fracción de políticos marrulleros, empotrados en las sillas del Congreso, estrellan a 48 millones de colombianos contra las paredes del odio y se mofan de millares de víctimas, un Tribunal Oral Federal argentino condenó a prisión perpetua a 39 asesinos. Mientras los operadores políticos colombianos se mofan del mundo, la justicia argentina da una lección de humanidad.

En los foros internacionales se interrogan sobre la calidad de los operadores políticos colombianos. No hay manera de explicarle al mundo las razones que llevaron a un grupo de congresistas colombianos a actuar de manera disparatada contra un Acuerdo de Paz. La respetabilidad del Estado colombiano ha quedado en entredicho. Lo hecho por medio centenar de congresistas troca a Colombia en un “Estado faltón”, en el que no se puede confiar, siendo lo más grave el hecho de que en adelante la palabra de los Estados queda, de cara a situaciones de conflicto o tensiones internas, bajo la más inquietante sospecha.

En Argentina en cambio se honró una política de Estado que comenzó en la Presidencia de Raúl Alfonsín, relanzó el Gobierno de los esposos Kitchner y continuó el actual mandatario, Mauricio Macri: la verdad sobre los llamados “vuelos de la muerte” durante la dictadura militar. Más de cuatro mil personas llevadas a centros de detención clandestino fueron arrojadas en alta mar desde aviones militares, luego de ser desnudadas y drogadas con Pentanol, entre ellas las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, cuyos cuerpos torturados fueron empujados por las corrientes hasta una playa desierta en donde fueron encontrados años después e identificados por un equipo argentino de antropología forense.

En los aposentos del Congreso de Colombia concluyó uno de los actos más vergonzosos de la historia republicana: cincuenta sombras, que se autodenominan “honorables congresistas”, se han mofado de los miles de víctimas que ha dejado el conflicto interno. En Buenos Aires, después de cinco años, el magistrado Daniel Obligado dio por concluida la megacausa que fue trasmitida en directo por la TV, a fin de que los 44 millones de argentinos, entre ellos millares de víctimas, pudieran cerrar uno de los capítulos más escalofriantes de la historia latinoamericana. Argentina sana sus heridas. Colombia las restriega para que sigan sangrando.

* Escritor y analista político
En Twitter: @Yezid_Ar_D
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