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¿Álvaro Uribe se reunió con Carlos Castaño?

Una versión de un exparamilitar indica que la reunión se habría dado en Amalfi a comienzos del 2003, cuando ya era presidente. ¿Qué pensará la justicia al respecto?

Juan Diego Restrepo E., Juan Diego Restrepo E.
9 de enero de 2014

¿Es probable que un presidente de la República se haya reunido con quien en su momento fue el vocero de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), de manera clandestina en un pueblo del nordeste de Antioquia sin mayores problemas y escoltado por paramilitares?

No sé realmente qué tan probable sea pero a juzgar por lo dicho por un exparamilitar del Bloque Metro de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu), parece que el encuentro ocurrió a comienzos del año 2003 en el municipio de Amalfi, tierra natal de Fidel, Vicente y Carlos Castaño Gil, promotores del paramilitarismo en la década del 90 en el país.

La descripción del encuentro la hizo ante el Fiscal 45 Delegado ante la Unidad Nacional de Justicia y Paz en Medellín el exmiembro del Bloque Metro Néstor Abad Giraldo Arias, alias ‘El Indio’, el 9 de diciembre del 2011 en Medellín durante una audiencia de versión libre, dentro del proceso de justicia transicional de la Ley 975 de 2005.

Según Giraldo Arias, el entonces presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, se reunió en la población de Amalfi a comienzos de enero del 2003 con Carlos Castaño Gil, vocero de las Auc, y Carlos Mauricio García Fernández, alias ‘Doblecero’, comandante del Bloque Metro de las Accu. El encuentro se habría dado muy temprano en la mañana en la casa de un paramilitar conocido como ‘Móvil Ocho’, de quien no se estableció el nombre y apellidos.

Para ese momento, Uribe Vélez llevaba cinco meses en la Casa de Nariño y en Antioquia se venía dando una fuerte confrontación armada entre el Bloque Metro de las Accu, liderado por alias ‘Doblecero’, y el Bloque Cacique Nutibara, al frente del cual estaba Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, que estaban dejando una estela de sangre en las subregiones del Valle de Aburrá, Oriente y Nordeste. Diferencias entre ambos comandantes sobre el tema del narcotráfico los llevó a chocar militarmente.

Adicional a ello, para el mes del supuesto encuentro ya había comenzado la fase exploratoria entre el Gobierno Nacional y el Estado Mayor de las Auc para concretar el proceso de dejación de armas y reinserción de los distintos bloques de esas autodefensas, que se refrendaría el 15 de julio del 2003 en Santa Fe de Ralito, Córdoba.

Giraldo Arias, quien participó en varias acciones criminales en diversas subregiones de Antioquia como integrante del Bloque Metro durante su pertenencia a ese grupo armado ilegal, recordó detalles de la visita del presidente Uribe Vélez a Amalfi, los cuales quedaron registrados en video, en el que se observa que el postulado habló sin ningún apremio y convencido de estar diciendo la verdad, requisito clave para acceder a los beneficios de la norma transicional, entre ellos una pena alternativa de 5 a 8 años de cárcel. Si se le comprueba que dice mentiras, sería excluido del proceso y pasaría a ser juzgado por la justicia ordinaria, lo que le representaría altas penas en prisión. 


Según la versión del postulado, el entonces presidente de la República llegó al corregimiento Hatillo, de Barbosa, a eso de las 6 a.m. de un día de enero del 2003, en una camioneta con algunos escoltas. Allí hicieron contacto con un grupo de paramilitares del Bloque Metro, quienes tenían la responsabilidad de acompañarlo hasta Amalfi.

Giraldo Arias dijo que la orden de escoltar al jefe de Estado vino de García Fernández, quien se la transmitió a alias ‘Jota’, uno de sus hombres de confianza y este a su vez llamó a alias ‘Guillermo’, comandante de milicianos urbanos del Bloque Metro asentados en el municipio de Barbosa, y de quien no se precisó su identidad.

“El señor ‘Jota’ le da la orden a ‘Guillermo’ de recibir al señor Álvaro Uribe Vélez para escoltarlo desde El Hatillo hasta el municipio de Amalfi”, explicó Giraldo Arias. La orden fue recibida la noche anterior del encuentro y de inmediato se conformó un grupo de seis paramilitares, quienes emplearon para ello una camioneta y una motocicleta. Además, portaron un fusil AK 47, un rifle Mini 14, un revólver calibre 38 y una pistola.

“Lo que nos dijo el comandante de nosotros fue que éramos la seguridad del presidente para llevarlo hasta Amalfi, donde estaban el señor Carlos Castaño, el señor ‘Rodrigo Doblecero’ y ‘Móvil 8’, que era el comandante de Amalfi”, precisó Giraldo Arias, quien sobrevivió a la guerra contra el Bloque Metro y logró ser postulado a los beneficios de la Ley de Justicia y Paz.

El grupo de milicianos del Bloque Metro se apostó a un lado de la vía pública en el corregimiento El Hatillo, del municipio de Barbosa, norte del área metropolitana, desde las 5 a.m. a la espera del presidente Uribe Vélez, quien arribó al lugar una hora después  en una comitiva compuesta por cuatro camionetas negras. “El afán no nos dejó mirar placas ni nada”, dijo alias ‘El Indio’.

Una vez llegó a El Hatillo la comitiva presidencial, uno de los escoltas de Uribe Vélez se bajó de uno de los vehículos y habló con alias ‘Guillermo’. “Estaba muy bien vestido y tenía una pistola en la mano. Esa reunión no duró ni cinco minutos. Luego dieron la orden de que arrancáramos”, relató Giraldo Arias. De acuerdo con las precisiones dadas por este exparamilitar, adelante se ubicó la motocicleta, luego le seguían los cuatro carros de la comitiva presidencial y en la parte de atrás la camioneta del Bloque Metro con sus cuatro ocupantes armados. 

A Amalfi llegaron pasadas las 7 a.m. y de inmediato buscaron la casa de ‘Móvil 8’, una residencia de dos plantas ubicada en la plaza del pueblo y de fachada azul, según la descripción que hizo alias ‘El Indio’. “Cuando llegamos, el señor Carlos Castaño y ‘Rodrigo Doblecero’ estaban en la calle esperando al señor Álvaro Uribe Vélez. Yo vi cuando llegó se dieron la mano y se abrazaron. No sé qué más pasó de ahí”, detalló el exparamilitar. El postulado dijo desconocer la hora de salida de la comitiva presidencial de Amalfi y presumió que al regreso fue escoltada por hombres del grupo de alias ‘Móvil 8’.

Se supone que toda información entregada a la Unidad Nacional de Justicia y Paz debe ser cotejada para establecer si lo dicho por los paramilitares obedece a la verdad o, por el contrario, están faltando a ella, lo que cual tendría implicaciones al momento de obtener los beneficios otorgados por la ley. Dos años después de esta confesión, ¿qué habrá pasado con la misma?

En Twitter: @jdrestrepoe
*Periodista y docente universitario.