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Por el camino verde

Don Eutimio tuvo un mal presentimiento cuando su hijo lo llamó y le dijo que sería una buena oportunidad de avanzar en la investigación de los Doce Apóstoles.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
12 de marzo de 2016

Los padres de un oficial de la Policía, muerto en circunstancias aún no aclaradas en 1994, sospechan que su hijo fue asesinado porque investigaba el grupo paramilitar de Yarumal “Los doce apóstoles”. El padre del teniente Víctor Hugo Méndez asegura que su hijo le dijo que uno de los jefes de “Los 12 apóstoles” era el ganadero Santiago Uribe Vélez, actualmente preso por su presunta vinculación con ese grupo delincuencial.

Eutimio Méndez tiene 83 años y es un jubilado que trabajó casi toda su vida como revisor fiscal de la Contraloría. Su esposa Ilse Villanueva, de 77, se pensionó hace tiempo de la Empresa de Acueducto de Bogotá. No parecen tener ningún interés político. Ni a favor, ni en contra de nadie.

Trabajaron toda su vida para darle la mejor educación posible al único hijo que tuvieron. Lo bautizaron Víctor Hugo en honor del célebre cantante Víctor Hugo Ayala el del “Camino Verde” y otras canciones que han marcado a varias generaciones de colombianos.

Cuando Víctor Hugo iba terminando el bachillerato decidió que quería ser oficial de la Policía. Su papá recuerda los esfuerzos que él y su esposa hicieron para comprarle todo su equipo para ingresar a la Escuela de Cadetes de Policía General Santander donde su hijo fue un buen estudiante y se graduó como subteniente.

Cumpliendo con sus deberes, Víctor Hugo empezó a ascender en la carrera policial. Ya era teniente y estaba en curso para capitán en 1994 cuando fue nombrado en la Sijín de Antioquia y aquí es donde empiezan los recuerdos que atormentan a sus padres.

Dice don Eutimio por esos días su hijo lo llamó desde Medellín para contarle que estaba adelantando pesquisas sobre un grupo de “limpieza social” en el que estaban involucrados ganaderos y comerciantes de Yarumal.

Víctor Hugo también le dijo que un superior le había advertido que “mejor se quedara callado” porque -siempre en la versión del padre- había policías implicados y el jefe del grupo era el ganadero Santiago Uribe Vélez, hermano de un importante político que había sido senador y probablemente sería elegido nuevo gobernador de Antioquia.

El teniente Méndez le aseguró a su padre que él continuaría la investigación hasta las últimas consecuencias.

A comienzos de noviembre de 1994 –y de manera inesperada- el teniente Víctor Hugo Méndez recibió la orden de trasladarse a Yarumal para remplazar por cinco días al capitán Horacio Huertas, comandante del Distrito Siete, que había pedido permiso.

Don Eutimio tuvo un mal presentimiento cuando llamó a contárselo y a decirle que era la oportunidad de avanzar en la investigación de “Los doce apóstoles”. “Tenga cuidado mijo” fue lo último que le dijo en la vida.

Dos días después, un mayor de la Policía lo llamó desde Medellín para decirle que su hijo había sido muerto en un combate con la guerrilla. De acuerdo con la historia oficial el teniente Méndez al mando de un grupo de once hombres fue emboscado en la vereda Canoas de Angostura.

No hubo ningún otro muerto. Nadie resultó herido ni en las filas de  la Policía, ni entro los asaltantes.

Las versiones de los otros uniformados sobre el asalto señalan que los guerrilleros que los atacaron estaban a una distancia entre 50 y 150 metros de ellos. (Ver declaraciones distancias)

Sin embargo, la autopsia del teniente Méndez  dice que la bala entro por la sien y “Sobredorso nasal, con tatuaje”. Una señal típica de los disparos hechos a quemarropa. (Ver autopsia)

Revisando los papeles de la investigación me encontré la declaración de un suboficial que era la persona que le seguía en rango a la víctima. El Subintendente José Javier Sotto Vinueza asegura que cuando pasó la confusión se percataron que “el señor oficial teniente Méndez Villanueva Víctor había sido dado de baja en el primer contacto con los bandoleros”. (Ver declaración Soto)

Me llamó la atención la declaración porque la expresión “dar de baja” es usada para referirse a delincuentes muertos en enfrentamientos con las fuerzas armadas y no a los propios hombres caídos en combate.

El teniente Víctor Hugo Méndez fue ascendido a capitán de manera póstuma. Hay evidencias de que ese mismo año había oficiales de la Policía que amparaban la actividad de “Los 12 apóstoles” en Yarumal, Antioquia.

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