Home

Blogs

Artículo

La Saga del Plan Zonal Norte: I Parte

Semana
8 de agosto de 2009

Muchas veces se reciben noticias en los medios sobre temas donde el público en general no está bien informado y contextualizado, lo cual implica  que no se desarrolla la conciencia sobre las implicaciones que están detrás de las mismas. Este es el caso del proceso para la aprobación del Plan Zonal Norte que ya lleva 9 años en su aprobación y sobre el cual periódicamente, aparecen noticias que lamentablemente no impactan a la opinión pública!!!!.

El problema de que haya tanta ignorancia es que no existe la presión para corregir semejante aberración. La verdad es que lo que está en juego es la habilitación del último suelo urbano para acomodar la expansión y crecimiento de Bogotá. En los próximos 10 años Bogotá puede llegar a tener 13 millones de habitantes y la pregunta es donde vamos a acomodar un crecimiento de casi dos veces la población de Medellín?.

Para asimilar este tema tan trascendental,  vale la pena repasar un poco de historia que le permita a quienes no son expertos urbanistas, entender lo que está en juego hacia adelante y poder tomar una posición. Bogotá tiene definido su lindero con los municipios aledaños desde hace mas de cuatro décadas. Dentro del perímetro urbano quedaron incorporadas tierras rurales, de desarrollo y urbanas, además de reservas ecológicas compuestas primordialmente por humedales. Estas últimas están bajo la protección de la CAR y con intervención del Ministerio de Medio Ambiente y Vivienda.

En 1994 ya era evidente que si la ciudad seguía el nivel de desarrollo que había alcanzado en ese año, se agotarían las áreas urbanas disponibles y seria necesario tomar medidas para habilitar nuevas  áreas de desarrollo en tierras rurales. También sería necesario replantear la normatividad vigente para facilitar la renovación urbana en zonas construidas hace muchos años.

En 1997 el Gobierno Nacional expidió la Ley 388 de Desarrollo Urbano con el fin de establecer instrumentos que uniformizaran el proceso de desarrollo para municipios de mas de 100,000 habitantes. Esta intención se debía materializar en un instrumento que se denominó Plan de Ordenamiento Territorial o POT. Se estableció un plazo para que los municipios cumplieran con esta disposición.

El propósito que inspiró la Ley 388 era que existieran reglas de juego claras que evitaran el continuo deterioro de muchos municipios que improvisaban sus Planes de Desarrollo. Se pretendía dotarlos de instrumentos novedosos que les permitiera unos planes mas integrales y una participación mas equitativa de los costos de habilitación de nuevas tierras y manejo de las existentes.

Con los nuevos instrumentos se buscaba que los esfuerzos financieros para generar nueva infraestructura, no vinieran solo de los entes territoriales sino que hubiera una participación mayor de los propietarios de la tierra, quienes se beneficiarían de los cambios normativos. Ya no era posible tener terrenos agrícolas por muchos años para esperar que el desarrollo urbano, con obras realizadas con dineros públicos los envolviera y les generará una gran valorización.

Con la Ley 388 aparecieron los Planes de Ordenamiento Zonal , los Planes Parciales, las UPZ, las cargas y beneficios, la plusvalía,, entre otros. Nuevos términos que requerían de nuevas competencias para su aplicación. A partir de esta Ley, los municipios quedaron habilitados para integrar extensiones de mas de 100,000 m2 para darles un tratamiento integral de desarrollo.También para capturar un % de la valorización que generara los cambios de norma teniendo en cuenta  la función social de la propiedad.

Para quienes  son legos en la materia, vale la pena explicar que un Plan Parcial es un instrumento que pretende englobar extensiones grandes de tierra y concertar con sus propietarios las reglas de juego para su desarrollo. Dentro de ellas están los indices de desarrollo, la ubicación de las zonas de cesión a la ciudad, la malla vial, los beneficios para los propietarios y las cargas o costos a pagar. En lugar de tener reglamentaciones fragmentadas se pretende obtener una normativa integral.

 Como  sucede con mucha frecuencia en nuestro país, “el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones”: se tramitan leyes que posteriormente no se pueden aplicar de acuerdo a las razones de los legisladores. En el caso de la Ley 388 el problema fue que el  Gobierno Nacional falló en la reglamentación de los temas críticos relacionados. La conclusión: la libre interpretación e improvisación en la implementación de instrumentos sofisticados como los Planes Parciales y el cobro de la Plusvalía por parte de los municipios. Otro problema, que se subestimó de manera imperdonable, fue la capacidad de gestión que debían de tener  las administraciones municipales para entender, asimilar, desarrollar e implementar las nuevas figuras que les daba la Ley.

Durante la Administración Peñalosa se inició el proceso de aplicación del POT en Bogotá. Uno de los temas mas críticos fue el manejo que se propuso para los terrenos de expansión en el norte de la Ciudad ( Plan Zonal Norte ). En ese momento ya era evidente el problema de la falta de suelo para acomodar el crecimiento de Bogotá. Por esta razón la Administración en  su momento defendió la inclusión de una extensión muy importante dentro del perímetro, argumentando que áreas que se preveían como reservas ambientales, no lo eran. Este proceso se transformó en una confrontación muy compleja con el director de la CAR de esa época y el ministerio del Medio Ambiente.

Después de muchos ires y venires  y de un gran desgaste para Peñalosa, se acordó la definición de una franja a lo largo de la Autopista Norte para que se pudiera desarrollar como zona de expansión. No se pudieron concertar con la CAR y el Ministerio unas extensiones muy importantes en la parte occidental .. Estos suelos quedaron como de reserva y rurales. El problema que quedó para la siguiente administración era implementar el Plan de Ordenamiento Zonal que era una escala mas pequeña que el POT para definir la malla vial de la zona y las cargas y beneficios que deberían de aplicarse. Esta era una de las nuevas figuras establecidas en el POT para financiar las obras requeridas con la participación de los propietarios de la tierra.

Después de 9 años la reglamentación del Plan Zonal Norte sigue sin concretarse !!!. En el próximo Blog haré una relación de la saga en que se convirtió este proceso, que muestra la tremenda incapacidad de gestión de las últimas dos administraciones y las consecuencias que esto tiene para Bogotá.