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De la impotencia a la denuncia

Es tal la obsesión del Centro Democrático (CD) con el acuerdo de paz y su implementación, llámese Jurisdicción Especial para la Paz -JEP-, que busca cualquier pretexto para hacer implosionar la paz. Desintegrarla como se desintegra un edificio en desuso que hay que demoler.

Javier Gómez, Javier Gómez
27 de mayo de 2019

Considera el CD que culpar a la JEP de poner en riesgo la figura de la extradición y sus consecuencias negativas en las relaciones con Estados Unidos es el camino más adecuado para desprestigiarla frente a la opinión pública y acude a los instrumentos más insospechados para hacerlo.      

Por ello, sin pensarlo dos veces, raudos corrieron el senador Uribe y sus alfiles a la Casa de Nariño a proponerle al presidente Duque que decretara la conmoción interior tras la supuesta fatiga institucional que supuso la decisión de la JEP en el caso Santrich y la posterior renuncia del fiscal Martínez. La propuesta llevaba implícita la idea de cerrar la JEP, extraditar al exguerrillero y, por qué no, cerrar el Congreso y convocar una constituyente; no son elucubraciones mías, esas fueron las conjeturas que circularon en los pasillos del Congreso, cuando el expresidente, en su acostumbrado lenguaje hiperbólico, dijo que esta era la “crisis institucional del país más grave en 60 años”. ¡Por Favor! Como si hubiéramos nacido ayer.

Una contradicción que salta a la vista con el presidente Duque quien pregona a los cuatro vientos la legalidad como principio básico de su acción de gobierno, mientras que a su partido, el CD, le incomodan la Constitución y las leyes pues no les permiten sabotear el soporte legal en que se sustenta el acuerdo que garantiza la paz.  

Sin embargo, no se dan por vencidos; ahora la senadora Paola Holguín del CD decidió denunciar, ante la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara, a los magistrados de la Sección de Revisión de la JEP que aplicó la garantía de no extradición al exguerrillero Jesús Santrich.

En una maniobra absurda que devela impotencia y falta de solvencia política, resuelve tomar el arbitrario camino de demandar una decisión judicial, es decir cuestionar la decisión de los jueces, tras argumentar que los magistrados “prevaricaron al haber desconocido que la conducta del narcoguerrillero alias Jesús Santrich, se cometió con posterioridad a la firma de los acuerdos entre el grupo terrorista Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos”; pero además intuye que “transgredieron los límites constitucionales y legales de sus competencia desconociendo caprichosamente el derecho aplicable y los que informaban fehacientemente los elementos probatorios de la Fiscalía…”  

Para ese argumento un contrargumento constitucional: El acto legislativo 01 de 2017 dice en su artículo 14 sobre “(el) Régimen sancionatorio de los magistrados de la JEP. Los magistrados de la JEP estarán sometidos al mismo régimen especial penal previsto para los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, así como al régimen disciplinario previsto por la ley para jueces y magistrados de las otras jurisdicciones. En todo caso no podrá exigírseles en ningún tiempo responsabilidad por los votos y opiniones emitidas en sus providencias judiciales, proferidas en espacio de su independencia funcional, sin perjuicio de la responsabilidad a la que haya lugar por favorecer indebidamente intereses propios o ajenos”.  

La Constitución es clara y deja sin piso la desproporcionada denuncia, que en un acto de sindéresis, si es que lo tiene, la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes debe rechazar porque las decisiones de los jueces se respetan así no se esté de acuerdo con ellas, principio elemental en cualquier democracia.

No se puede coagular tanto odio contra el acuerdo de paz para no entender que los fallos de los jueces se acatan, salvo que las razones sean por otras y este no es el caso. Hacer populismo es clásico de los partidos débiles, ausentes de ideas nuevas y por ello recurren insistentemente a maniobras despreciables, instrumentos muy cotizados en las dictaduras.   

@jairotevi