CLAUDIA VARELA
Apuéstale a tus mujeres
Definitivamente el tema de las mujeres en los negocios es una tendencia, muchas empresas quieren meterse en la onda de la equidad y el balance de género, pero no entienden todavía muy bien cómo hacerlo.
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Lo más importante a mi juicio es que ya haya conciencia y al menos un primer interés en lograr que la participación de las mujeres vaya más allá de un acto altruista de darles un espacio en la vida corporativa.
Hay que apostarle al género femenino desde una perspectiva más práctica y menos romántica, hay muchos estudios que comprueban la importancia de tener más mujeres en juntas directivas y en cargos de alto liderazgo.
La diversidad de un equipo de trabajo es un indicador de lo que hay afuera de las oficinas. Si un grupo está bien armado (realmente de manera profesional, con alto desempeño, pensando en el milenio que vivimos) es un reflejo de la fuerza de consumo que está en el mundo real, no en el mundo del power point.
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Si el 70% de las mujeres toman las decisiones de compra y de consumo en los hogares, ¿por qué solo un 4% de CEOs en Latinoamérica son mujeres? La base laboral de Latinoamérica empieza con un 53% de mujeres y un 47% de hombres, pero al ir creciendo en la pirámide los hombres empiezan a tener más posiciones de poder llegando a un 17% vs un 83% dominado por el género masculino en promedio para la región, en posiciones de gerencia media y alta.
Según un estudio de Mercer en 2016 se afirma que las mujeres serán para el 2025 el 44% de los cargos de alta dirección en las organizaciones. Por tanto, es muy importante, si los directivos hoy son responsables de la sostenibilidad de sus negocios, dar de manera equitativa las mismas posibilidades de crecer a los hombres y a las mujeres.
No se trata de feminismo, ni machismo. Tampoco de un acto de responsabilidad social para dar más espacio a las mujeres. Se trata de indicadores financieros, de entender tendencias de mercado y cómo los equipos diversos pueden llegar a ser más exitosos con un buen balance.
Sin embargo, hay una miopía que debemos superar respecto a la inclusión de mujeres en el mundo laboral. Hay que ser consistentes y permitir que las nuevas generaciones marquen su territorio y muestren cuáles son sus motivadores. A veces estos proyectos de diversidad e inclusión se los dan a manejar a los de recursos humanos, pero esto necesita el involucramiento de todos y definitivamente la convicción por parte de la alta dirección.
Morgan Stanley Capital International (MSCI) comprobó que las empresas con un liderazgo femenino más fuerte generaban una rentabilidad del capital del 10% anual frente a un 7,4% de las empresas sin dicho liderazgo (MSCI, 2015).
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Entonces, qué nos detiene a involucrar más mujeres en procesos directivos. Y a las mujeres que hoy tienen puestos altos también las invito a que se concienticen de que esto es un tema estratégico, que ellas mismas abran las puertas a otras mujeres que vienen atrás y necesitan apoyo.
Hablando con algunas millennials he descubierto que prefieren muchas veces tener jefes hombres. Siendo así, este no es un tema de machismo, más bien es un tema de equidad social que como seres humanos y líderes de organizaciones debemos replantear ya que genera más beneficios económicos para las empresas y una toma de decisiones más asertiva.
Necesitamos mujeres que sean mujeres. Que desde su género lleguen a posiciones de liderazgo y aporten con sus habilidades, conocimientos técnicos y capacidad. Señores y señoras directivos/as: ¡apuéstenle a sus mujeres! Es buen negocio.