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El papel de la mujer en la política

Al género femenino le hace falta unión para lograr sus fines.

Óscar Sevillano
11 de marzo de 2013

Considero que las mujeres pueden jugar un importantísimo papel en la política colombiana si se lo proponen, pero sobre todo si se unieran con las demás personas de su mismo género que tienen ese mismo interés por lograr mejores cosas, no solo para ellas, sino también para la sociedad en general.

No estoy descalificando la lucha que hasta el momento han dado ellas, porque debo reconocer la incansable labor de mujeres importantes en nuestro país como Noemí Sanín, María Emma Mejía, María Ángela Holguín, Cecilia López, Zulia Mena, Ángela María Robledo, Clara López, Martha Lucía Ramírez, Piedad Córdoba, Gloría Inés Ramírez, Carmen Palencia, Gloria Flórez, etc., por tratar de reivindicar el papel de la mujer en la sociedad colombiana. Pero sobre todo, por demostrar que pueden desarrollar un trabajo interesante en nuestro país, que a pesar de tener una deuda histórica con ellas, poco parece dar muestras de querer reivindicarse con el género femenino.

Por fortuna no soy de los que se come el cuento, de que a la labor de la mujer se le ha dado la importancia que merece, solo porque en el cargo de canciller se coloque a una cara bonita y amable y escasamente se les haya otorgado tres ministerios, cuando existe un total de 16. Más bien este hecho lo califico como lamentable en un Estado Social de Derecho, que no reconoce la capacidad que tiene el género femenino. Y si no es así, olvidemos lo anterior, y que alguien me explique, ¿porque la mayoría de concejales, senadores, representantes, ediles, gobernadores y alcaldes, no son precisamente mujeres?; ¿Qué pasa en las altas cortes, que el número de mujeres no llega ni a la mitad del total de magistrados que las integra?; ¿Cómo es que en las listas de aspirantes de los partidos políticos a cargos de elección popular su participación suele ser escasa en comparación con la de los hombres? ¿Será que tenía razón Martha Sáchica cuando en momentos en que aspiraba a magistrada de la Corte Constitucional, en entrevista para el Portal de Internet Arcoiris.com, aseguró que “las mujeres son el comodín de las ternas”?. 

Tampoco soy de los que se ha dejado meter los dedos a la boca, con el argumento de que los reinados de belleza en nuestro país son una exaltación a la mujer, cuando todos sabemos que detrás de ellos se mueve todo tipo de intereses, y que las mujeres que sueñan con tener la corona en su cabeza, se deben limitar a permitir que se las utilice como marionetas de los dueños del negocio.

Considero que la sociedad en general debe ser consciente de lo importante que sería para nuestro país, dejar que la mujer demuestre su capacidad laboral, dándole la importancia que merece, y en esto debo reconocer que el único mandatario que ha demostrado tener esa disposición es Antanas Mockus, al permitir que la mitad de su gabinete de gobierno en su segunda alcaldía en Bogotá, fuera ocupada por personas del género femenino, demostrando que las cosas se pueden hacer, cuando se tiene un poco de voluntad. 

En segundo lugar considero que al género femenino le hace falta un poco más de unión entre ellas mismas para lograr sus fines. Al parecer las mujeres colombianas parecen no entender que la unión hace la fuerza. Es así como por ejemplo, si María Isabel Rueda y María Jimena Duzan, en lugar de seguirle la cuerda a quienes les incomodaba la labor de Viviane Morales, cuando cumplía con su labor de Fiscal General y adelantaba investigaciones claves para el país, le hubiesen apoyado, la historia pudo ser otra, y una mujer intachable, seguiría ocupando la cabeza de una entidad de gran importancia en Colombia como la Fiscalía General de la Nación. 

De la misma manera considero que deberían unirse quienes ejercen labores políticas, pero no prestándose a mantener el poder de grupos políticos, cuestionados por sus vínculos con la ilegalidad como es el caso de Arleth Casado de López, Dilian Francisca Toro, Piedad Zucardi, Teresita García y Astrid Sánchez Montes de Oca, quienes con este tipo de representación han puesto a las mujeres como una especie de “muñecas de la mafia”, sino más bien, con la idea de destacar la labor que cada una desempeña desde su orilla, demostrándole a esta sociedad que como mujeres, tienen mucho por hacer, y que ese que hacer, puede resultar más interesante, que el que a diario ejecuta un hombre.

@sevillanojarami

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