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EL PUENTE ESTA QUEBRADO...

Semana
19 de noviembre de 1984

Desde hace tiempo el proyecto de un Telemach colombiano andaba rondando por las programadoras de televisión. Y es que la posibilidad de hacer un concurso con participación de nuestros pueblos en su sólo enunciado ya ofrece una dimensión interesante. Tan interesante como costosa. Por eso antes que criticar hay que aceptar que Cempro fue una empresa valiente al embarcarse en semejante aventura. Desafortunadamente todo comienzo es difícil y mientras el concurso logra estabilidad se siente todaíva una gran distancia de su modelo europeo.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre Telemach y El tiempo es oro? ¿Por qué el primero resulta entretenido y el segundo presenta tantos altibajos? Revisándolos, comparándolos una y otra vez, se descubren muchos puntos en común: campo abierto durante todo el programa, participación de varios concursantes, público presente. Recursos como: piscinas, canchas, juegos especiales. Animador disfrazado según el tema, locutor en off. Datos sobre los pueblos participantes. (Hasta se podría decir que El tiempo es oro lleva aquí una ventaja porque ilustra la descripción con películas pertinentes). Sin embargo, debo repetirlo, Telemach es un programa mucho más entretenido por una sola razón: la clase de pruebas que propone en el desarrollo del concurso. Veamos un ejemplo: El tiempo es oro invita a los participantes a ordeñar una vaca. Para el efecto reparte sendos vasos plásticos que deben llenarse en un tiempo determinado. Se instalan las cámaras debajo de la vaca (ni hablemos de la toma anti-estética y llena de ubres), se preparan los participantes y el cronómetro de los jueces (la vaca tranquila porque no sabe lo que le espera), se da la largada y... ¡a halar se dijo! Es un espectáculo realmente angustioso, no sólo porque los concursantes halan y halan sin obtener la cantidad de leche deseada sino por la lástima que a uno le produce el maltratado animal; pero además de eso, es una prueba monótona que no distrae ni visual ni artísticamente y que si se quiere es injusta,porque el resultado no depende de la habilidad del concursante sino de la capacidad de producción de la vaca.
Veamos ahora una prueba estilo Telemach: en la mitad de la piscina se coloca un buque de madera cuya chimenea no tiene fondo. El concursante número 1 deberá abordar la embarcación nadando por debajo del agua para meterse por el hueco de la chimenea. Después ascenderá hasta la superficie utilizando un lazo lleno de nudos y luego tratará de ganar la proa, saltando sobre la chimenea que está recortada en forma de púas. Usted que lo ha visto sufrir por llegar a la meta, comenzará de nuevo a hacer fuerza cuando se lanza el segundo concursante, quien intentará repetir el itinerario mientras la embarcación tambalea, el hombre N° 1 lucha por conservar el equilibrio y él busca mientras, salir a la superficie descomperlsando en su intento todas las demás fuerzas. Aun así el objetivo se logra y entonces viene un tercer concursante a complicar todavía más las cosas. Cuando están a punto de terminar... buque y marinos se van al agua. He hecho una descripción minuciosa de la prueba para demostrar su complejidad que permite a los concursantes hacer derroche de equilibrio, concentración, fuerza, agilidad manual y resistencia física, todo lo cual tiene al espectador pendiente del resultado final.
Naturalmente no todos los concursos propuestos en El tiempo es oro son tan simples como el de la vaca, pero con frecuencia se cae en la repetición de formatos. Las carreras de relevos, por ejemplo, ya se hicieron en todas las formas posibles: nadando, saltando, utilizando ponys, es "la misma mona con distinto lazo" como suele decirse. También se han revivido algunos juegos de salón (dos concursantes vendados que se disfrazan públicamente), entonces lo que falla son los momentos muertos propios de la situación. Preferibles las pruebas gráficas estilo "David y Goliat", con el lazo atravesando la piscina mientras dos filas luchan por no dejarse tirar al agua, una especie de "el puente está quebrado" tan popular en épocas de colegio. Y de repente este ejemplo me lleva al verdadero punto de comparación, y es que tiene que haber alguna diferencia entre un patio de recreo y un programa de televisión.--

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