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El eslabón Milton

El esposo de la notaria estaba encargado de garantizar la eficiencia de todos los notarios del país, incluida ella.

Daniel Coronell
5 de julio de 2009

En abril del año 2006, el entonces notario segundo del Circuito de Tunja, Francisco Bonilla Currea, recibió en su despacho a la persona que lo iba a reemplazar. Se trataba de Luz Marina Campo, una señora samaria que llegó a la reunión acompañada por su padre y un amigo. Bonilla los hizo seguir a su oficina, pero decidió grabar la conversación porque había sido víctima de una extorsión impulsada, según él, por funcionarios de la Superintendencia de Notariado y Registro.

Le pedían 20 millones de pesos para sacar a su favor una investigación disciplinaria.

Francisco Bonilla, cansado de denunciar el chantaje en vano -ante el entonces superintendente, Manuel Guillermo Cuello Baute-, se había resignado a quedarse sin notaría, pero se sorprendió con su reemplazo. En primer lugar, porque Luz Marina Campo había sido nombrada notaria segunda de Facatativá apenas un mes antes, y también porque los dos nombramientos en tiempo récord beneficiaban a la esposa de un alto funcionario de la Superintendencia.

La señora Campo estaba casada con Milton Contreras, director de gestión notarial de la Superintendencia. Es decir, su esposo estaba encargado de garantizar la eficiencia de todos los notarios del país, incluida a ella. Aunque el exabrupto salta a la vista, a nadie se le ocurrió que pudiera existir una incompatibilidad entre las funciones de los esposos y su vínculo matrimonial.

Advertido de esos antecedentes y de las informaciones que mencionaban a Milton Contreras como uno de los impulsores de 'vacunas' a varios notarios, el saliente Bonilla decidió curarse en salud y encendió una grabadora, sólo por si acaso.

Tenía además una gran curiosidad porque le habían informado que el verdadero padrino político de la notaria Campo era, ni más ni menos, que Tomás Uribe, el hijo mayor del Presidente de la República.

La notaria entrante se encargó de disipar cualquier duda. La grabación, que ustedes pueden oír completa en Semana.com, muestra claramente que la señora Campo confirma tres veces durante la charla que es "cuota de Tomás Uribe". Escuche la grabación aquí.

A comienzos de esta semana, un día después de que se revelara esta grabación, la señora Campo envió a Radio Caracol un comunicado en el que asegura, en medio de errores ortográficos y sintácticos, que todo fue una broma, que usó abusivamente el nombre de Tomás Uribe y que su cargo sólo se lo debe a Manuel Guillermo Cuello Baute. Lea el comunicado de Campo.

Sin embargo, hay otra parte de la conversación grabada -y que también suena muy en serio- en la que el acompañante de la notaria Campo asegura: "Nosotros llegamos y el mismo día Tomás, yo soy muy amigo de Tomás… y con ella tenemos una amistad desde mucho tiempo… y en seguida Tomás cuando fuimos allá, llamó al secretario general Moreno y listo, eso fue una orden enseguida". Escuche otra parte de la grabación.

Todo esto sucedía por los mismos días en los que Milton Contreras, el esposo de Luz Marina Campo, actuaba como supuesto intermediario del Superintendente para pedir mordidas a notarios investigados. Como si fuera poco, los días 3 y 8 de marzo de 2006, Contreras efectuó dos depósitos por 19.400.000 pesos a una cuenta cuyo titular era Teodolindo Avendaño. Vea aquí los recibos de consignación.

Las consignaciones fueron efectuadas en la sucursal de Bancafé en el Centro Internacional de Bogotá. En los desprendibles Contreras escribió el 2820307 como teléfono del depositante, un número que pertenece a la Superintendencia de Notariado y Registro. Vea el teléfono en los recibos de consignación.

Este caballero, con tantas explicaciones pendientes, tiene registradas varias entradas a la Casa de Nariño. Nadie sabe hasta ahora por qué visita la sede presidencial, ni si realmente él -y su esposa- conocen al hijo del Presidente.

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