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¿De tú a tú gobierno y Farc? La fuerza en la mesa de negociación

Semana
28 de septiembre de 2012

En la visión romántica de la paz, esta se consigue hablando. Y por eso muchos, sin ser gobierno o Farc, quieren estar allí. Para ayudar, hablando. Las palabras tienen vida propia.

 

En la visión realista, los contendientes se sientan a la mesa para hablar a partir de sus posiciones de fuerza en el campo de batalla (militar, político, de legitimidad). Aquí, las palabras traducen realidades, no vienen solas.

 

No se trata de un campeonato de labia y argumentación entre los dos equipos de negociadores (aislados de la sociedad, la política y la guerra).

 

De hecho, si el contenido del acuerdo final dependiera de la “capacidad dialéctica” y retórica de los negociadores, quizá ganarían las Farc.

 

Tampoco se trata de una negociación entre iguales. Las Farc, obviamente, no se reconocen derrotadas, sino “victoriosos en las montañas”. Sin embargo, se saben diezmadas.

 

Aun con un marco general que solo les permitiría buscar la “revolución por decreto” en la Colombia rural, y eso, las Farc parecen creer que conseguirán en la mesa algo parecido a “la paz con justicia social” (romántica).

 

Tal vez asumen que van a negociar de “tú a tú”, y eso es un problema. En los campos importantes, las Farc están en franca desventaja.

 

Por ejemplo, en el del conocimiento técnico para discutir la “Política de desarrollo agrario integral”, el primer punto de la agenda.

 

Es poco probable que las Farc tengan mejores ideas de políticas públicas, revolucionarias y viables, en infraestructura y adecuación de tierras, o en estímulo a la producción agropecuaria.

 

No tiene sentido que la primera parte de la negociación parezca un seminario de supuestos expertos en desarrollo agrario integral.

 

Las Farc tendrán su objetivo de cambiar la estructura de la propiedad privada rural, pero eso ni está en el marco general. Solo dice “formalización de la propiedad”.

 

Los voceros del gobierno, el Estado y la sociedad les dirán que para eso, o echar atrás los tratados de libre comercio, tendrían que haber hecho la revolución armada.

 

¿Qué les darán para salir de ese punto? Aumentar la escala de políticas redistributivas existentes, ¿y garantizarles en “Participación política” que podrán ir a las inauguraciones electorales (es decir, no justicia)?

 

Como no es de “tú a tú” la negociación, adquieren especial importancia dos puntos del marco general firmado:

 

Que el “Cese al fuego y de hostilidades bilateral” sea “definitivo” (no antes de la certeza total de la dejación de armas),

 

Y el numeral 8 de las “Reglas de funcionamiento”: “La Mesa contará con la tecnología necesaria para adelantar el proceso”.

 

Esto es, hay que garantizar que los negociadores de las Farc reciban directamente de 'Timochenko' las noticias de las operaciones de la Fuerza Pública contra ellos. 

 

A las Farc les gusta alentar la visión romántica de la paz, pero más realista no pudo ser su exjefe negociador ‘Mauricio Jaramillo’: "No tumbamos torres y el Estado no bombardea" (entrevista en El Espectador).

 

Serán conversaciones prosaicas, llenas de ideas poco razonables, tensas hasta el límite de la paciencia casi inimaginable, con la dura cara de la fuerza, de la violencia, rondando.

 

Hay que imaginarse algo distinto, romántico, para querer estar allí.  @DanielMeraV