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La fuerza de la esperanza

Desde hace varios meses tomé la decisión de votar por Sergio Fajardo, no fue difícil seleccionarlo, pero cuando lo comento privadamente, muchos se sorprenden, otros me critican y la mayoría me apoya. Mi voto por Fajardo tiene cinco explicaciones.

Ariel Ávila, Ariel Ávila
23 de mayo de 2018

Desde hace varios meses tomé la decisión de votar por Sergio Fajardo, no fue difícil seleccionarlo, pero cuando lo comento privadamente, muchos se sorprenden, otros me critican y la mayoría me apoya. Para algunos yo debería apoyar a Humberto de la Calle, pues mi conocimiento sobre el proceso de paz, el apoyo que le he dado al mismo y mi deseo de vivir en un país en paz me llevarían directamente a apoyar esta candidatura. Para otros, mi visión crítica de esta sociedad desigual, inequitativa y donde la justicia solo opera para los de ruana, me llevarían a las toldas petristas. Pero me decidí por el centro de Fajardo.

Ya lo he dicho en otros escenarios, Humberto de la Calle, para mí es un estadista, el más importante después de López Michelsen, es un hombre transparente y lo vi en medio de las negociaciones de paz, sé todo lo que sacrificó, la forma como luchó por tener una Colombia sin guerra y con él estaré eternamente agradecido. Sin embargo, por diferentes razones su candidatura no despegó, y mi deseo de una Colombia que mire hacia el futuro es más fuerte que dar mi voto para que se pierda en un momento tan decisivo. Con respecto a Petro, como lo dijo María Jimena Duzán, no le tengo miedo, creo que él encarna un sector de la sociedad que está cansado de la pobreza, de que todo se lo roben, de la miseria y la desigualdad. Ha sido un fenómeno político, sin plata y con todo el mundo en contra, ha hecho una campaña sencillamente increíble. Desafortunadamente, al tener todo en contra, su gobernabilidad será muy difícil y sufrirá el país.

Obviamente, el voto por Duque o Vargas Lleras nunca se me pasó por la mente, ellos representan las viejas élites que nos han gobernado y que han saqueado este país. Por ejemplo, a Duque lo apoya la estructura de Kiko Gómez, un asesino que se hizo gobernador y que mandó a matar periodistas e investigadores, entre esos yo. Lo apoyan varios parapolíticos, políticos clientelistas y sobre todo representa la guerra, el pasado, el fanatismo religioso. De Vargas, ni qué decir, es el candidato de las maquinarias, de los Aguilar, de las Dairas Galvis, lo apoyan decenas de políticos metidos en escándalos de corrupción e ilegalidad.

Mi voto por Fajardo tiene cinco explicaciones.

  1. Yo, al votar el 27 de mayo, no lo haré por mí, votaré pensando en el futuro de los hijos y nietos de mi generación. Este país está viviendo una transición y los beneficios no se verán mañana o en un mes, será una Colombia diferente en 10 o 15 años, pero para ello debemos superar las décadas de violencia, la política de los odios y las venganzas, además debemos superar el dilema, estúpido, de la guerra o la paz y el que mejor conduciría esa transición es Sergio Fajardo.

  2. Fajardo no nos llevará a aventuras del pasado o del futuro, su experiencia como gobernador y alcalde, me dan la tranquilidad de que recorreremos un camino seguro. A él no le voy a pedir grandes cambios, como reformas agrarias, eso le tocará hacerlo a otros en el futuro. Lo único que le pido a Fajardo es no aventurar y no devolvernos al pasado después de salir de un letargo de más de cinco décadas. A él le pido que comience a construir una nueva ética que supere ese clientelismo normalizado en nuestra sociedad.

  3. Yo me gradué en un colegio en Bogotá que se ubica en un barrio que fue un relleno sanitario, fue un barrio estrato 1, ahora es estrato 2. El hoy de muchos de mis compañeros es mejor ni nombrarlo. lo poco que he avanzado en estos años, ha sido por la educación de mi hogar y por la Universidad Pública. Me gradué de la Universidad Nacional y a ella le debo sencillamente todo. Apoyo a Fajardo porque es el único que entiende el papel de la educación en la construcción de país y tiene un programa serio, coherente y ambicioso para impulsarla. Solo con que cumpla sus promesas en temas de anticorrupción y educación me daré por bien servido en su gobierno.  

  4. En Colombia las élites nos engañaron con una ecuación sencilla: La guerra era la disculpa para que esta sociedad les perdonara todo, como la alianza con criminales, la corrupción y el clientelismo rampante. Ahora que la guerra se acabó, el país ha estado en medio de 9 escándalos de corrupción. El país se ha dado cuenta de lo putrefacto de nuestro sistema político. A Fajardo le pido que nos ayude a salir de esa crisis de corrupción.

  5. El equipo de campaña de Fajardo es increíble, conozco a Claudia López, fue mi jefa varios años. Robledo ha sido el mejor senador por años, Angélica Lozano y Antanas Mockus, todos ellos increíbles. Es una verdadera selección Colombia.     

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