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Alberto Donadio  Columna

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Corcho vs. Bancolombia

¿Cómo sería la salud manejada no por EPS Sura, sino por los Olmedos de los distintos departamentos? Se robarían todo y después le pedirían perdón a Petro.

Alberto Donadio
8 de junio de 2024

Cuatro años antes de ser nombrada ministra de Salud por el presidente Petro, Carolina Corcho lanzó una ráfaga de disparates y exabruptos contra Bancolombia. En una publicación de la fundación alemana Heinrich Boll, afirmó que la Ley 100 de 1993 instauró “un sistema semifeudal fundamentado en la extracción de rentas del Estado… [que] abrió una compuerta de irregularidades estructurales que se encuentran en el núcleo de la crisis permanente del sistema de salud colombiano hasta el día de hoy… [y que los recursos públicos de la salud] sedepositaban en los bancos, específicamente en Bancolombia, miembro del Grupo Empresarial Antioqueño, que llegó a manejar 14 de las 18 cuentas del Fosyga. La retención de los recursos en el sector financiero para obtener rendimientos fue uno de los mecanismos para extraer rentas. Es por esta vía que las corporaciones financieras incursionaron en el negocio de la salud. Dicho de otra manera, las EPS se convirtieron en los vehículos con que el sector financiero accedió a billonarias sumas de recursos públicos para movilizar en sus arcas”.

Acusar a un banco, sea el más grande del país como Bancolombia, u otro cualquiera, de ser cómplice de las “irregularidades estructurales” del sistema de salud, de “retener” dineros públicos, de monopolizar las cuentas bancarias del Fosyga y de “movilizar en sus arcas”, cualquier cosa que eso quiera decir, los billonarios recursos de la salud es arbitrario y caprichoso y no requiere refutación. ¿Bancolombia parte de un sistema semifeudal? Hágame el favor. Los bancos, por supuesto, ganan con los depósitos oficiales, pero acusarlos de retener, es decir, de apropiarse de los fondos del Gobierno y lanzar la acusación sin pruebas es propio de esa izquierda de media panela. Bancolombia rechaza todo lo que escribió Corcho (ver comunicado).

¿Dónde debería guardar el Fosyga (hoy Adres) los dineros de la salud? ¿En los maletines en que Laura Sarabia esconde los viáticos? ¿En las maletas en que Sneyder Pinilla le lleva 3.000 millones de pesos al presidente del Senado? El Estado colombiano no podría funcionar sin los bancos privados. Los impuestos que cobra la Dian se pagan en los bancos. Es más, aun la declaración de renta se presenta en los bancos comerciales. Tenerles tirria a las entidades financieras porque son entidades financieras es una idea prefeudal y antediluviana.

El costo para Colombia de llevar a figuras periféricas como Carolina Corcho a altos cargos estatales es muy alto. Primero, ese tipo de elementos no logra ejecutar su ideología deleznable y su paso por la administración pública es caótico y estéril. Segundo, esos teorizantes marginales y maniáticos de la izquierda solo consiguen con sus posiciones extremistas que en las próximas elecciones triunfe la derecha recalcitrante. Hoy a los electores únicamente les interesa votar por un candidato que los aleje para siempre del fastidio que sienten por Gustavo Petro y sus ministros de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo y Carolina Corcho.

El Gobierno logró fracturar un sistema de salud que tenía muchas fallas, pero que funcionaba. No había un clamor nacional por desmantelar las EPS. Ahora el presidente Petro las acusa todos los días de ocultar deudas y de mil cargos más, mientras, por otro lado, permitió que saquearan la UNGRD cuando su deber constitucional es velar por la correcta aplicación del presupuesto. Habla sin autoridad moral. El patrón es inocultable: agredir al sector privado o ignorarlo, pero tolerar el pillaje en las arcas oficiales.

Nefasta ha sido la actuación de la izquierda antioqueña en este régimen. La enardecida y exaltada Carolina Corcho, médica psiquiatra de la Universidad de Antioquia, fracasó con su reforma a la salud y, además, llevó como superintendente nacional de Salud a Ulahi Beltrán, un avivato de Barranquilla que ya tenía antecedentes, que no conoce la palabra rectitud y que, como Corcho, pretende que solo haya hospitales públicos. La otra lumbrera de la izquierda antioqueña se llama Olmedo López, director de la UNGRD, y excandidato por la Lista de la Decencia. Hoy es un ratero decente. En otros tiempos la izquierda de Antioquia era Gerardo Molina. O tempora, o mores.

¿Cómo sería la salud manejada no por EPS Sura, sino por los Olmedos de los distintos departamentos? Se robarían todo y después le pedirían perdón a Petro. Ver comunicado Bancolombia en: www.semana.com

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