Crimen contra la niñez

He recibido por las redes sociales un par de videos que muestran la peor infamia que se puede cometer contra la niñez y que indiscutiblemente debe ser considerada como un “crimen de lesa humanidad”; corresponde al adoctrinamiento por parte de vándalos y desadaptados sociales que se aprovechan de la inocencia de niños, para inducirlos al resentimiento contra la sociedad a la cual ellos odian.

Lo que hacen estos delincuentes es entrenar a niños para marchar usando escudos y arengas contra la autoridad legítima representada por la fuerza pública; los están sometiendo a un entrenamiento paramilitar, qué vergüenza Colombia. En el lugar se observa la presencia de muchos padres y ninguno se inmuta ante este crimen. Las autoridades deberían ordenar que a los padres cómplices de estos delitos les quiten la Patria Potestad de sus hijos y se los entreguen a Bienestar Familiar, pues se requiere proteger a los niños y permitir que disfruten de sus derechos a tener una infancia feliz y a aspirar a un futuro con esperanza.

Sin lugar a dudas todas las autoridades deben adelantar una campaña masiva a partir de este momento, para neutralizar estos actos aberrantes, para impedir que sigan sucediendo en el futuro, para exigir a los padres el cumplimiento de sus responsabilidades y deberes con los niños que han traído al mundo por su propia decisión y voluntad, porque no fueron ellos quienes lo pidieron y para lograr la captura y hacerles pagar su fechoría a los delincuentes que lo están haciendo, así como a los ideólogos que están detrás de esta aberración.

Cada día me convenzo más que estamos frente a una estrategia criminal interna y con raíces externas que lo único que está buscando es acabar con nuestro país, aplicando todas las formas de lucha, pero nunca imaginé que pudieran afectar a lo más sensible de nuestro afecto, la niñez que es el futuro del país. Sin lugar a dudas, los niños después de estos entrenamientos, requieren en forma inmediata un tratamiento profesional para borrar de sus frágiles mentes la animadversión y el resentimiento hacia la autoridad y hacia el país que les han generado estos bandidos.

No puede haber perdón social ni jurídico contra estos delitos; no puede haber ninguna impunidad. Estamos hablando de una sociedad que nunca podrá encontrar el equilibrio y la paz verdadera, porque estos delincuentes están sembrando de resentimiento al futuro de nuestro país. Todos los colombianos debemos participar en una campaña masiva contra este delito; no dejemos que nuestra indiferencia deje prosperar este tipo de crimen.

Es increíble cómo la guerra mediática de la izquierda ha cambiado la verdadera imagen de la guerra que nos están imponiendo; ahora se consideran víctimas quienes realmente son los agresores profesionales, vándalos que seguramente han tenido un lavado cerebral para cometer los actos viles que con tristeza hemos visto que cometen casi a diario.

La Policía Nacional, que tiene la función constitucional de asegurar que los colombianos vivan en paz, aparecen ahora como los violadores de los derechos humanos, gracias al apoyo de organizaciones internacionales de tendencias izquierdistas, mientras que los que emplean las bombas molotov y los que quieren incinerar vivos a los policías en los CAI son los “pobres marchistas agredidos salvajemente por un Estado represivo” No podemos dejar que las organizaciones de izquierda nos acorralen con sus falsedades.

Me acuerdo de niño que una de las personas más queridas era el policía del parque; era la persona que sabía los nombres de los niños del sector, era la persona que no dejaba que le pasara nada a los niños que jugaban a su alrededor y hoy se han convertido en el foco del odio que ha generado la izquierda para debilitar la autoridad en el país, para desmoralizar a estos hombres y mujeres que juraron defender la patria y a todos sus integrantes, son los que con toda la fuerza pública entregan su vida por el bienestar de los colombianos.

No dejemos que los delincuentes incendien a nuestro país, porque lo que buscan es generar insurrección para construir sobre las cenizas su nueva ideología donde la libertad estará totalmente ausente, donde la nueva autoridad se ejercerá con la fuerza y la violencia, donde la libre expresión no tendrá cabida y donde los derechos estarán totalmente restringidos. ¿Es eso lo que quiere el pueblo colombiano? Todos los medios de comunicación, las iglesias, los partidos políticos, las agremiaciones, la sociedad en general deben unirse a una sola voz para adelantar una campaña de rechazo a estos atropellos a la niñez o se impondrá una nueva ideología política totalmente inquisitiva.