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Los cuñados

Julio Gómez le aseguró a la Fiscalía que le había entregado el lote al concuñado de Petro, como resultado de una extorsión de los Nule.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
15 de noviembre de 2014

Dos controvertidos –y millonarios– negocios tienen a la familia política del alcalde de Bogotá bajo el reflector. Una empresa de construcción de los cuñados de Gustavo Petro está levantando un complejo habitacional en la zona de alto impacto ambiental de La Conejera. Como si fuera poco, los mismos hermanos de la primera dama de la capital recibieron un lote de un protagonista del carrusel de la contratación. Según su antiguo dueño, el terreno fue traspasado para pagarle una extorsión a los Nule.

Juan Carlos Alcocer García y María Teresa Alcocer García son hermanos de Verónica Alcocer García, la esposa del alcalde Gustavo Petro.

Juan Carlos y María Teresa, junto con sus cónyuges, son accionistas controlantes de las compañías involucradas en estos negocios.

En las últimas semanas, y gracias a una investigación de Noticias Uno, se conoció que una empresa de los cuñados de Petro está construyendo varios bloques de apartamentos en las inmediaciones –y una parte por dentro- del humedal de La Conejera.

La construcción se adelanta con licencia de un curador nombrado por el alcalde encargado Guillermo Alfonso Jaramillo –quien estuvo en funciones por una ausencia temporal de Petro– y frente al silencio de las autoridades ambientales de Bogotá.

La empresa constructora se llama Praga Servicios Inmobiliarios. Según los registros mercantiles, los accionistas de la compañía son: El cuñado del alcalde Petro Juan Carlos Alcocer, dueño del 45 por ciento; la esposa del señor Alcocer, Paula Andrea Castellanos Espitia, poseedora del 5 por ciento; un porcentaje igual tiene la otra cuñada del alcalde, María Teresa Alcocer, casada con Carlos Gutiérrez Robayo, quien es propietario del 40 por ciento de la compañía. El 10 por ciento restante está en manos de una sociedad llamada Fema Reforestación, también controlada por el señor Gutiérrez Robayo. (Ver accionistas de Praga)

Según la página de internet de la constructora, el proyecto será de 94 apartamentos de Vivienda de Interés Social. Serán cinco torres con apartamentos de 39 a 45 metros de área privada. Se llamará Reserva Fontanar y según la información comercial, una de sus ventajas será su “cercanía con el humedal de La Conejera”. (Ver vínculo)

Vecinos de la zona, concejales de Bogotá y un mapa oficial muestran que las torres de los Alcocer no sólo están cerca, sino que una parte está dentro de la reserva de La Conejera. (Ver mapa)

El Distrito no ha tomado acciones frente a estas denuncias. El jueves pasado, el alcalde Petro –ante las publicaciones de los medios– decidió declararse impedido ante el procurador para controlar la obra de sus cuñados (Ver comunicado).

Si el impedimento es aceptado, el presidente deberá nombrar un alcalde ad hoc para que gobierne en el caso de las torres de los Alcocer.

O mejor dicho, de esas torres porque no es el único proyecto en el que tienen intereses los cuñados. Por lo menos hay siete más.

Uno de los más vistosos se llama la Torre San Marino y está en la carrera 9ª con calle 127 en Bogotá. Fue construida en un lote con una historia interesante.

La unidad investigativa de El Tiempo descubrió que el lote perteneció a Julio Gómez, un empresario protagonista del vergonzoso ‘carrusel de la contratación’. Gómez lo traspasó en el año 2011 a una empresa llamada Promotora Torre SM. Los accionistas mayoritarios de esa sociedad son los mismos de la otra empresa. Es decir, los cuñados y concuñados del alcalde Gustavo Petro (Ver accionistas Promotora Torre SM).

Julio Gómez le aseguró a la Fiscalía que él le había entregado el terreno al concuñado de Petro como resultado de una extorsión de los Nule –ya presos en ese momento– para que no lo involucraran en otros hechos de corrupción.

Gómez asegura que los Nule le debían una plata a Carlos Gutiérrez, el concuñado de Petro, y que desde la cárcel le pidieron transferirle el lote para pagarle. Gómez le dijo al periodista Iván Serrano de Noticias Uno: “Si es una extorsión, fue una extorsión, pero igual no se cumplió, nunca se cumplió, nunca dijeron la verdad. Yo asumí esa deuda y tuve que pagarla” (Ver video uno).

Julio Gómez también señala: “Simplemente asumo una deuda de los Nule al señor Gutiérrez y yo le pago al señor Gutiérrez; el señor Gutiérrez en ese momento no tenía, o en el escenario que lo conocí, no tenía nada qué ver con la administración. Después fue que yo me enteré que era amigo de los Nule y que era concuñado de Petro, que el señor Alcocer era hermano de la esposa del alcalde, pero para ese momento no había ninguna relación con la administración”. (Ver video dos)

Más allá de la declaración del impedimento –que es necesaria pero no suficiente–, el alcalde Petro debería pronunciarse sobre estos hechos.

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