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Las ciudades más peligrosas

El eje de la inseguridad se ha trasladado de las ciudades grandes a las intermedias.

Semana
31 de julio de 2010

"Mejorar la seguridad urbana es una de las grandes tareas del próximo gobierno", prometió el presidente electo Juan Manual Santos durante su campaña. Para lograrlo es pertinente saber cuál es realmente la situación de seguridad de las ciudades de Colombia y así poder adecuar las soluciones a los problemas.

En su último informe, la Fundación Seguridad y Democracia realizó un balance de la situación en las 27 ciudades principales, analizando lo sucedido entre el año 2003 y finales de 2009. Así, para el conjunto de las ciudades hubo aumentos en cuatro delitos y disminuciones en seis. Los delitos que más aumentaron fueron el hurto a personas y las lesiones personales, el primero con un alarmante 93 por ciento y el segundo con un no despreciable 28 por ciento. Los hurtos a residencias y motocicletas tuvieron aumentos, aunque menos significativos. Es de resaltar que estos son delitos difusos que ocurren en los entornos cercanos a los ciudadanos y por eso causan un gran impacto en su percepción de seguridad. Aquí podría estar una clave de la visión negativa que muchos ciudadanos reflejan en las encuestas.

No obstante, otros delitos mostraron importantes reducciones. En porcentajes, el secuestro cayó 87 por ciento, la extorsión 62, el hurto de automotores 45, el hurto a entidades financieras 44, los homicidios 27 y el hurto a comercios 0,4. Sin embargo, estas importantes caídas de delitos tan graves no han logrado mejorar la percepción de seguridad en la mayoría de las ciudades del país. Esta paradoja muchas veces está relacionada con la visión que los ciudadanos tienen de su propio alcalde, cuya actitud, conocimiento y liderazgo frente a los temas de seguridad pueden proyectar confianza o inquietud.

De otra parte, examinando la situación de las ciudades por tipo de delito, los resultados son llamativos. En homicidios, las mayores tasas por 100.000 habitantes están en Itagüí (78), Cali (76) y Pereira (68). Las menores están en Bogotá (19), Soledad (17) y Floridablanca (12). Entre los años 2003 y 2009, los mayores aumentos de homicidios están en Montería (59 por ciento), Popayán (53 por ciento) y Neiva (14 por ciento). En contraste, las más importantes reducciones están en Valledupar (-70 por ciento), Bello (-59 por ciento) y Cúcuta (-57 por ciento).

El mayor riesgo de secuestro se encuentra en Buenaventura, Villavicencio y Bello. Pero en 12 de las 27 ciudades no se registró ni un solo plagio en 2009. La extorsión es más frecuente en Neiva, Popayán y Valledupar, y en donde menos ocurre es en Bucaramanga, Soledad y Armenia. Pero los mayores incrementos porcentuales sucedieron en Montería y Barrancabermeja. Las ciudades con mayores tasas de lesiones personales fueron Villavicencio, Manizales y Sincelejo; con las menores tasas, Medellín, Cúcuta y Bello. Donde más se agravó el problema fue en Palmira, Valledupar y Cali. Donde más se redujo fue en Cúcuta, Pasto y Popayán.

En el hurto a personas, las mayores tasas están en Villavicencio, Manizales y Bucaramanga. Las menores, en Itagüí, Cúcuta y Bello. El más grande incremento sucedió en Cali, Santa Marta y Palmira. La más importante mejoría ocurrió en Cúcuta, Popayán y Medellín. En cuanto al hurto a comercio, entidades financieras y residencias, las ciudades más peligrosas son Villavicencio, Pereira y Neiva. Las ciudades con sus residencias menos violentadas son Itagüí, Bello y Medellín. Donde más se ha agravado el problema es en Cali, Santa Marta y Pereira. En relación con el hurto de automotores, las mayores tasas fueron en Cali, Medellín y Bogotá, confirmándose que es un delito típico de grandes ciudades donde se establecen fuertes mafias de 'desguazamiento' de vehículos. El robo de motocicletas fue más fuerte en Cali, Villavicencio y Neiva.

Como conclusión importante podemos afirmar que el eje de la inseguridad urbana se ha trasladado de las ciudades grandes a las intermedias. Si consideramos como ciudades muy inseguras aquellas que tienen las más altas tasas en tres o más delitos, entonces tenemos que de las cinco ciudades más inseguras, cuatro son intermedias. De lejos, la ciudad más insegura de Colombia es Villavicencio, seguida por Neiva, Pereira y Manizales. La única gran ciudad de este grupo es Cali. De otro lado, las ciudades donde más se ha agravado la situación, sin ser necesariamente las más inseguras, son Santa Marta, Montería y Soacha. En contraste, las ciudades donde más ha mejorado la seguridad son Cúcuta y Barranquilla. Buenas pistas para una política efectiva de mejoramiento de la seguridad urbana que está reclamando el país y que ha prometido desarrollar el nuevo gobierno.