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La libre venta de armas en USA

Trump sostiene que las armas no son malas,sino los que las usan. Hillary Clinton pide controles pero no critica la "sacrosanta" segunda enmienda a la constitución.

Juliana Londoño, Juliana Londoño
24 de octubre de 2016

En el debate del pasado miércoles en la campaña presidencial en los Estados Unidos, Donald Trump, para tratar de minimizar sus pasadas expresiones contra los mexicanos, señaló en “spanglish” que había “bad hombres” a ambos lados de la frontera y que iba a sacar a los “malos” que estaban en los Estados Unidos. La alusión sin embargo, generó reacciones negativas entre los mexicanos a ambos lados de la frontera, ya que unos y otros se sintieron aludidos.

Se tocó también en el debate, el tema del control y la venta libre de armas. No obstante, que son frecuentes las masacres en universidades, colegios, iglesias y centros comerciales, en los Estados Unidos sigue siendo más fácil comprar una ametralladora que un medicamento contra la hipertensión.

La American Rifle Association que tiene un poder extraordinario en la política norteamericana y que respalda decididamente a Trump, ha impedido que se implante un control eficaz a la venta y posesión de armas de fuego, que está garantizada por la segunda enmienda a la constitución de los Estados Unidos, que es “sacramental” para los norteamericanos.

Mientras los demócratas, incluyendo a Hillary Clinton, son partidarios de establecer al menos algunos controles a la venta y posesión de armas de fuego, Trump ha expresado que las armas no matan la gente, sino que los responsables son los que las utilizan: criminales, enajenados mentales, racistas y traficantes de drogas. Por otro lado, los norteamericanos en general sostienen que tienen derecho a defenderse, mientras que las comunidades negras aducen que son los policías blancos los que usan las armas contra ellos.

Hillary Clinton, para tratar de llegar sobre el tema al corazón de los norteamericanos, echó mano al argumento de que el 60 % de las 34.000 muertes con armas de fuego en los Estados Unidos en el 2014, habían sido por suicidios de personas que guardaban armas en su casa.

Mientras que en los Estados Unidos la constitución y las contadas enmiendas que se le han introducido –incluyendo la segunda- son casi inamovibles y defendidas activamente por los norteamericanos, aquí se le introducen frecuentemente por diferentes vías tantas enmiendas, que ahora casi nadie sabe lo que nuestra constitución dice.

Sería posible además, que el argumento de Trump de que “las armas no son malas, los malos son los que las usan”, pretenda ser utilizado por algunos en Colombia para mantenerlas. El problema en este momento, todos somos “buenos” y los malos son “los otros”...

Mientras que en los Estados Unidos continúa el círculo vicioso sobre la compra y porte de armas, en nuestro país las masacres –incluso con armas de fabricación norteamericana- son tan cotidianas, que ni siquiera son noticia. Las tres, cuatro o cinco personas asesinadas “cuando departían” son frecuentes. Naturalmente, como la reacción de las autoridades locales es decir que “en comparación con la misma semana del año anterior” los asesinatos han bajado en un 4 %, no hay porque preocuparse...

Igualmente, los argumentos de Trump se podrían recoger con las medidas sobre las bebidas azucaradas y en el futuro seguramente sobre los helados, los chocolates, la fritanga y la arepa de huevo, porque la verdad es que estos no engordan... el que engorda es uno...

* Profesor de la facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.

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