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Cuando la mano negra se indigna...

No entienden por qué Juan Manuel anda preocupado por restituirles las tierras a las víctimas en lugar de dejárselas a los victimarios que votaron por él.

María Jimena Duzán
25 de junio de 2011

Buscando reacciones al discurso de Juan Manuel Santos en el que denunció la existencia de una mano negra de extrema derecha como la responsable de los asesinatos de las víctimas que están pidiendo la restitución de sus tierras y de actos desestabilizadores como el del petardo al busto de Laureano Gómez, encontré en la red una página muy bien diseñada y sin mentor. La página se llama Restauración Nacional y pertenece al Movimiento de Restauración Nacional (Ver).

Para saber si se trataba de un movimiento conocido dentro de la derecha colombiana, llamé a los pocos amigos uribistas que me quedan, y curiosamente ninguno de ellos pudo darme razón de esta página ni de las dimensiones de este Movimiento de Restauración Nacional.

Sea como sea, la página tiene colgado por estos días un editorial escrito el 18 de junio por un seudónimo, un tal 'Magno', titulado 'La mano negra', en el que se le declara, en un muy pulido español, la guerra ideológica al gobierno del presidente Juan Manuel Santos y se lo acusa de ser un mandatario que está gobernando al servicio de la extrema izquierda de las Farc.

De entrada, este misterioso movimiento de Restauración Nacional se declara enemigo tajante de la Ley de Víctimas, con el argumento falaz y mentiroso de que en esa ley "no son tenidas en cuenta las víctimas de la violencia comunista". Sostiene que es una falsedad hablar de extrema derecha, porque la única extrema que existe en este país es la extrema izquierda de las Farc, la cual ampara el gobierno de Santos. Y a la hora de definirse, los integrantes de ese movimiento lo hacen como colombianos "defensores de un país libre, soberano y en paz, que estamos en contra de la violencia comunista de más de 80 años". Dicen abogar por una "justicia real que castigue a los violentos y sus colaboradores con todo el peso de la ley y no una justicia amañada que condena a los militares por medio de testigos falsos y desvirtúa las pruebas en contra de los colaboradores de las Farc". Todo esto para decir que ellos consideran que todos los procesos contra los militares por el tema de los derechos humanos son una persecución infame.

Denuncian que el presidente les ha puesto una señal para que la extrema izquierda los identifique como carne de cañón y los declare objetivo militar, "esa extrema izquierda -dice textualmente el editorial- que si es real y no una invención de politiqueros que buscan justificarse y ocultar su incapacidad para garantizar la seguridad del pueblo colombiano".

Le recuerdan al presidente Santos que La Mano Negra fue una invención siniestra, una supuesta organización clandestina, secreta y violenta que, a finales del siglo XIX, se asentó en Andalucía y con la cual se buscaba señalar a los opositores del gobierno y buscar una cabeza de turco para atribuírsele asesinatos, incendios y atentados.

"No nos cabe duda que esa es la misma estrategia que está usando el gobierno nacional para callar, encarcelar o convertir en carne de cañón a quienes se oponen radicalmente que en Colombia se implante el socialismo del siglo XXI, se perdone a los criminales de las Farc y se encarcelen a los militares que han dado grandes victorias al pueblo colombiano", afirma el editorial de este misterioso Movimiento de Restauración Nacional que termina con esta frase amenazante al presidente Santos: "Hacemos responsable al presidente Juan Manuel Santos, por cualquier amenaza, y atentado contra  los miembros del pueblo colombiano que gritan libertad, verdad y justicia".

Yo no sé quiénes sean los integrantes de este Movimiento de Restauración Nacional, pero su arenga me recuerda a los discursos de corte fachista que invocaban siempre al pueblo para justificar sus distorsiones y percepciones. En su discurso se adivina una gran indignación: la que se deriva de la traición. La extrema derecha se siente traicionada ante el rumbo que le ha dado el presidente Santos a su gobierno. No entienden por qué Juan Manuel anda preocupado por restituirles las tierras a las víctimas en lugar de dejárselas a los victimarios que votaron por él. Y no los culpo: a los que no votamos por Juan Manuel, este nuevo Santos nos tiene igualmente sorprendidos. De todas formas, no hay cosa más peligrosa que una extrema derecha indignada, como la que está comenzando a resurgir. Qué susto.

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