Los pecados políticos de Mario Uribe

El último fallo que en materia de parapolítica se ha dado en los últimos meses, fue emitido en contra del cacique político antioqueño Mario Uribe, con lo cual la Corte Suprema de Justicia sienta un importante precedente, en el que demuestra que está dispuesta a llegar hasta donde le sea posible para hacer respetar su labor, por difícil que sea el caso judicial.

Sin duda alguna el proceso judicial de Mario Uribe ha sido el más difícil que ha tenido que asumir la Corte Suprema de Justicia, no solo por tratarse de un familiar de un presidente en ejercicio en el momento en que este fue abierto, sino también por los enfrentamientos verbales que tuvo dar con Álvaro Uribe Vélez, entonces mandatario y primo del recién condenado.

Desde el momento en que el máximo tribunal de la justicia en Colombia abrió la investigación al entonces senador Mario Uribe para verificar si había ejecutado pactos con paramilitares, el político antioqueño ha buscado la manera de evadirla, primero renunciando a su curul en el Congreso de la República, con lo que instantáneamente su proceso judicial pasó a manos de la Fiscalía General de la Nación y cuando esta le dictó orden de captura, pidió asilo en la embajada de Costa Rica, solicitud que le fue negada ante la polémica desatada.

Mario Uribe Escobar inició su vida política como concejal del municipio de Andes, en el departamento de Antioquia en 1976, de donde decidió saltar a la asamblea departamental en 1982, representando al Partido Liberal, y desde el cual conformó el binomio político con su primo Álvaro Uribe Vélez, quien para ese entonces ocupaba el cargo de Concejal de la ciudad de Medellín, en el movimiento político conocido con el nombre de Sector Democrático del Partido Liberal.

Mediante ese combinación política entre los primos Uribe, ambos consiguen llegar al congreso como formula, Mario a la Cámara y Álvaro Uribe al senado, con la que lograron su reelección, convirtiéndose además en rivales políticos de los dos viejos caciques electorales en Antioquia, Bernardo Guerra Serna y Fabio Valencia Cossio, el primero de los cuales acogió dentro de su grupo a Álvaro Uribe en los inicios de su vida pública.

Más adelante Álvaro Uribe se convirtió en gobernador de Antioquia y Mario Uribe en Senador de la República, periodo en el cual se debatía la extradición de colombianos a otros países (1994 -1997), debate al cual Mario Uribe como congresista se opuso.

Mario Uribe siguió intacto en la política nacional, tanto que repitió como senador de la república durante el periodo 1998 -2002, tiempo en el que llegó a ocupar la presidencia de la corporación. Ya con movimiento propio al que llamó Colombia Democrática, avaló candidatos a alcaldías, concejos, gobernaciones y asamblea departamental, con lo que poco a poco consolidaba su grupo y con lo cual acompañó la aspiración presidencial de su primo Álvaro Uribe en las elecciones de 2002 – 2006, en el que Mario una vez más logró su reelección para el senado.

Desde su cargo de congresista Mario Uribe fue ponente de la ley por la cual se modificó la Ley 160 de 1994, con la cual Colombia dejó de hablar de Reforma Agraria y pasó a hablar de Desarrollo Rural.

Los problemas judiciales de Mario Uribe

A pesar de que en el periodo de 1997 -1998, Mario Uribe fue señalado de sostener relaciones con el narcotraficante del oriente antioqueño Pedro Pablo Uribe Henao, acusación sustentada en una interceptación hecha por agentes judiciales, el político paisa salió ileso. Solo hasta el año 2006, se encontraría con la investigación que le pondría fin a su vida pública, sin que esto signifique que su capacidad de influir en la política electoral se termine.

Después de que el Fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia Ramiro Marín, emitiera orden de captura el 22 de abril de 2008 y la posterior orden que revocó la medida de aseguramiento, emitida esta vez por el entonces vice fiscal Guillermo Mendoza Diago, el nombre de Mario Uribe se ve expuesto a diferentes escándalos políticos, uno de ellos sucedió el día de su captura, cuando el Presidente de la República a través de una llamada al magistrado Cesar Julio Valencia Copeta, entonces Presidente de la Corte Suprema de Justicia, le pidió explicaciones por la decisión judicial, según lo dicho por el alto funcionario en entrevista con el Espectador el 13 de enero de 2008, y por lo cual más adelante el primer mandatario le denunció ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes por calumnia, situación que hasta la fecha no se ha solucionado.

Más adelante el nombre de Mario Uribe saldría a la palestra pública, esta vez por cuenta de la carta del ex paramilitar José Orlando Moncada, alias Tasmania, según la cual el magistrado auxiliar de la Corte Suprema, Iván Velásquez, le había ofrecido beneficios jurídicos a cambio de involucrar a Álvaro Uribe en relaciones con los paramilitares, versión de la cual Tasmania se retractaría más adelante asegurando que había firmado la carta sin leerla y por recomendación de su abogado, Sergio González, también defensor del narcotraficante alias El Tuso, vecino y conocido del senador Mario Uribe. Agregó que González le prometió que los señores Santiago y Mario Uribe lo ayudarían y que El Tuso lo recompensaría con una casa.

Lo anterior haría parte de un complot orquestado desde el Das, según declaraciones de Martha Leal ex subdirectora de Operaciones en el proceso de las chuzadas “ el 29 de septiembre de 2007, era un día sábado y yo me encontraba en mi casa y cerca de las 11:00 ó 11:30 de la mañana me llamó mi jefe directo, el señor capitán Fernando Tabares (ex jefe de Inteligencia), por vía Avantel y me dijo que me presentara en la oficina en el despacho de la entonces directora del DAS, doctora María del Pilar Hurtado, a la mayor brevedad posible (...) la doctora Pilar me indica que ella ha tenido conocimiento de una persona de Presidencia, no sé quién, de que el señor Sergio González, abogado de un paramilitar detenido, de alias ‘Tasmania’, iba a entregar una información muy importante que daba cuenta de una situación irregular en la cual ‘Tasmania’ afirmaba que estaba siendo objeto de propuestas del señor magistrado Iván Velásquez, para que declarara en contra del doctor Mario Uribe, primo del Presidente (Álvaro Uribe), por la presunta muerte o un atentado que sufrió alias ‘René’”. El señor Sergio González sacó de un sobre la fotocopia de un documento que pues estaría firmado por alias ‘Tasmania’ y con su huella. Yo lo leí y efectivamente había una declaración que correspondía a la denuncia que hacía ‘Tasmania’ en contra del magistrado Iván Velásquez. Era una sola página y ratifico nuevamente que no se trataba de un original, sino de una fotocopia. Sergio González sí manifestó su preocupación en algún momento porque la carta no estaba autenticada, pero igual él me entregó esa y fue la que yo traje a Bogotá”. “(...) Nuevamente me trajeron al aeropuerto, yo llegué a Bogotá y al día siguiente es decir el domingo 30 de septiembre, estuve desde temprano en mi oficina, preparando el respectivo informe y dejé allí mismo el documento que me fue entregado por Sergio González. Pasado el mediodía me encontraba en el parque de la 93 y me llamó tanto la doctora María del Pilar Hurtado como el capitán Tabares, para preguntarme dónde me encontraba. En especial ella me dice ‘usted dónde está Martha’, y me dice que necesita con urgencia que le haga llegar el documento que yo recibí en Medellín, más el informe de inteligencia que yo realicé sobre la conversación que tuve con Sergio González porque alguien de la Presidencia va a ir esa noche a su casa a recogerlo”. “(...) A partir de ese contacto que se estableció con el señor Diego Álvarez (abogado de Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, y de alias ‘Job’) este empezó a hacer llegar a través del funcionario L.T. unas grabaciones. Una de ellas hace alusión a una de las diligencias en las que adelantó con ‘Don Berna’ en la Corte, en donde supuestamente el doctor Iván Velásquez le estaría ofreciendo prebendas a ‘Don Berna’ para que hablara o diera información; otra de las grabaciones que llegó fue una grabación que le hizo ‘Don Berna’ a Rafael García (ex jefe de Informática del DAS) en La Picota, para lo cual Diego Álvarez solicitó que se facilitara una grabadora, la cual me tocó comprar a mí con gastos reservados de la subdirección de Operaciones, de hecho creo que se compraron dos grabadoras”.

Recientemente el también ex paramilitar Alias Alberto Guerrero, líder del grupo de las Autodefensas Bloque Cacique Pipinta, en entrevista con Noticias Uno el pasado domingo 20 de febrero de 2011, aseguró que el presidente Álvaro Uribe estaba confabulado con alias don Berna para enlodar a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, por lo cual se hacen una serie de grabaciones enlodando a los miembros del alto tribunal, las que llegan al Palacio de Nariño a través de alias Job.

El capítulo de la carta de alias Tasmania termina cuando en medio de la polémica entre Álvaro Uribe y la Corte Suprema de Justicia, el desmovilizado se retracta y la Fiscalía General de la Nación, encargada de investigar hasta donde eran ciertas las acusaciones que se hacían al magistrado auxiliar Iván Velásquez, cierra el proceso diciendo que se trató de un complot en su contra y que el Presidente de la República fue engañado. Pero la Fiscalía nunca estableció quién engañó al Presidente: ¿su hermano?, ¿su primo?, ¿El Tuso?, ¿el abogado González, que prestaba sus servicios tanto a El Tuso como a Tasmania?. .

El otro capítulo, el de la visita de alias Job a la Casa de Nari, termina con el asesinato del ex paramilitar, según palabras de Alias Alberto Guerrero a Noticias Uno, “para silenciarlo”.

Las menciones de Salvatore Mancuso:

Lo que primero que puso en aprietos a Mario Uribe, fueron las declaraciones de Salvatore Mancuso en las cuales aseguró que se reunió con el ex congresista en la finca la Capilla en el departamento de Córdoba, cita que se logra gracias a la intermediación de Eleonora Pineda, Representante a la Cámara por el departamento de Córdoba durante el periodo 2002 – 2006, cargo que logra gracias a la ayuda de los paramilitares.

Según las palabras de Salvatore Mancuso, en ese momento pacta el apoyo a Mario Uribe, razón por la que según él, da la orden a los miembros de las AUC de ejercer presión en sus lugares de operación para que se votara a su favor, lo que según el fallo de la Corte Suprema de Justicia, explica los resultados atípicos en Sahagún, Montelíbano, Planeta Rica y Chinú, municipios del departamento de Córdoba.

Aunque Mario Uribe argumentó que esas votaciones se dieron gracias a tratos con políticos locales como Otto Bula y Mariano Cura Demoya, la Corte replica el hecho de que de ser cierto, tales resultados se hubiesen mantenido en las elecciones de 2006, pero estas ni se reproducen, ni se mantienen.

Por otro lado Alias Alberto Guerrero, líder del grupo de las Autodefensas Bloque Cacique Pipinta, en entrevista con Noticias Uno, aseguró tener conocimiento de reuniones entre Ernesto Báez y Julián Bolívar con el Senador Mario Uribe para hablar de los avales para las campañas políticas locales.

Otro de los argumentos que la Corte encontró para darle validez a las declaraciones de Mancuso es que “Mario Uribe tenía que saber que aliándose con Eleonora Pineda en la región del San Jorge, se estaba juntando con alquien que tenía notorios nexos con Salvatore Mancuso. Según la Corte, no es improbable que Eleonora Pineda haya celebrado un compromiso electoral con el senador y que el mismo compromiso lo haya avalado Salvatore Mancuso y que como resultado de esta alianza, ambos presentaron resultados extraños en los mismos municipios.

El fallo de la Corte Suprema de Justicia:

Luego de que la Corte Suprema de Justicia cambia su jurisprudencia y retoma los casos de los congresistas que renunciaron a su curul con el fin de tener una doble instancia judicial y ser procesados como ciudadanos de a pie, decide llevar el caso de Mario Uribe y le dicta nueva orden de captura el 24 de febrero de 2010.

A pesar de la que la Procuraduría en cabeza de Alejandro Ordoñez falla a favor de Mario Uribe descalificando las declaraciones de alias Pitirri, con el argumento de que carecía de fundamento, la Corte Suprema de Justicia, falla en contra, con el análisis conjunto de la prueba que permite concluir que las declaraciones de Salvatore Mancuso y de Eleonora Pineda, apreciadas históricamente, permiten asumir que Mario Uribe Escobar sí hizo pactos con la organización armada al margen de la ley”. En otras palabras, la situación de Córdoba, el auge de los grupos paramilitares en la región y otros aspectos de contexto no se pueden mirar por separado. Al final concluye: “la Sala tiene la certeza de que el doctor Mario Uribe Escobar se concertó con un grupo armado al margen de la ley y que no recibió apoyos sin contraprestación, como lo sostiene el señor procurador”, dice la sentencia, con la cual cierra un capítulo difícil en su historia por tratarse no solo de un político de peso, sino además de un familiar del hoy ex presidente Álvaro Uribe Vélez, mandatario de gran aceptación popular durante sus ocho años de gobierno.