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Quien firma, debe actuar

De presentarse secuestros, ataques a campamentos, bombardeos, voladuras del oleoducto y asesinatos, reanudar el cese bilateral será difícil y exigirá más tiempo.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
9 de enero de 2018

Hablar de paz en la Colombia de hoy es difícil.

Llevamos tantos años escribiendo, discutiendo y haciendo esfuerzos para construir paz, democracia y reconciliación en medio de la violencia, que hay quienes sienten que paz, es palabra hueca, vacía, y solo oírla les produce rabia y frustración.

Hay muchos compatriotas, dentro y fuera del país que ven el futuro con desconfianza, y dan por cierto aquello de que el “castro-chavismo” está convirtiendo a Colombia en “otra Venezuela”.

Les parece que poner fin a una confrontación armada que desangró al país por más de cincuenta años es poco relevante.

En juicio de muchos otros, lo avanzado es histórico, por ello, actuamos frente al proceso con el ELN buscando cerrar el ciclo de violencias armadas de origen político para construir pluralidad democrática en medio del debate político moderno.

La persistencia del presidente Santos requiere entereza y reconocimiento de quienes optamos por esa visión.

Ahora bien, ¿Cómo profundizar la negociación con el ELN en un país, donde la oposición tiene como bandera central oponerse a un proceso de paz ya firmado?


Varios ciudadanos enviamos una comunicación dirigida al presidente Juan Manuel Santos, y al líder más reconocido del ELN, Nicolás Rodríguez, reafirmando nuestra convicción de que la negociación del conflicto armado es un camino viable y eficaz además de moralmente correcto.

En la carta, también reconocemos los esfuerzos adelantados por sus delegados a la cabeza de Juan Camilo Restrepo y Pablo Beltrán en la mesa de Quito, y realzamos la voz de las comunidades que han vivido los beneficios del cese bilateral de fuegos que finaliza este 9 de enero.

La solicitud es concreta: retomar el cese bilateral y,(agrego yo) impedir que el sonido de las armas, sepulte la confianza que exige el ciclo de diálogos que inicia esta semana y la definición de un nuevo cese bilateral eficaz que fortalezca el proceso.

Ambas partes han expresado públicamente su disposición a avanzar, pero no es suficiente

De presentarse secuestros, ataques a campamentos, bombardeos, voladuras del oleoducto y asesinatos, reanudar el cese bilateral será difícil y exigirá más tiempo.

Por ello hay que evitar esos hechos.

Son evitables.


Deben ponerse en marcha los anuncios que la mesa de negociación hizo el año anterior desde Quito, en materia de desminado humanitario convertido en ruego comunidades y organizaciones comunitarias en Nariño, Chocó, Catatumbo y Arauca

La participación de la sociedad civil durante las audiencias que impulsaron el ELN y el Gobierno Nacional conjuntamente, deben fortalecerse.

Quienes suscribimos la comunicación al presidente y al comandante del ELN, expresamos también nuestra voluntad para acompañar la mesa de Quito y avanzar hacia un país en paz. Por ello es pertinente, sugerir que este grupo de personas se reúna prontamente.

Que la firma puesta en la carta, signifique acompañamiento efectivo a la negociación, fortaleciendo la “pata” ciudadana de la mesa que complementa la construcción de una paz completa.

La reunión de “los firmantes”, tendría como objetivo impulsar que el cese bilateral de fuegos se retome y profundice, al tiempo que estimular y acompañar acuerdos que alivien a las comunidades del rigor de la confrontación armada.
¿Los ciudadanos actuaremos, o haremos honor a aquella frase de que “una firmita no se le niega a nadie”?
Adenda: A Gustavo Bell cabeza de equipo y a sus coequiperos todo el apoyo y acompañamiento.
@alvarojimenezmi
ajimillan@gmail.com

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