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ANÁLISIS DE SEMANA.COM

Cese al fuego bilateral

Aunque el Gobierno ha matizado el tema, en la práctica sí está empeñado en reducir al mínimo la intensidad del conflicto.

Armando Neira
6 de enero de 2015

Al concluir las jornadas de reflexión en Cartagena del presidente Santos, el equipo negociador que busca ponerle fin al conflicto armado con las FARC y varios expertos internacionales, surgieron múltiples interpretaciones de lo que puede pasar en cuanto a la guerra y la paz en este año que recién se inicia.

“Hasta ahora hemos seguido esa máxima que se hizo famosa por el primer ministro israelí Isaac Rabin -contó Santos a los periodistas- que decía que había que negociar como si no existiese la guerra o el conflicto, y había que mantener la ofensiva militar como si no existiese proceso de paz. Pero los avances en las negociaciones nos indican que ahora son otras las circunstancias y que esta desconexión ya no procede”.

¿Qué significa esto? La realidad es que poco se entendió qué quiso decir el presidente y por eso las múltiples interpretaciones.

Los pesimistas, por un lado, creen que si en el futuro suceden casos similares al secuestro del general Rubén Darío Álzate, en Chocó; o el asesinato de una niña de tres años, en Arauca, es natural que semejantes acciones impacten en la Mesa de La Habana para que no pasen impunes. Así cada evento de guerra sería un obstáculo en las conversaciones, por lo que en la práctica estas con el tiempo serían casi inviables.

Los optimistas, por otro, creen que el conflicto ha ido en franco declive, por lo que cada vez el ruido de los fusiles será menor. De hecho, Santos dijo: “Hemos tenido, por supuesto, muy en consideración el cese al fuego unilateral e indefinido que declararon las FARC. Y sobre este punto debemos reconocer que las FARC han cumplido”.

Como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, él puede orientar a la cúpula militar a la reciprocidad. ¿Cómo? Al cese, por ejemplo, de los bombardeos sobre objetivos de lo que los estrategas llaman de 'alto valor'.

Hasta ahora, es cierto que algunos han sido de una eficacia demoledora. Al punto de que eran mostrados con orgullo en los partes de victoria. Durante los últimos años nos acostumbramos a verlos en televisión, como si fuera un juego en el que figuritas blancas corren en todas las direcciones antes de desaparecer por la explosión de miles de toneladas de bombas. Es posible que estas escenas no se repitan más.

De hecho, la suspensión de los bombardeos fue un tema que se abordó en estos retiros espirituales de tres días en La Heroica. Fueron tocados por Shlomo Ben Ami, excanciller de Israel y uno de los artífices de los acuerdos de Camp David entre Israel y Palestina. Él, como asesor y experto en conflictos, considera que hay que llegar en algún momento al cese al fuego bilateral. Naturalmente que Santos no va a salir a decir que para allá vamos. Él utiliza un término inédito que será habitual en los días por venir: ‘desescalamiento’.

Esta palabra debe llevar, a su vez, cuando sea propicio, al cese al fuego bilateral. El número de muertos, de parte y parte, irá disminuyendo considerablemente hasta alcanzar una normalidad que los colombianos menores de casi 60 años de edad jamás han conocido. La idea es dejar de resolver las diferencias a punta de tiros. De ahí en adelante, Santos acariciaría su deseo de que el 2015 sea el año de la paz.

*Director de Semana.com
Twitter: @armandoneira

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