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Claudia Varela

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Mentiras compulsivas

La mentira compulsiva, la mitomanía o la pseudología fantástica son conceptos que se refieren a lo mismo. Se trata de una tendencia patológica a mentir o narrar la realidad de una forma errónea.

Claudia Varela
26 de agosto de 2023

Escuchando en los últimos años tantos casos de comportamientos de los seres humanos sin importar su género, profesión o edad descubrí que realmente hay entre nosotros mucha gente que se cree sus propias mentiras. Que miente de manera compulsiva y si le argumentan sobre sus faltas a la verdad se sienten afectadas y ofendidas.

Todos los seres humanos hemos mentido alguna vez, eso es parte de nuestra imperfección. Y seguramente por esto existen las mentiras piadosas y las funcionales. Las primeras solo buscan no herir a otra persona, por ejemplo, cuando los zapatos no te quedan muy bien pero tu hermano te dice que te lucen por que te ve entusiasmada, eso al final termina siendo un símbolo de cariño. Las funcionales son un poco más complejas y egoístas, ocurren cuando mientes para “salvarte “de una situación incómoda, por ejemplo cuando afirmas ir a un evento social que jamás irás.

Mis ejemplos son bastante livianos y podría pensarse que este tipo de mentiras no dañan a nadie. La cosa es que esto no se queda normalmente allí si no que trasciende otras dimensiones como la laboral, la de pareja, la familiar e incluso la profesional.

La mentira compulsiva, la mitomanía o la pseudología fantástica son conceptos que se refieren a lo mismo. Se trata de una tendencia patológica a mentir o narrar la realidad de una forma errónea

Investigando sobre el tema encontré que Casas y Zamarro en 1990 afirman que para que se pueda considerar mitomanía la mentira tiene que cumplir tres requisitos:

  • La historia tiene que ser probable, es decir, tiene que ser viable
  • Las mentiras se tienen que manifestar en diferentes circunstancias y cierta cantidad de tiempo
  • Aunque los temas de las mentiras puedan ser diferentes, la persona que las formula es siempre el héroe de la historia o la víctima

También se menciona en lo que encontré que las mentiras pueden ser de diferente tipo: vanidosa (mentira para halagar), perversa (mentir para estafar), errante (mentir para huir de la realidad) o maligna (mentir para compensar sentimientos de inferioridad).

Entonces los mentirosos compulsivos si existen. Y supongo que en este momento puedes estar pensando en alguien que de manera recurrente miente y lo peor se convence de que sus historias son reales.

Conocí un caso alguna vez de alguien que le mintió de manera persistente a sus hijos con la única intención de quedar como la víctima en un divorcio que ocurrió por razones de abuso de parte de él. Les decía a sus hijos de manera reiterativa que su madre fue quien decidió terminar la relación y echar a perder la familia. La madre para no hacer sentir mal a sus hijos no les explicó jamás las razones verdaderas de no querer volver con él. Este caso ya es mas trascendental que el vestido.

Y si pensamos en el tema laboral encontré también en el pasado un personaje bastante paranoide que decidió decir que su jefe lo perseguía con argumentos totalmente inventados que lo llevaron a una investigación y a descargos del jefe que no sabía de qué le hablaban.

Si bien es cierto que cada ser humano percibe el mundo de acuerdo con sus creencias y personalidad, también está claro que no se puede pasar por alto que existen las mentiras compulsivas y que pueden hacer mucho daño a otros cuando asumimos que aun las versiones más exageradas son reales.

Manejar a alguien mentiroso es muy desafiante, cuatro estrategias que podrían ayudar son :

  • No perder la calma. O le das ventaja al mentiroso, nada de reacciones emocionales
  • Hacer preguntas concretas y cruzadas. Para chequear la veracidad de la historia
  • Observar el lenguaje no verbal. Cuando no se mira a los ojos, se piensa mucho lo que se dice, se titubea o hay nerviosismo evidente
  • Establecer límites, evidenciado el impacto de la mentira

Y lo más importante no te eches encima el hecho de cambiar a alguien por que es lo correcto. Cada quien es dueño de su propio destino, así que puedes dar apoyo pero que no te quite el sueño la mitomanía ajena ni que jamás te haga sentir mal la manipulación de un mentiroso compulsivo.

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