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Vergüenza nacional

Crece el caos con el despilfarro de recursos públicos desde Palacio y el manejo irregular que le quiere dar al presupuesto nacional.

David René Moreno Moreno
22 de febrero de 2024

El país se está enfrentando a un gran tsunami político, alimentado por varios frentes donde sobresale la agresividad del jefe de gobierno, que promueve concentraciones de seguidores para intimidar a las instituciones y a la sociedad, buscando que se cumplan sus pretensiones, así como llamando a las huestes de ‘los progres’ y sus aliados para que le ofrezcan respaldo a todas sus alcaldadas.

Crece el caos con el despilfarro de recursos públicos desde Palacio y el manejo irregular que le quiere dar al presupuesto nacional, aprobado desde el año anterior por el Congreso, dándole un golpe de Estado al poder legislativo, en un comportamiento digno de recalcitrante dictadura, así como la destrucción de la economía, ya que en 2023 tuvo un paupérrimo crecimiento del 0.6 % en el PIB por la aplicación de erradas políticas socialistas.

Se siente el impacto de los ‘premios’, posiblemente conectados con el silencio de algunos personajes que son asignados a cargos públicos, así como la feria de nombramientos que generan burocracia y cero eficiencia en el aparato estatal, lo mismo que la posible revancha ideológica que le pone un palo en la rueda a determinados proyectos para castigar ciudades o regiones donde los progres y el Pacto no lograron los réditos políticos en las pasadas elecciones.

La corrupción engendrada por la ideología izquierdista hace que los colombianos de bien sientan vergüenza ante el mundo entero, especialmente cuando, por oscuros intereses, se ‘recompensa’ a personajes ampliamente cuestionados, no solo por su comportamiento sino por los secretos que guardan, como es el caso de los 15.000 millones que dice el fulano haber conseguido para la campaña y que, parece, no entraron a la misma, o por su confesada adicción a las drogas. ¿Qué se buscará con el nombramiento de este alfil en Roma? A todas luces se observa que no es la persona pulcra requerida para que nos represente en el exterior.

Hace ocho meses, el ministro Leyva informó públicamente que Armando Benedetti reconoció ser un drogadicto y que por eso se aceleró su salida del cargo de embajador en Venezuela; sin embargo, la misma Cancillería lo acaba de nombrar representante permanente de Colombia ante la FAO, cargo con rango de embajador extraordinario y plenipotenciario. ¿Será que este cargo le otorga inmunidad frente a cualquier tipo de investigación que se adelante en el país? ¿Será que las investigaciones sobre las conversaciones con Laura Sarabia quedarán en la impunidad?

El caso de Benedetti es similar al de varios integrantes del famoso Pacto, pues el embajador en México, Álvaro Moisés Ninco, además de no cumplir con los requisitos de ley para ocupar el cargo, se declaró consumidor frecuente de cannabis, tratando de emular a Susana Boreal, congresista del mismo Pacto quien reconoció ser consumidora habitual de marihuana y el embajador en Nicaragua, Fredy Muñoz Lopera, que ha sido vinculado a una investigación por, supuestamente, estar relacionado con tráfico de estupefacientes. ¿Qué estará pasando con los progres? ¿Muy adictos al ‘café’?

Frente a estos nombramientos, irregulares y vergonzosos, la Procuraduría debería iniciar las investigaciones pertinentes, pues, a todas luces, parecen formar parte de la corrupción que corroe actualmente al país, pero de la misma forma la ONU debería pronunciarse con vehemencia por el nombramiento en el servicio exterior de personas que no reúnen las mínimas condiciones morales para compartir en la sociedad mundial.

Se destaca la indebida injerencia de organizaciones como la OEA y la CIDH, al entrometerse en temas domésticos como el nombramiento de nuevo Fiscal, lo cual evidencia hasta donde llegan los tentáculos de la izquierda para mostrar una cara diferente de lo que realmente sucede en el país, pero, de otra parte, impacta que estas no se pronuncien cuando la Cancillería nombra personal relacionado de una u otra forma con las drogas, o cuando se cometen asesinatos o masacres por parte de los diferentes grupos delincuenciales. La pregunta es: ¿Qué están buscando? Debería darles vergüenza por dejarse utilizar con fines políticos oscuros.

La oleada de violencia crece exponencialmente, tanto en el campo como en las ciudades, con asesinatos por doquier, asaltos a mano armada en lugares públicos y la presencia armada de delincuentes en varias poblaciones. Esto lleva a interrogarse sobre el papel de la fuerza pública y las órdenes que han podido recibir. El país se siente desprotegido y se incrementa la incertidumbre sobre el futuro que nos espera.

Así como vamos, vamos muy mal. Estamos siendo víctimas de una conspiración internacional. En este marco, la ideología socialista le está haciendo mucho daño al país. Para recuperarnos, se requiere mucho tiempo y un gran esfuerzo común. La frágil democracia se encuentra apaleada y a punto de ser relegada. Pensemos en lo que nos espera si esta es vilipendiada por una ideología perversa.

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