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DIALOGANDO: ¿EN BROMA O EN SERIO?

Semana
5 de agosto de 1985

Hace días hablaba con un grupo de amigos, de esos amigos con los que se puede conversar horas y horas porque siempre hay un asunto en común.
El tema, como cosa rara, era la televisión. Saltando de los actores a los directores, de las telenovelas a los musicales, de los comerciales a los ratings y a todo lo demás aterrizamos en ese curioso fenomeno que se llama Dialogando. Y digo fenómeno porque no encuentro otra forma de calificar este programa cuya permanencia en la televisión ya hace historia patria. Pasan los años, pasan las licitaciones, pasan los ratings y Dialogando sigue ahí con su temática repetitiva, con sus historietas elementales, con sus moralejas de primera comunion arrasando en sintonia... ¿Por qué? ¿Cuál es el secreto de su permanencia? No fui yo quien dio la respuesta, alguien habló primero: "es que Dialogando es un programa fanático y éste es un país fanático, a un país fanático hay que hacerle programas fanáticos". El comentario no pasó a mayores, se quedo en eso, una afirmación aparentemente gratuita, demasiado dura, arriesgada tal vez... El tema cambio: "no vamos a dañar el rato hablando de Dialogando", dijo otra voz, "con tantas cosas interesantes que se pueden comentar sobre la televisión... " y yo me quedé pensando "fanático", "Dialogando es un programa fanático, para un país fanático lo mejor es hacer programas fanáticos". Llegué a mi casa, entre directo al estudio, busqué el diccionario, "fanatico, fanática". La primera vez que o! esta palabra estaba relacionada con los Beatles, con cantantes de moda... pero también con sectas religiosas.
Nunca se me había ocurrido aplicaría a un programa de televisión.
Sucede muchas veces, uno cree conocer el sentido de las palabras pero va a ver y no, no es muy claro, eso del país fanático me había puesto a pensar... (Fanático: exageración, entusiasmo excesivo por una cosa. Que defiende ciegamente opiniones y creencias). Todavía con el diccionario en la mano prendí el tele isor, ¡qué casualidad! esa noche era la noche de Dialogando. El episodio contaba la historia de una familia desordenada pero tan desordenada que el asunto rayaba en la exageracion. La mamá, por ejemplo, casi nunca se quitaba los marrones y andaba todo el día por la casa masticando un chicle en bata levantadora. Cuando abrían las puertas de los closets estos se desocupaban por fuerza del contenido, lo que no cabía en los closets andaba por toda la casa tirado en cajas de cartón, elementos de la cocina se encontraban en el baño, mientras que los del baño aparecían en la cocina y así sucesivamente. Era demasiado obvio el intento de caricatura. ¿Entonces por qué se hablaba de Dialogando en términos de fanatismo un programa fanático para un país fanatico" era lo que había oido .
Días después vi en un noticiero de televisión a una reportera entrevistando antioqueños.
Hablaban de Gardel por lo del cincuentenario. Algunos pedían que lo canonizaran, otros lo llamaban santo, un tercero contó que ese día se había guardado en su honor un minuto de silencio.
No sé porque recorde otra vez eso de "programas fanaticos para un país fanático".
Otro día iba hacia el centro de la ciudad y escogí la ruta de la "Avenida los jazmines", mil veces he pasado por ahí pero nunca antes se me había ocurrido contar todas las palomas de la paz que están pintadas en los muros.
Volví a sentir flotando en el ambiente la palabra fanático. ¿Será que Dialogando es un programa fanático? ¿Será que de verdad Colombia es un país fanático?
El analisis del fanatismo del país se lo dejo a los socióloqos. El caso de dialogando es diferente; se trata de un programa cuyo estilo de relatar cambia de un episodio a otro tan pronto se encuentra el televidente con el caso de la "Familia desorden" (comedia moralizante), como con el drama de una obrera que debe trabajar todo el día y tiene que mantener a sus pequeños hijos encerrados en una pieza hasta que sucede lo inevitable, los niños juegan con la estufa, propician un incendio, se accidentan y cuando acuden al Hospital Infantil no pueden recibir atención oportuna porque el centro asistencial se encuentra en huelga (caso testimonial inspirado en una realídad nacional ¿Al fin que? ¿El espacio se debe tomar en serio o en broma? Si es en broma a exageración tiene un sentido (caricaturizar), pero si es en serio ¿cuál es la intención? Quizá la confusión en este punto sea la causante de que a dialogando se le hagan juicios tan severos. -