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¿Qué nos deparará el destino en materia electoral?

Dos intachables candidatos desde el punto de vista personal fueron proclamados por sus respectivas agrupaciones políticas la semana pasada: Sergio Fajardo por Coalición Colombia e Iván Duque por el Centro Democrático. Es imposible predecir desde ahora quiénes estarán en la segunda vuelta presidencial. Pero estos dos aparecen hoy con Petro con cierto chance si nos atenemos a las últimas encuestas, aunque Fajardo con más probabilidades que Duque y que Petro.

Jesús Pérez González-Rubio , Jesús Pérez González-Rubio
20 de diciembre de 2017

No es posible en pleno inicio de las campañas descartar ni a Germán Vargas ni a Humberto de la Calle, otro inmejorable candidato. Sin embargo, las últimas encuestas parecerían confirmar mi sospecha, que aventuro con mucha timidez, pues razón tienen los chinos cuando afirman que los únicos profetas que se equivocan son los que pretenden adivinar el futuro.

En la encuesta de Invamer, Sergio Fajardo obtiene el 18,7 % e Iván Duque apenas el 8,4 %, en tanto que Gustavo Petro obtiene el 14,3 %, Germán Vargas el 12 % y Humberto de la Calle el 9,1 %. En la de Guarumo realizada cuando ya Duque era candidato oficial de su partido, saltó al segundo puesto, así: Fajardo 15,7 %; Duque 11,3 %. Pero este, y Petro con el 9,9 % y Germán Vargas con el 9,3 % están dentro del margen de error que es del 4 %. Humberto de la Calle obtuvo el 6,5 %.

La más reciente encuesta, la del Centro Nacional de Consultoría divulgada por CMI arroja el siguiente resultado: Sergio Fajardo 26 %; Petro 17 %; Germán Vargas 10 %; Humberto de la Calle 9 %; Iván Duque 9 %. Los tres últimos están dentro del margen de error que es del 3,19 %.

Desde luego, las encuestas no pueden medir el impacto que en las elecciones puede tener el voto cautivo de las maquinarias clientelistas y la violencia de los grupos delincuenciales, aunque estos últimos aparentemente estarán en cese unilateral o bilateral de fuegos y talvez también de hostilidades, si el Dios de la paz  y la suerte nos acompañan.  

“Ladran Sancho, señal que cabalgamos”. Es lo que puede decir Fajardo que comienza a ser objeto de calumnias, de medias verdades, de insinuaciones sin fundamento, de silencios calculados para hacerle daño, de omisión de toda la verdad, por periodistas que antes que periodistas son políticos al servicio del autoritarismo y la desinformación. Es decir, en su contra se está utilizando la mentira como arma política dentro de la consigna de que es posible volver verdad lo falso a punta de repetirlo hasta el cansancio. “Malas hierbas que van poblando la tierra”.

“Calumniad, calumniad  que de la calumnia algo queda”. La frase se le atribuye a Goebbels pero es de antigua procedencia, y aquí fue aclimatada por un combativo jefe político conservador. Obviamente no es posible darla como consigna en público porque es denunciarse a sí mismo como mentiroso y quitarle impacto al infundio. El mismo Goebbels que la practicaba sin ser su autor, en público decía exactamente lo contrario: “La buena propaganda no necesita mentir, en realidad no puede mentir. No tiene razón para temer a la verdad. (...) Una propaganda que miente prueba que su causa es mala y a largo plazo no puede triunfar”.

La anterior cita y la que sigue son tomadas de un artículo titulado ‘La Frasecita de Goebbels y la Fábrica de Mentiras’ del profesor de filosofía de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, Iván Almeida:

En 1968, los Archivos Nacionales de Washington desclasifican un informe confidencial que el Office of Strategic Services había solicitado en 1943 al psicoanalista de Harvard Walter Ch. Langer. En la página 51 de su informe, Langer propone un resumen personal (no una cita) de los principios de la propaganda nazi: “Sus reglas principales eran: (...) concéntrense en un enemigo por vez y acúsenlo de cada cosa que anda mal: la gente va a creer más rápido una gran mentira que una pequeña; y si la repiten con suficiente frecuencia, tarde o temprano la gente la va a creer”. (www.pagina12.com.ar)

Ojalá no se generalice la propaganda política al estilo nazista en las próximas elecciones presidenciales y de Congreso. Ojalá le demos una oportunidad al fair play. Ojalá recordemos que no somos enemigos entre sí los colombianos que actuamos dentro del marco de la Constitución y de la ley sino apenas, en materia de desacuerdos políticos, adversarios ocasionales.    

Pero  Fajardo no solo ha comenzado a ser objeto de mentiras sino de burlas porque dice que no es de derecha ni de izquierda. Sin embargo, nada es más actual. La dicotomía entre izquierda y derecha tuvo origen en la Francia revolucionaria del siglo XVIII por cuenta de que en la “Convención Nacional”, en 1.792,  los Jacobinos se sentaban en el ala izquierda del salón de sesiones, y los Girondinos, a la derecha. Para referirse a los unos y a los otros se acuñó la frase: “los de la izquierda”, para referirse a los Jacobinos, los de Robespierre y Danton; y “los de la derecha”, para referirse a los Girondinos de Condorcet y compañía.

Pues bien, la nación que vio nacer el tándem derecha-izquierda, le acaba de dar cristiana sepultura con Emmanuel Macron. Como dice Jean-François Kahn: “Mucho tiempo atrapada en un dualismo estéril, nuestra democracia asiste hoy a un punto de quiebre. Ella no podrá lograr su mutación si no nos liberamos de visiones bipolares, reuniendo las voluntades alrededor de un proyecto antes que detrás de una bandera”. (Marianne, No.1053, p.15)

Proyectos como el de Colombia la más educada, adecuación de la expresión Antioquia la más educada; su compromiso radical y coherente contra el clientelismo y la corrupción, son el tipo de  proyectos de los que habla el escritor francés Jean-François Kahn y que no son ni de derecha ni de izquierda ni de centro. Son solo proyectos en beneficio del país ajenos a banderías inútiles y anticuadas.

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Añadido: Una Navidad feliz y Año 2018 próspero y moderado son mis deseos para todos los colombianos, sin distinción de edad,  sexo, raza, origen regional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.

Constituyente 91*

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