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Un censo ‘atravesado’

Nada más inconveniente, imprudente y ‘atravesado’, que realizar un censo general de población en un año en el cual habrá cuatro procesos electorales.

Miguel Ceballos Arévalo, Miguel Ceballos Arévalo
19 de enero de 2018

El año 2018 pasará a la historia por el significado y la relevancia que tendrán los distintos procesos electorales que en él se realizarán, especialmente en el contexto del posacuerdo con las Farc, debido a los temores por que se generen grandes cambios en el modelo mismo de Estado, y por el riesgo de reproducir en Colombia el desastre venezolano.

Las consultas interpartidistas, la elección para Senado y Cámara de Representantes, y la elección presidencial, en primera y segunda vuelta, son cuatro delicados y trascendentales eventos electorales que se verificarán de manera simultánea con el censo general de población cuya primera parte, el controvertido censo electrónico, ya inició, mientras que la segunda se implementará entre marzo y junio de este año, cuando  se levantará toda la información de manera presencial, casa por casa.

Desde cuando se llevaron a cabo las históricas elecciones de 1958,  en las cuales resultó electo Alberto Lleras Camargo como el primer presidente del Frente Nacional, ninguno de los censos generales realizados en 1964, 1973, 1985, 1993 y 2005,  había coincidido con las elecciones al Congreso y a la presidencia.

Sin  tener el mismo alcance de un censo general, en 2014 se generó un gran debate por la realización del censo agropecuario coincidiendo con un año electoral. En ese entonces el director del Dane, Jorge Bustamante Roldán renunció al cargo, entre otras razones,  por sus reservas y críticas por los riesgos de politización del mencionado censo. A él se unieron autorizadas voces como la de César Caballero, exdirector del Dane, quien coincidió en que era “inoportuno recolectar información al mismo tiempo en que estaba en marcha la agenda electoral”. (Ver artículo de la revista Semana: https://www.semana.com/economia/articulo/censo-agropecuario-choque-gobierno-dane/360773-3 ).

Es francamente inconveniente, imprudente y atravesado realizar un censo general de población en plenas elecciones, por los riesgos de politización que se pueden generar.  Ya los políticos inescrupulosos deben estar preparando toda su artillería politiquera para que, aprovechando el acceso que implica el censo a las viviendas de los colombianos, por un lado terminen haciendo proselitismo político, y por otro, aprovechen para mover población controlada por sus caciques políticos con el propósito de modificar la base de los futuros censos electorales, e inflar población para obtener mayores presupuestos en los municipios bajo su influencia política.

De otra parte, este será el primer censo que se realiza con posterioridad a la firma de los acuerdos con las Farc, lo cual en teoría implicaría que muchas de las poblaciones que estuvieron bajo el control de la guerrilla, puedan ahora ser censadas sin los riesgos de seguridad, ni las presiones y limitaciones del conflicto. Sin embargo  otra es la realidad que hoy vive el país, pues la inseguridad en las zonas antes controladas por las Farc es creciente, no solo por cuenta de sus propias disidencias, que hoy delinquen a sus anchas y siguen subyugando a la población con la violencia, sino por la presencia de los llamados GAO (grupos armados organizados) que pelean por el control territorial y de rutas del narcotráfico, y finalmente, por la presencia agresiva e irracional del ELN, quien repitiendo la historia del conflicto colombiano, busca afectar con sus armas el proceso electoral.

Este gobierno tuvo ocho años para organizar un censo general y no lo hizo. Ahora, en el ocaso de su administración con un costo de 350.000 millones, terminará haciendo un censo que con seguridad tendrá que ser repetido por el próximo gobierno, como consecuencia de las distorsiones que con seguridad se generaran en un proceso de levantamiento de información permeado por variopintos intereses politiqueros y por una creciente violencia en las zonas en la cuales, contrario a lo que se prometió como resultado del proceso con las Farc, sigue reinando la  inseguridad y la violencia.

*Exviceministro de Justicia. Decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda