VÍCTOR RIVERA

El 'sandbox' colombiano

Lo más interesante es que los 'sandbox' han permitido identificar modelos de negocio fuera de lo tradicional.

Victor Rivera, Victor Rivera
18 de septiembre de 2020

Un sandbox es un espacio monitoreado por el regulador financiero, donde entidades financieras de base tecnológica o fintech pueden lanzar al mercado productos innovadores y eficientes, sin cumplir con los estrictos requerimientos de capital ni de reporte estándar que presentan las instituciones financieras tradicionales. ¿Cumple con estas características básicas el nuevo sandbox colombiano? Y de ser así, ¿qué beneficios trae a los colombianos?

Sin duda alguna, gran parte del desarrollo de la industria financiera digital en el mundo tiene su raíz en los sandbox. Estos espacios temporales que brindan los reguladores para que pequeñas empresas innovadoras pongan a prueba sus ideas han generado grandes cambios: la construcción de reglas justas para diferentes tamaños y objetivos de empresas del sector financiero, cuando las entidades pequeñas requieren la justa carga regulatoria que les permite ser eficientes y rentables.

Adicionalmente, se han eliminado barreras de entrada y se han acabado oligopolios en el sector financiero europeo, permitiendo la creación de bancos virtuales sin oficinas, fondos de pensiones virtuales para ahorros de bajo valor y que retornan rentabilidades mucho más altas que las alcanzadas por los fondos de pensiones tradicionales.

Pero lo más interesante es que los sandbox han permitido identificar modelos de negocio fuera de lo tradicional. Ejemplo de ello son los bancos que no prestan servicios a personas naturales. Su servicio es rentar mensualmente su licencia, infraestructura tecnológica y equipo humano a fintech, y son estas últimas las que prestan el servicio bancario a las personas. También está la creación de empresas que se enfocan en construir la infraestructura para que se procesen transacciones en tiempo real y al menor costo posible, cuyo servicio es vendido a las entidades financieras por un pequeño costo por transacción efectiva, dinamizando los pagos de una economía y dando mayor información a los usuarios.

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El Decreto 1234 expedido esta semana (14 de septiembre de 2020) soporta la innovación financiera en Colombia, resalta la aprobación de organismos internacionales sobre los beneficios de este y establece que es un espacio controlado de prueba de nuevos productos, que es una herramienta de política pública que permite al Gobierno nacional ajustar las normas a la dinámica actual del sistema financiero y las necesidades de sus usuarios.

Adicionalmente, el decreto define de forma amplia las propuestas que pueden ser presentadas al sandbox e incluye que, tanto innovación y tecnologías emergentes, así como las existentes, pueden hacer parte de este siempre que presenten formas novedosas. De esta manera, el Decreto 1234 da la opción a compañías que quieran desarrollar propuestas innovadoras, eficientes y diferenciadoras en el sector financiero a operar hasta por dos años en el sandbox colombiano.

La empresa que haya sido aprobada en el sandbox debe proveer un plan de pruebas de su producto o tecnología y un plan de desmonte. Este último se enfoca en un plan para culminar todas las operaciones que fueron desarrolladas durante los dos años del sandbox.

Pero el logro más importante es el principio de proporcionalidad del artículo 12 del Decreto 1234, dado que este principio le permite a la Superfinanciera determinar reglas y requisitos claros y adecuados al tamaño de las entidades, de sus productos y de los nichos de mercado a los que están siendo enfocados dichos productos innovadores.

Digo que es lo más importante, porque le permitirá a la Superfinanciera disminuir el capital requerido a entidades como, por ejemplo, las enfocadas en microcréditos, sin que tengan que convertirse en un banco; además, podrá disminuir el requerimiento de reportes y estructura organizacional para el cumplimiento de riesgos crediticios y de mercado, permitiendo que el sector financiero colombiano sea más eficiente en su estructura organizacional, que como consecuencia traerá una reducción de  costos operacionales y administrativos para las entidades.

Dicho esto, el sandbox colombiano definitivamente sí cuenta con las características básicas que otros países contemplan.

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No obstante, ha dejado la puerta abierta para que cualquier empresa que hace parte del sector financiero, y que presente una mínima generación de eficiencia en un producto particular, pueda quitarle la oportunidad a otra pequeña fintech, con gran innovación pero con recursos limitados, de recibir todo el soporte y apoyo de la Superfinanciera para transformar el sistema financiero colombiano.

Como ejemplo, el Reino Unido tiene cinco criterios de elegibilidad para entrar al sandbox. De esos cinco criterios, tanto el primero como el segundo se enfocan en validar si la propuesta de producto para ser probado bajo el ambiente sandbox es verdaderamente innovadora, y el tercer criterio busca confirmar si esta innovación ofrece un buen prospecto de beneficio identificable para los consumidores y no solamente en beneficio para la entidad financiera.

Lo anterior se puede ver como una amenaza o una oportunidad. Por ello, es de esperar que las empresas del sector financiero que se oponen al cambio se pronuncien en las próximas semanas sobre el contenido del decreto. Por otro lado, las empresas del sector financiero que tienen mentalidad joven verán esta como una oportunidad de brindar a sus empleados nueva educación para que renueven sus capacidades profesionales y se muevan hacia las nuevas áreas que surgirán en los próximos años.

Por último, siempre y cuando la Superfinanciera aumente su interés por el desarrollo de la industria fintech, este decreto puede convertirse en una de las políticas de desarrollo más importantes del actual Gobierno, dado que puede ser la piedra angular para la real bancarización en Colombia, la reducción de los costos transaccionales y la desconcentración del sistema financiero, beneficiando a millones de colombianos que gozarán de mayor seguridad en sus finanzas y mayor capacidad de endeudamiento para cumplir sus sueños.

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