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Juguetes y comportamiento juvenil

Como nos encontramos en época prenavideña, es muy importante que los padres de familia sepan elegir el aguinaldo o regalo a sus hijos menores de 18 años.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
27 de noviembre de 2014

Los jardines infantiles son los germinadores sociales, que anteceden a una semilla que de acuerdo a su concepción, puede ser de buena o de mala calidad, por consiguiente, los resultados a futuro son emocionalmente estabilizadores o desestabilizadores con graves consecuencia para la formación de una sociedad, que todos los días está reclamando a gritos: calidad de vida y buena educación para los: pre adolescentes, adolescentes y jóvenes.

Los expertos en psicología y comportamiento infantil, aseguran que el desarrollo emocional del adolescente y futuro joven, depende en gran parte de la formación que haya recibido de sus padres en las primeras etapas de su vida, y que tienen mucho que ver con los implementos de juguetería que recibieron, especialmente en las épocas decembrinas, o como premio de estímulo en los buenos resultados académicos.

Un padre de familia piloso investiga hasta la saciedad, el porqué su hijo menor de doce años tiene tendencias de agresividad y le está pidiendo como regalo navideño o de estímulo, objetos que no son propios de una persona: tranquila, calmada y pacífica.

Es muy común que los padres de familia por su instinto paternal, atiendan los requerimientos de sus hijos menores, sin fijarse en lo más mínimo, que un regalo o estímulo a destiempo puede provocarle una etapa de turbación o de laberinto en su personalidad. Casos se han visto en que un adolescente al recibir una pistola de juguete, posteriormente la compra de verdad, para cobrar venganza, o transarse en desafíos con sus compañeros de colegio, simplemente para exhibir su recalcitrante machismo oculto en su personalidad, de la cual sus padres jamás tuvieron la precaución de hacerle seguimiento. 

Los niños menores de 12 años, a menos de un mes del 24 de diciembre, ya tienen escogido el regalo proferido que les deberá traer según la tradición religiosa el Niño Dios, y así lo hacen saber a sus padres, que muchas veces por desconocimiento de normas culturales y complacencia en su formación, se dejan llevar por este deseo infantil y resultan comprándoles juguetes que más adelante los afectan emocional y psicológicamente, convirtiéndolos en jóvenes violentos y posteriormente en avezados delincuentes.

Los regalos bélicos así sean de ínfimas bisuterías son los grandes generadores de violencia en los menores de edad. Está comprobado que cuando reciben estos juguetes se les crece el ego del machismo y si tienen motivos para cobrar venganzas así sean infundadas, buscan la forma de hacerlo, aquí es donde nace el llamado bullying o matoneo en los colegios. 

En reciente encuesta realizada con niños de varias escuelas mixtas de primaria y secundaria sobre sus preferencias de reglaos para la época decembrina, los resultados fueron bastante preocupantes: de 500 encuestados el 10% respondió que todo quedaba a la voluntad de sus progenitores, puesto que son de escasos recursos económicos. Sin embargo, no dejaron de mostrar el lado de resentimiento, rabia y frustración, al ver que no tienen la forma de poderse igualar con sus contemporáneos del barrio o establecimiento educativo, que gozan de buena posición económica.

El 30% se inclinó por juguetería bélica, es decir pistolas, y armamento en general, con el fin de irse entrenando para una posible guerra, puesto que en su escuela o colegio, tendrán en el futuro muchas cuentas que cobrar con los matones de su entorno. Es bastante notorio que buena parte de los adolescentes, tengan en su interior una rabia acumulada, puesto que añoran el momento de saldar las trifulcas con sus agresores o compañeros matones.

Pero hubo un 20 % de estos niños motivo de una profunda investigación: están pidiendo de aguinaldo no una arma de juguete, sino un arma real, puesto que tienen que defenderse de las pandillas de sus colegios y del barrio en que viven, muchos de ellos, ya han sido víctimas del matoneo y los han inducido a la fuerza al comercio ilegal del microtráfico.

El 20 % restante de la población infantil en escuelas y colegios, prefieren que el Niño Dios no les llegue, puesto que son épocas bastante tristes para su infancia y adolescencia, al ver la enorme desigualdad social entre los niños pobres y los de opulencia, varios comentaron: cómo un 24 de diciembre se acostaban con hambre, puesto que sus progenitores los dejan encerrados en una pieza de inquilinato bajo llave  para poder salir a parrandear.

Fue algo sorprendente dialogar con las niñas menores de quince años: a la pregunta de que le estaban pidiendo al Niño Dios de aguinaldo, respondieron: un kit con preservativos que me permita hacer el amor libremente con mi novio y amigos, sin el peligro de quedar en embarazo.

Con esta encuesta, aunque no completa, por la falta de recursos para hacerla más técnica, nos damos cuenta cual es la tendencia de  nuestros adolescentes y jóvenes de ambos sexos, que en su interior ya están asediados por el odio, el rencor y la prevención hacia la sociedad, y en general del mundo que los rodea, especialmente de sus centros educativos y los lugares aledaños a su residencia.

Los padres de familia en esta época del año, tienen la oportunidad de dialogar con sus hijos para orientarlos sobre lo que realmente es el espíritu navideño, - desde cualquier tipo de religión-, y preguntarles sobre el deseo que tienen para pedir el aguinaldo, y allí medir el grado de conflicto social o emocional que padecen, con el fin de sacar claras conclusiones de cuáles son las tendencias de sus hijos hacia el inmediato futuro y poderlos orientar adecuadamente.

No olvidemos que los niños que se sienten solos, producto del abandono de sus padres, se vuelven retraídos, melancólicos, con signos de agresividad, que fácilmente los pueden llevar al suicidio o como mínimo caer en los laberintos de la drogadicción.  

urielos@telmex.net.co
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