Y ahora en el Dapre

Hace pocos días, Laura Sarabia fue nombrada nueva directora del Dapre. En este cargo, estará muy cerca del presidente Petro. Se encargará de asistir al presidente en el ejercicio de sus funciones, será el enlace entre el presidente y el gabinete, entre el mandatario, las alcaldías, las gobernaciones y los partidos políticos. También podrá fungir como jefe de gabinete. En pocas palabras, será la mandamás del Gobierno. Dicho nombramiento es una nueva burla a los colombianos y muestra el terrible ejemplo que está dando la administración Petro a la sociedad colombiana.

Es inaudito aceptar que tras el escándalo de gran magnitud de Laura Sarabia con su exniñera Marelbys Meza, quien la acusa de haberla forzado a un polígrafo sin tener una orden judicial y quien está siendo investigada, haya regresado al Gobierno como directora de Prosperidad Social y ahora como nueva directora del Dapre. Hay que recordar que en este escándalo también estuvo envuelto Armando Benedetti, quien en audios con Sarabia aseguraba que 15.000 millones de pesos habían ingresado a la campaña del presidente Petro sin ser reportados. A Benedetti también lo premiaron, nombrándolo embajador de Colombia ante la FAO en Roma.

Dichas designaciones causan una preocupación exorbitante. En vez de desvincular a Sarabia y a Benedetti del Gobierno, son premiados con cargos de suma importancia que ninguno es digno de ocupar. Esta administración está inculcándole a la sociedad colombiana unos valores completamente errados. Enseñándole a nuestros niños y jóvenes que poco importa si se actúa de forma incorrecta. Se usa el poder para pasar por encima de personas humildes y se quebranta la ley, pues al final serán premiados con cargos más importantes. En cualquier país del mundo regido por mandatarios correctos, estos nombramientos nunca ocurrirían, todo lo contrario, serían sepultados de la vida política e investigados de forma veraz.

La realidad es que la Colombia en la que hoy vivimos es una Colombia de cafres, como lo afirmó Darío Echandía hace más de 60 años. Una en la que nos quieren hacer creer que el camino fácil es el adecuado, que el fin justifica los medios, que se puede pisotear al que tiene menos con tal de cumplir un objetivo. Causa gran impotencia como ciudadanos saber que ese es el desgobierno que tenemos, pero no por eso debemos caer en la desolación y bajar la guardia. Al revés, estamos obligados a denunciar y exigir que no sigan pasando por encima de nosotros y de lo que es correcto. Basta de burlas y de humillaciones a los colombianos. Recordemos que la mitad del país votó en contra de este gobierno y muchos de los que sí votaron por el hoy están arrepentidos. Así lo demuestra la última encuesta del 19 de febrero, en la que solo tiene un 35 % de aprobación y que seguramente seguirá disminuyendo. Es momento de que, como ciudadanos, manifestemos nuestro descontento de manera pacífica y respetuosa, pues, si no lo hacemos, seguirán pisoteándonos a nosotros y a nuestros principios y valores.

“Siempre es el momento adecuado para hacer lo correcto”. Martin Luther King, Jr.